Ponte en el pellejo de un valiente ladrón en City Of Brass. Lucharemos con nuestra espada y nuestro látigo para alcanzar un tesoro escondido en el corazón de una ciudad mítica llena de trampas y enemigos.
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City Of Brass es una aventura de acción en primera persona creada por el estudio Uppercat Games, formado por veteranos de la saga BioShock. Ambientado en el libro de cuentos “Las Mil y una Noches”, el mítico mundo mágico de donde surgieron relatos tan archiconocidos como “Aladino” o “Simbad el Marino”. Interpretamos a un valiente ladrón, que movido por la codicia y el sueño de una vida de lujos, se adentra en la misteriosa “Ciudad de Bronce”, un lugar señalado por una maldición que la condena al ostracismo en la infinidad del desierto. Cuenta la leyenda, que la misteriosa ciudad esconde secretos y tesoros con los que ningún hombre nisiquiera a podido soñar jamás, así que después de pagar una ofrenda a un génio de la lámpara, éste nos muestra el camino oculto hasta la puerta del mítico enclave, y así descubrir todos sus secretos.
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Lucharemos con nuestra espada y nuestro látigo en busca de riquezas ocultas mientras tratamos de sobrevivir a hordas de esqueletos, djinns, efrits y otras criaturas clásicas de la mitología de oriente medio. Con una estética afable y un diseño muy llamativo, la propuesta de Uppercat Games resulta muy atractiva desde el primer momento, y si añadimos los elementos “Roguelike” y sus escenarios generados aleatoriamente de forma procedural, definitivamente consigue captar nuestra atención. Frotemos la lampara mágica y veamos que nos propone “City Of Brass”.
Apartado Técnico
Todo en City of Brass tiene una gran personalidad y un acabado artistico de estética cartoon muy cautivador. Derrocha magia y encanto en cada uno de sus rincones, y nos sentiremos dentro de un cuento exótico y misterioso de “Las Mil y Una Noches”. Gracias al Unreal Engine, el nivel del acabado visual está muy conseguido. A pesar de que en algunos momentos puntuales, sobre todo con muchos enemigos en pantalla, el juego puede sufrir alguna relentización sin importancia, no se le puede reprochar nada. Si eres un afortunado poseedor de una Xbox One X, podrás disfrutar de City Of Brass a una resolucion 4k y soporte HDR para garantizar una calidad visual excelente.
Pero sin duda donde mas me ha gustado es en su apartado sonoro. El juego carece de voces o narrador, pero los efectos de sonido en los combates, y los gritos de guerra de nuestros enemigos son simplemente geniales. El sonido ambiente nos sumergue en una sensación de peligro constante, ya que podremos sentir muy cerca a nuestros enemigos.
Jugabilidad
Nuestro objetivo en el juego es muy simple: Encuentra la salida con el mayor botín posible. La manera de enfrentarnos a su jugabilidad es tan efectiva como sencilla, esto nos asegura estar adaptados y disfrutando del juego muy rápido. Durante nuestro camino hacia la salida, escondido por todo el escenario encontraremos tesoros y joyas que nos proporcionan un dinero que acumularemos para luego poder invertir en aspectos que nos hagan la vida más fácil. En cada nivel, uno o varios comerciantes surgidos de una lámpara mágica nos ofrecerán pequeños Perks o mejoras acumulativas que nos darán una o varias ventajas para poder superar nuestra hazaña.
Nuevas armas, aumento de habilidades o armaduras que absorben el daño, serán vitales según vayamos avanzando, ya que la curva de dificultad es muy exigente. Es importante que, a lo largo de nuestra aventura, consigamos el máximo botín posible, ya que estos Perks son una parte esencial e imprescindible para progresar en el juego con vida y garantizar nuestra supervivencia. Necesitaremos todas las ayudas posibles que podamos conseguir, y es que las cosas se pondrán muy muy serias pronto.
En City Of Brass no encontraremos inventario o gestión de equipo, pero tampoco puntos de guardado ni selección de fase, si no una serie de etapas consecutivas. Cada partida será un intento de llegar lo más lejos posible, y si fallamos, volveremos al principio, sin más. Morir supondrá perder todas las armas, Perks y fortuna que hubiéramos conseguido en la partida anterior, y con cada muerte, nos veremos obligados a empezar de cero. Se trata de un gran esfuerzo de resistencia tener que empezar de nuevo cada vez que seamos derrotados, pero también es la gran virtud de este juego, ya que nuestra partida, además de ser única y diferente en cada ocasión gracias a la generacion de escenarios procedural, se convierte en una especie de carrera de resistencia para intentar llegar lo más lejos posible. Es tan frustrante que puede llegar a cabrearnos en alguna ocasión, pero también resulta original, muy desafiante y sobre todo satisfactorio cuando llegas al final.
Pero no todo será cuesta arriba en nuestra experiencia, ya que el juego pone a nuestra disposición dos recursos que nos ayudarán a alcanzar nuestro objetivo. El primero de ellos, es el viaje rápido entre etapas mediante teletransportes. Cada tres fases, nos encontraremos con un guardian o jefe de zona con unas características peculiares, que pondrá a prueba nuestra habilidad. Para derrotar a estos jefes, se nos exigirá un gran ingenio, ya que cada uno es diferente y tendrá sus propias rutinas de comportamiento, así que la forma de derrotarlo será diferente cada vez, y encontrar sus debilidades será una parte importantísima para vencerlos. Si conseguimos derrotarle, activaremos el viaje rápido hasta su nivel, pudiendo empezar cada nueva partida desde ahí. Se trata de una gran ventaja, pero a un elevado coste, ya que el uso de estos viajes rápidos nos costará deseos, el bien mas valioso del juego del que solo disponemos tres. Contra mas avanzada es la etapa a la que viajemos, mas deseos nos costará.
Gastar estos deseos merma nuestras posibilidades de exito en cada partida, ya que no tenemos ninguna forma de conseguirlos en el juego y solo se reponen cada vez que morimos. Si decidimos no usarlos, podremos comprar mejores ayudas como espiritus que luchan a nuestro favor, o trato preferente por parte de los genios para maximizar las ayudas que consigamos. De nosotros depende tomar el atajo mermando nuestros recursos, o superar todas las etapas desde el princio conservando nuestros deseos y aumentar nuestras posibilidades de éxito, tu decides.
El segundo recurso afecta mas a la dificultad, y se trata de un sistema de bendiciones y cargas, donde podremos configurar la dificultad a nuestro gusto: modificar el número de enemigos, la cantidad de trampas del entorno e incluso el daño causado por nuestros ataques. Por el contrario, las cargas tienen justo la funcion contraria a las bendiciones, como por ejemplo aumentan el daño que nos causan los enemigos, disminuir la cantidad de tesoros, mas costes en nuestras compras, etc.
Una de los pilares más importantes en la jugabilidad de City Of Brass es el dominio de la combinación espada + látigo, que resulta ser el eje central de su jugabilidad. La utilidad de ambas armas son totalmente complementarias una de la otra, ya que mientras la espada solo nos sirve para dañar a nuestros enemigos, el látigo nos servirá tanto para agarrar objetos que estén fuera de nuestro alcance, como para atraerlos hacia nosotros, o explotar las debilidades de cada enemigo. El ataque del látigo, aunque no causa ningún tipo de daño en los enemigos, tiene un sistema de localización de daños que resulta vital controlar y dominar para explotar al máximo su sistema de combate, ya que un latigazo en la mano de un enemigo provoca que se le caiga el arma, anulando su capacidad ofensiva, mientras que un ataque en los pies les derriba, y un ataque en la cabeza les aturde.
Estos conceptos básicos nos ayudan muchísmo a la hora de medirnos a ciertos tipos de adversarios, como los arqueros que nos lanzan flechas, que tendremos que desarmar rápidamente para evitar que nos hiera sus ataques a distancia, o los enemigos fuertemente blindados con enormes escudos, con los que los ataques directos resultarán inútiles, así que tendremos que derribarlos primero y así hacerles vulnerables. Teniendo en cuenta que el alcance de nuestra arma es muy limitado y con mucha cadencia, y teniendo en cuenta de que todos los combates se desarrollan en distancias muy cortas, el dominio del látigo es importantísimo para mantener a raya a los enemigos y explotar sus debilidades.
Otra manera muy práctica de enfrentarnos a nuestros enemigos es usando el entorno que tenemos a nuestra disposición. A lo largo del escenario, encontraremos muchas trampas que nos pondrán las cosas muy dificles, pero que también prodremos usarlas para nuestro beneficio. Atraer a nuestros enemigos a una trampa, o empujarlos a un pozo es una manera rápida y sencilla de eliminar a nuestros adversarios, y tambien una forma de evitar un enfrentamiento cercano del que posiblemente no salgamos bien parados.
También podremos aprovechar los muchos objetos que hay repartidos por el escenario para usarlos como armas: Jarrones explosivos, bombas de veneno, vasijas incendiarias e incluso pollos fantasma (No, no es un error…). Resulta tremendamente efectivo usar cierto tipo de objetos contra algunos enemigos en concreto, ya que los esqueletos blindados son sensibles al fuego, y los magos tienen resisten muy mal el veneno.
En conjunto, el resultado de todo es una jugabilidad muy bien diseñada. Si sumamos lo objetos arrojadizos que podremos usar libremente, las trampas mortales para nosotros pero que podremos aprovechar a nuestro favor, el látigo con sistema de localización de impacto, y un combate cuerpo a cuerpo muy exigente dan como resultado una jugabilidad muy bien diseñada y satisfactoria que se disfruta muchísimo en cada partida.
Duración
El juego carece de niveles, fases o zonas, en su lugar encontraremos etapas en las que no tendremos ningún tipo de decisión, simplemente las superaremos una tras otra. En total el juego consta de 13 etapas, cada una con una durabilidad muy difícil de determinar, pero que podríamos considerarlas cortas. El factor determinante es que la jugabilidad se basa en morir y repetir, morir y repetir, y tendremos que preguntarnos no cuanto tardaremos en completar todas las etapas, si no cuanto tardaremos en cansarnos de morir y repetir.
Suponiendo que después de una partida épica superamos todas las etapas con éxito, podríamos invertir aproximadamente 90 minutos. Puede parecer muy poco, pero os garantizo que será hora y media de sudores y sufrimiento, y no exagero. City Of Brass no solo es un juego difícil, si no que también es muy exigente: No se nos perdonará ningún paso en falso o decisión mal tomada, al más mínimo error, volveremos a donde empezamos y con los bolsillos vacíos, así de duro.
Tendremos la opción de viajar rápido a una etapa mas avanzada, si, pero con un equipo y unas ayudas tan escasas, que nos resultará muy dificil avanzar. Debemos tener muy presente que retomar el camino desde el principo o desde la tercera etapa es siempre mejor opción, ya que tendremos mas opciones de conseguir equipo, pero nos llevará mas tiempo.
Conclusión
City Of Brass es un juego con carisma, muy bien pensado, difícil, desafiante y divertido. Agarramos el mando con ganas y nos adentramos en las aventuras que nos propone, pero coquetea peligrosamente entre el reto personal de superar nuestros propios límites y la frustración de derrochar un gran esfuerzo para nada.
En cada nueva incursión a la “Ciudad de Bronce” nuestras sensaciones se debaten entre el “Venga… una vez más, ¡puedo conseguirlo!” y el “Maldita sea!! otra vez no!!”. El juego necesita más opciones para hacer nuestra experiencia más adaptativa.
Después de dedicarle muchas horas, estoy cpnvencido que City Of Brass es un juego excelente que recomendaría a todo el mundo, pero me deja con la sensación de ser un juego que acaba de empezar su andadura. Dados sus orígenes en Early Access, aún le queda mucho que decir, pero a día de hoy, parece una Beta o Demo de concepto: Una excelente idea, con un reclamo que funciona, un sistema de combate muy bueno y una base jugable muy sólida y bien llevada a cabo, pero que todavía le falta desarrollar muchas cosas para que el resultado final sea redondo.
*Gracias a Uppercut Games por habernos proporcionado el material necesario para la review.