Análisis de Cannibal Cuisine

Os traemos el análisis de Cannibal Cuisine, una divertida propuesta culinaria a la que le gusta hacer picadillo.

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El acto de alimentarse con miembros de la propia especie sigue siendo, junto al del incesto, uno de los temas tabú que más perturban a la sociedad, pero ha estado presente en nuestra historia desde tiempos inmemoriales, aunque el aura mítica y las leyendas negras hayan prevalecido por encima de una historia real en torno al canibalismo.

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Por ejemplo, la industria del cine siempre ha servido como un canal para ver reflejados este tipo de actos tan ruines a través de la pantalla, y, por ende, también de la ficción; brindando al espectador la seguridad de que las historias caníbales que está mirando no son reales, sino sólo un producto de alguna mente retorcida o, por qué no, transgresora. Por supuesto, estas cintas no suelen pasar desapercibidas, y es por esos que existe un gran abanico de historias, muchas veces infundadas, sobre tribus devoradoras de humanos que se multiplicaron tras el estreno de obras como “Holocausto caníbal”.

Sin embargo, la existencia del canibalismo en los videojuegos no ha sido un tema demasiado discutido, a pesar de ser un hecho innegable que hunde sus raíces en la antigüedad. Y salvo equívocos, esto no va a cambiar a corto plazo, aunque títulos como Cannibal Cuisine pongan de manifiesto esta práctica que atraviesa siglos y culturas. A este respecto, mediante una propuesta humorística que reza el siguiente dicho: mejor dar de comer que ser comido por el Dios al que rezas.

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Apartado técnico

El sabor es, sin duda, la característica más importante de un plato y a la que debemos dar prioridad, pero cuando un comensal se sienta a disfrutar de un plato entran en juego todos nuestros sentidos: el olor de los ingredientes, la textura de los alimentos al comerlos, el sonido de aquellos productos crujientes y la vida, porque también comemos “por los ojos”.

Al final, el realizar un buen emplatado permite que el cliente lo deguste con más ganas y que la experiencia culinaria sea más completa. Afortunadamente, Cannibal Cuisine usa los ingredientes justos y necesarios que ayudan a conseguir originalidad y hacer más atractiva su presentación. Una presentación que viene auspiciada por unos diseños desenfadados y sumamente coloridos, nada que no hayamos visto en muchos dibujos animados desde que tenemos uso de razón, pero que terminan contrastando con los ríos de sangre que se terminan dando una vez que nos liamos a palos con la comida que tenemos que cocinar a toda costa.

Jugabilidad

Hay veces que parece que al día le faltan horas, entre clases, trabajo, el espacio que invertimos en desplazarnos de un sitio a otro, el que pasamos durmiendo… Con este ritmo de vida que llevamos es importantísimo todo lo que tiene que ver con ahorrar unos valiosos segundos en la cocina, pero no siempre basta con eso. Después de todo, pasar más tiempo en la cocina es indispensable si queremos comer bien y sano.

Desgraciadamente, no podemos tomarnos ese lujo en Cannibal Cuisine, una obra ambientada en una isla que está compuesta de templos, selvas y playas, y que representa esa lucha constante contrarreloj, sobre todo el que nos queda de vida. El dios Hoochooboo tiene ganas de carne… concretamente de la nuestra, pero como buenos cocineros caníbales que somos, es preferible que salvemos nuestro pellejo y hagamos picadillo al resto. Bajo este escenario, se nos presenta una propuesta que bebe muchísimo de Overcooked, un juego de temática culinaria que también parte de una amenaza insaciable y la necesidad imperiosa de ingeniárnoslas para realizar las tareas propias de un cocinero. Eso sí, bajo las condiciones más surrealistas jamás imaginadas.

Por otra parte, uno podría pensar que en Cannibal Cuisine también vamos a efectuar las labores más o menos rutinarias que un chef puede llevar a cabo al mismo tiempo que lidiamos con toda clase de obstáculos, desde ir recolectando diferentes ingredientes para preparar los alimentos que nos piden, hasta conseguir la cantidad de puntos necesarios para apaciguar a Hoochooboo. Y todo en cuestión de segundos. Esto es más o menos así, pero con matices, porque la comida no nos pondrá las cosas nada fáciles. Y cuando hablamos de comida, nos referimos a seres humanos, cuya característica prominente es su persistencia a morir.

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Dicho de otra forma, tendremos que hacer picadillo hordas de turistas para convertirlos en los alimentos más nutritivos y completos que existen y fáciles de digerir. Alimentos que se defienden con uñas y dientes, lo que les otorga un alto contenido de energía para que nuestra deidad reciba una nutrición óptima y hasta los problemas digestivos más severos puedan redimirse con esa forma de alimentarse.

Duración

En cuanto a la mecánica de juego global, el título desarrollado por la gente de Rocket Vulture nos obliga a cocinar en los más de 20 niveles que componen la aventura. En horas de juego, esto se traduce en un tiempo medio de unas 2 horas aproximadamente si solo completamos los objetivos principales del mismo. Empero, si lo que queremos es completarlo al 100%, eso nos va a llevar un buen tiempo, pues estamos delante de una propuesta que nos obliga a dar lo mejor de nosotros mismos.

Ahora bien, Cannibal Cuisine da mucho más de sí cuando en él intervienen hasta cuatro jugadores cooperando los unos con los otros o bien compitiendo entre sí para ver quién es el mejor cocinero de todos. Una modalidad tremendamente entretenida y que da un mayor valor jugable a esta obra, ofreciendo los niveles más altos de emoción y frenesí.

Conclusión

No se sabe a ciencia cierta cuándo fue que nuestros antepasados adquirieron el hábito que también es conocido como canibalismo, pero debido a lo oscuro e intrigante del tema, la cultura popular lo ha adaptado en el género del horror mediante películas, libros, historietas y videojuegos como este Cannibal Cuisine, una obra que más allá del dilema moral que presenta el acto de hacer picadillo con sus factores naturales y humanos, realiza su mayor apuesta por las recetas y el humor en cocinas.

Agradecemos a Rocket Vulture el material proporcionado para poder realizar este análisis.

Alejandro Serrador