Analizamos Creature in the Well, una inusual mezcla de géneros que triunfa en ofrecer una propuesta diferente pero muy sólida.
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Hay dos tipos de personas (not really), los que cuando visitan un restaurante por primera vez investigan entre lo más raro de la carta, y prueban siempre algo nuevo, y los que prefieren ceñirse a lo que ya conocen. Sin embargo, y seas como seas, hay veces que te apetece una experiencia diferente, y esa experiencia que puedes estar buscando podría ser Creature In the Well. Como diría la inmortal Sofía Petrillo «picture this», un dungeon crawler, que también es un pinball, que también es un hack’n’slash ¿Cómo te quedas?.
Pues todos estos géneros, que podrían combinar en parejas, pero que en un trío se antojan de lo más marciano, consiguen mezclarse en un título que sin ser perfecto, triunfa ante la dificultad de maridar sus ingredientes. En Creature in the Well encarnaremos a un robot ingeniero, aparentemente el último de su clase, que deberá adentrarse en lo más profundo de las mazmorras de una misteriosa y gigante criatura, para liberar un pueblo atrapado por una tormenta de arena eterna. Lo gracioso de todo esto que será a base de hacer rebotar proyectiles contra todo lo rebotable, como podremos deshacer este entuerto. ¿Lo mejor? que llegará mañana mismo directo a Game Pass.
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Apartado técnico
No solo en lo jugable han buscado los creadores de Creatuer in The Well las combinaciones inusuales, sino que su propio diseño artístico es ya poco predecible. Entre el mezclando el pixeleo, con el lowpoly que podemos ver en muchos títulos indie, nos encontramos que el juego opta por un aspecto algo sucio, con texturas que simulan el polvo, la arena y el óxido, para resaltar la idea de que estamos interviniendo en vidas olvidadas, con instrumentos inmemoriales, de ciudades destruidas y ocultas por el pasar de los años. Tanto los escasos exteriores, como las mazmorras nos hablan de un pasado que debió ser más amable.
En cualquier caso nos encontraremos con escenarios atractivos, con colores combinados con gusto, y personajes bien diseñados que se mueven con gran suavidad. A pesar de ser un título de presupuesto ajustado, el mimo que se le ha dado a personajes y escenarios no pasa desapercibido. En un pinball el diseño de sonido es un elemento importante, puesto que necesitamos tener todos los sentidos en marcha para enfrentar escenarios que pueden componerse de múltiples elementos moviéndose a toda velocidad, y donde no podemos fiarnos solo de la vista. Afortunadamente tanto efectos como música no desmerecen al apartado gráfico y no podemos calificarnos como nada por debajo de notables.
Jugabilidad
Creature in the Well es sin duda un triunfo a nivel jugable. No estamos ante un título con mecánicas apiladas al azar, ni una idea alucinada basada en una tirada de dados. Aquí todo está muy bien pensado, y en cuanto nos enfrentamos al primer puzzle (al fin y al cabo eso son los pinball), todo encaja a la perfección. Tenemos a nuestra disposición dos objetos para manejar los proyectiles que usaremos a modo de bolas de pinball. Con un botón podremos suspender durante unos segundos dichas bolas para poder dirigirlas donde queramos, y con el otro podremos dispararlas. Además de esto tendremos un dash con el que podremos escapar de más de una situación complicada.
A partir de aquí nuestro objetivo será reunir suficiente energía cinética (puntos) a base de hacer rebotar proyectiles contra determinadas partes del escenario, un pinball de toda la vida en el que sin embargo nosotros también seremos un objetivo para las mortíferas trampas de la criatura. Cuando consigamos la cantidad suficiente de energía como para abrir la puerta podremos seguir, pero nada nos impedirá acumular más energía con el fin de conseguir el pase a una nueva zona sin interactuar con alguno de los escenarios.
Por supuesto la exploración no solo es posible, sino deseable, ¿como podría ser un buen crawler de otra manera? Desde encontrar cámaras que son verdaderos manantiales de puntos, hasta secretos y coleccionables, pasando por piscinas curativas donde recargar la vida, todo esto encontraremos si nos desviamos del «camino recto» que nos llevará a un enfrentamiento con la criatura. Dichos enfrentamientos que funcionan a modo de bosses, son dinámicos y vibrantes, aunque no dejan de ser una combinación de elementos que ya están desperdigados por todo el juego. Un poco más de variedad no habría estado mal.
Duración
Creature in the Well es un juego enormemente dependiente de nuestra habilidad y de nuestras ganas de exploración. Un fiera en el tema del pinball y que no esté muy dispuesto a explorar puede superar el juego en solo dos o tres horas. Para el común de los mortales, o lo que es peor, a los que nunca se nos dieron demasiado bien aquellas máquinas tan populares en los ochenta y noventa, la cosa puede durarnos bastante más. Sobre todo si tenemos en cuenta que el título es muy disfrutable, y que realmente se hace muy agradecido de exprimir hasta sus últimas consecuencias.
Criature in the Well dura lo que tiene que durar, y mejor aún cuando la formula empieza a dar síntomas de cansancio no tarda mucho en acabarse. Hubiera sido maravilloso tener mazmorras generadas proceduralmente, pero esto seguramente estaría fuera de las posibilidades de sus creadores, y seguramente de sus intenciones. En cualquier caso las posibilidades de rejugabilidad son bastante altas, aunque por supuesto se pierde el impacto y el misterio de la primera vez.
Conclusión
El primero que se comió una ostra, o un percebe debía tener mucha hambre se suele decir. A primera vista podrían pasar por criaturas que quisieran comernos a nosotros, pero al final resulta que son un manjar para la mayoría. Creature in the Well quizá no sea un arroz con bogavante, pero sí que puede ser ese lujo asiático, o ese plato con salsa de pronunciación imposible que no sabemos lo que es pero que nos atrae.
Si le gustan los crawlers atrévase, si le gustan los hack’n’slash atrévase, si le gustan los pinball no podría usted perdonarse, querido lector, el no haberse atrevido. Este juego no le va a cambiar la vida, pero sí a llenarle muchas horas de diversión. Está en Xbox Game Pass, atrévase, se lo recomiendo.