VARSAV Game Studios nos propone con Bee Simulator una experiencia que aboga por la preservación de la madre naturaleza frente al ser humano.
Echa un vistazo a estos otros análisis
- Análisis de Soul Reaver 1 & 2 Remastered – Un clásico entre clásicos
- Análisis de Indiana Jones and the Great Circle – El juego que marca el camino a Xbox
- Análisis de Parcel Corps, una experiencia arcade diferente y divertida
No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
¿Un país multicolor? ¿Una abeja nacida bajo el sol que fue famosa en el lugar por su alegría y su bondad? Todas estas cuestiones que parecen sacadas de una canción apuntan a un solo lugar: Bee Simulator. Porque, ¿acaso esperabais una suerte de homenaje a esa abeja que llamaron Maya? Quizá no sea este el momento adecuado, tal vez no mañana, pero algún día sí que dedicaremos unas pocas palabras a una serie que marcó la infancia de muchas personas. Sea como fuere, este cántico es lo primero que se nos viene a la cabeza cuando nos ponemos a los mandos de una abeja melífera.
Suscríbete al canal de GX en Youtube
Una abeja destinada a salvar el mundo, su mundo, de la destrucción. El ser humano, la naturaleza y la relación entre ambos destaca por su desolación. Al fin y al cabo, somos responsables de hacer desaparecer y destruir especies animales sobre los diferentes ecosistemas. Bee Simulator aboga sobre las consecuencias de estas acciones a partir de un ejercicio educativo y pedagógico que disfrutarán los más pequeños de la casa. Nos lleva a encarnar a un invertebrado, uno de los animales más amenazados que, a día de hoy, se enfrentan a su extinción. ¿Y con qué pretexto justifican este panorama tan desolador? Depositando en nuestras manos la esperanza de muchos para salvar toda una colmena, situada en un mundo inspirado en Central Park, de su aparente destrucción.
Apartado técnico
Colmenas adaptables a los troncos de los árboles y enormes panales cargados de miel. Colonias conformadas por miles abejas de su misma especie. En este sentido, Bee Simulator cumple a la hora de ofrecernos un retrato fidedigno de cómo sería la vida de estos insectos en su hábitat natural. Un acabado funcional al que, por desgracia, es fácil verle las aristas, especialmente cuando nos topamos con primeros planos de los seres humanos y otros animales que pueblan la fauna donde nos encontramos. Quizá puedan pasarse por alto sus modelados, más propios de una generación anterior. En cambio, la ausencia de animaciones, por encima de todo faciales, son un poco menos perdonables, aunque no sea el objetivo último del título que nos ocupa.
Un acabado fruto de un desarrollo modesto que, aunque acartonado, consigue sumergirnos gracias a una banda sonora que sabe ambientar cada una de las etapas por las que vamos transitando. ¿Exagerado? No tanto, sobre todo si nos escudamos en el hecho de que Mikolai Stroinski es el encargado de tomar la batuta para brindarnos partituras que acompañan perfectamente las imágenes que vemos en pantalla. ¿O no os habéis quedado embriagados con los bellos coros de The Witcher 3 y su folklore? Por supuesto, no podemos esperar la misma magnificencia que la presente en el título de CD Projekt Red.
Sin embargo, son melodías cargadas de un ritmo contagioso y una simpatía simpar. Una simpatía que también se extiende a su doblaje al castellano.
Jugabilidad
El ser humano ha sido prostituido hasta el hartazgo partiendo de numerosas representaciones del mismo. Por supuesto, el mundo de los videojuegos ha permitido dar vida a personajes que, en otras circunstancias, no serían posibles. Más inverosímil es ver a pequeños animales invertebrados asumiendo el rol protagónico. Bee Simulator apuesta por esto último con una representación de las distintas funciones que realizan a lo largo de su existencia. Funciones que, durante gran parte de la aventura, consisten en recoger néctar, la base para la miel, para luego transportarlo en sus estómagos y llevarlo a los árboles con colmena.
El juego se toma incluso la molestia de escenificar hábitos que nos sacarán más de una sonrisa. La danza de las abejas es una de las más peculiares, ya que se trata de un sistema de comunicación, apoyada en dos componentes, mediante el cual transmiten a sus semejantes la dirección y la distancia de la fuente del polen. En este caso, los joysticks posibilitan dichas acciones a partir de movimientos verticales y horizontales. Simple, efectivo y fidedigno.
Por otra parte, ¿que sería la vida sin un poco de emoción? Nacer, vivir, morir… Ni siquiera nuestros pequeños amigos voladores invertebrados escapan a esta verdad. Tampoco escapan de las avispas, sus enemigos naturales por antonomasia. Una excusa para introducir combates amparados en el ritmo y la pulsación de botones para llevar a cabo ataques y bloqueos de forma indistinta. No obstante, cada uno de estos momentos no dejan de ser un mero trámite, y no un reto creciente, a fin de ofrecer un desarrollo que realiza muchos esfuerzos por resultar variado.
Duración
Existe la creencia popular de que las abejas mueren cuando pican a una persona, si bien, la realidad es un poco distinta. Y aunque nada nos gustaría más que extender el terror entre los humanos a golpe de picotazo venenoso, sería una lástima que la aventura acabase en tan pocos minutos. Por suerte, Bee Simulator se extiende a lo largo de unas pocas horas que se traducen en un aprendizaje constante por parte de nuestra abeja melífera. Un aprendizaje cargado de tareas y retos constantes, fácilmente ampliables gracias a los numerosos coleccionables presentes, que nos hacen crecer para desarrollar nuestras posibilidades en un mundo hostil.
Conclusión
La etiqueta Simulator y su total ausencia de lógica en la mayoría de iteraciones hasta ahora presentes, con Goat Simulator como principal portaestandarte y uno de los primeros de su promoción, se ha labrado fama de ser extremadamente satírica en aras de buscar la carcajada en el jugador medio. Puede que la cabra siempre tire al monte, pero no es el caso de este Bee Simulator, mucho más amparado en su naturaleza educativa y su búsqueda por contentar a los más pequeños de la casa.
El juego de VARSAV Game Studios es una oda a la vida y la preservación de la madre naturaleza frente al ser humano, artífice de su propia destrucción. Una oda que abandona los artificios tan característicos de la mayoría de títulos para así apostar por una colmena más experimental, más singular. Porque, ¿no hay un dicho que dice que cada abeja vive en su colmena?
Gracias a Bigben Interactive por proporcionarnos el material para realizar el análisis.