Analizamos Amnesia: The Bunker, un juego de terror en primera persona que se sirve de la aleatoriedad para revertir las expectativas del jugador.
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Entre 1914 y 1918 el mundo vivió una guerra a una escala que jamás se había conocido en la historia de la humanidad. Quienes la vivieron fueron plenamente conscientes de que no se trataba de una guerra como las anteriores. A su término se la llamó la Gran Guerra, aunque hoy en día, desgraciadamente, la conocemos como la Primera Guerra Mundial. En 1918 pocos podían imaginar que apenas treinta años después se iban a repetir, a una escala aún más salvaje, los horrores vividos. Hoy sabemos que la Gran Guerra fue sólo la Primera Guerra Mundial, porque hubo una Segunda Guerra Mundial.
Sea como fuere, ese es un tema del que han corrido ríos de tinta. El caso es que la Primera Guerra Mundial abrió un proceso histórico cuyas consecuencias se extienden a aspectos muy significativos de las sociedades contemporáneas, incluidas las actuales. El cine y los videojuegos han generado una apreciable producción sobre los mismos desde sus respectivos comienzos y han creado sobre él algunas obras maestras de la historia reciente. Los hay de estrategia, de acción multijugador, de combates aéreos e incluso de terror.
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Y si no os lo creéis, podéis echar un vistazo a propuestas como Amnesia: The Bunker, un juego de terror en primera persona ambientado en un desolado búnker de la Primera Guerra Mundial. Un juego en el que tenemos que enfrentarnos a los terrores opresores que acechan en los pasillos oscuros, al mismo tiempo que buscamos y usamos las herramientas y armas a nuestra disposición, mientras mantenemos las luces encendidas a toda costa.
Apartado técnico
Con el objetivo de reforzar la idea de vulnerabilidad, la estética de Amnesia: The Bunker incide en construcciones de espacios con cierta apertura que sugieren el descontrol por parte del jugador. Son estancias en las que siempre hay elementos que quedan fuera del alcance de la parte protagónica de esta aventura, pues necesitan que este recorra una distancia para obtenerlo que puede llevar a la derrota.
Esta amplitud en el entorno atrapa al jugador en una inmensidad de peligro. En concreto, los espacios que recorremos remiten a una apariencia sumamente sucia, pues el videojuego de marras se sitúa en las instancias de la Primera Guerra Mundial. Asimismo, como parte de la estética, Amnesia: The Bunker utiliza el sonido como forma de marcar la presencia de lo invisible, pues incide sobre la existencia de elementos desconocidos, colaborando con la experiencia sensorial junto a la oscuridad.
Jugabilidad
Por muchos es sabido que los videojuegos de terror reflejan el contexto, el cual está marcado por la cultura del miedo y la sociedad del riesgo, confirmándose así que las obras amparadas en el horror reflejan variables como la vulnerabilidad, el riesgo, la incertidumbre o la necesidad de supervivencia. Esta atmósfera de terror se consigue arrebatando el control sobre las amenazas al jugador, generando una situación de miedo permanente que, al igual que en la sociedad del riesgo y la cultura del miedo, el jugador no solo tiene que enfrentar los peligros reales, sino también, los potenciales e imaginarios.
En cierto modo, Amnesia: The Bunker plantea una paradoja constante que afecta al raciocinio que el jugador durante la experiencia, pues no se trata de predecir los eventos aleatorios, sino de reconocer diversas formas del entorno y valorar la actuación en consecuencia. Tanto es así que la aleatoriedad puede presentarse de muchas formas, siendo la más común la referida a aquellos espacios que permanecen oscuros al tratar de encender una luz, pues esta puede o no funcionar.
Dicho de otra forma, el título que protagoniza estas líneas se sirve de la aleatoriedad para revertir la adaptación del jugador. Lo sitúan en una situación de peligro constante que ningún arma de fuego puede revertir, y que está reforzada por elementos paranormales que rompen con lo terrenal del búnker.
Los mecanismos del horror
Asimismo, el encuentro con enemigos es parte sustancial del desarrollo de Amnesia: The Bunker, pero no forma parte del objetivo principal de la experiencia. Al final, el propósito fundamental es la resolución de puzles basados en físicas, es decir, desafíos del entorno que permiten abrir nuevas zonas, obtener recursos relevantes y/o encontrar cuestiones pertenecientes al argumento. Por ende, aunque el espacio se estructure como un elemento amparado en lo desconocido, la determinación sobre su recorrido y desarrollo pertenece al entendimiento y desempeño del jugador.
Como en pasadas entregas de la serie, entra en juego la mecánica de coger objetos, ya que algunos forman parte del movimiento de nuestro personaje, mientras que otros son fuentes de texto o información, pudiendo derivar hacia pistas para la resolución de rompecabezas presentes o futuros e, incluso, aportar nuevos datos. Así, el jugador debe inspeccionar cada rincón del búnker, activando nuevas mecánicas como la apertura de puertas. Esta posibilidad se hace crucial para obtener recursos que facilitan el desarrollo de la experiencia.
Duración
La reconstrucción parcial de la historia previa a los acontecimientos de Amnesia: The Bunker es una mecánica de articulación de la narración que reorienta las decisiones constantemente. Condiciona muchas de las nuevas decisiones y reorienta narrativamente la historia y la experiencia. En resumen, determina estéticamente la experiencia de juego, condicionando su desarrollo. Una experiencia que recoge de manera muy clara la característica lovecraftiana de impotencia de lo humano frente a lo divino ominosos, muy propio de un horror mitológico y arquetípico, y cuya duración tiene en cuenta multitud de factores importantes, como el tipo de jugador que seas.
Es decir, la duración de esta aventura varía en función del tiempo que pases para completar la aventura, el tiempo que tardes en pasar las zonas de oscuridad, lo que requieras para completar los diferentes rompecabezas, las veces que seas preso de aquello que acecha en cada esquina…
Conclusión
Habiendo dicho todo esto, no obstante, es menester señalar como Amnesia: The Bunker no es exactamente un videojuego sobre la Primera Guerra Mundial sino una experiencia que transcurre durante la Primera Guerra Mundial. Aunque a primera vista estas dos cosas pueden parecer sinónimas, en el fondo implican una diferencia que hace posible que hablemos de una propuesta universal e imperecedera, no anclada a la realidad histórica contemporánea al momento de su estreno. Frictional Games, si bien usa el conflicto de la Gran Guerra como telón de fondo, es esencialmente una obra videolúdica que trata sobre la naturaleza humana.
Y quizá sea ese el mayor éxito de este juego, más allá de los monstruos que tanto nos aterran, el de entender lo que significa realmente la guerra. En comprender que, llegados a un punto, ya no existe una frontera entre el bien y el mal, sino que todos forman parte del mal y la verdadera frontera está entre los que pueden vivir con ello y los que no.
Agradecemos a Frictional Games el material proporcionado para poder realizar este análisis.
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Apartado gráfico80/100
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Jugabilidad85/100
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Duración75/100
Lo bueno
- La tensión se corta siempre con cuchillo
- Siempre busca el modo de sorprender con un desarrollo de la vieja escuela
- Una gran historia de terror
Lo malo
- Algunas mecánicas son un poco simples