La nuevas estrategias de marketing están empezando a tomar nuevos caminos. El acceso anticipado es uno de ellos, pero es un peligro para los dos bandos.
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Desde hace ya más años de lo que creemos hemos aceptado los ‘Downloadable content’ o ‘DLC’ como una manera más de consumir videojuegos, pasando por varias etapas como si de una enfermedad adictiva se tratase: Negación, lucha, rendición y por último, aceptación. De hecho, a día de hoy no sólo son comunes verlos en prácticamente cualquier videojuego que se precie, si no que dependiendo de su calidad o contenido pueden hacer al propio título más atractivo o no.
El objetivo de este tipo de contenido es muy claro. Las compañías o estudios buscan maximizar ventas e ingresos de cualquiera de sus creaciones y estas pequeñas ampliaciones o fragmentos del mismo son ideales. Pero gracias a esta invención comercial también disfrutamos hoy día de juegos como Fortnite, League of Legends o el más reciente Apex Legends, que -quién lo diría allá por finales de los 90- son totalmente gratuitos y los ingresos son en su totalidad micropagos para modificar o personalizar el aspecto de nuestro personaje o del propio juego, sin afectar normalmente al equilibrio del gameplay en sí.
No hace falta entrar mucho más en este terreno, básicamente todos entendemos que aunque compres un juego el día de mañana, es sólo la base. El usuario depende totalmente del desarrollador en este aspecto y por esta cuestión ya es algo común que el contenido adicional se anuncie casi al mismo tiempo que el juego. Es nuestra la decisión de abrazar este tipo de pagos adicionales o no y es decisión de los que nos venden el juego saber que contenido se adapta mejor al usuario al que va dirigido tu juego. De esta misma manera, no puedes pretender que un jugador de RPG clásico te vaya a pagar por trajes para sus personajes, sin embargo, un DLC con una buena historia que complemente la principal, será compra obligada para los fans del mismo, que verán ampliadas las horas de juego de su título favorito.
El usuario de videojuegos es ansioso por defecto
Ciertamente lo somos. En mayor o menor medida, todo este universo de cargos adicionales, microtransacciones, etc… ha acabado siendo aceptado por la mayoría de los jugadores. Y la dinámica no para. Al contrario, no hace nada más que aumentar. Las reservas de los juegos se hacen con meses de antelación, se dan incentivos por reserva únicos, y dispositivos como Nintendo Switch o Xbox One X vuelan incluso antes de que lleguen a las tiendas. Si nos damos cuenta nosotros, está claro que los hombres con traje y corbata también lo han hecho.
Y la consecuencia directa de esto es lo que estamos “sufriendo” en la actualidad. Esto se ha trasladado a lo que ahora llamamos ‘Acceso anticipado’. O lo que es lo mismo: PODER JUGAR ANTES. Empezamos con acceso anticipado a la beta/demo/alpha/prueba y en la actualidad estamos viendo ediciones de casi 100€ que te permiten jugar varios días antes. Evidentemente, no tiene nada de malo, hay muchos jugadores que lo agradecerán sin duda. Pero existe un peligro importante con respecto al flujo de información. Un peligro que afecta al producto en venta, no al usuario.
El caso más sangrante lo vimos con Battlefield V y el resultado no ha sido el más satisfactorio. Electronic Arts tiene un servicio maravilloso: EA Access y Origin Access, que ofrecen ventajas como un baúl con juegos gratuitos de la marca, descuentos permanentes en sus productos, y horas de prueba de los estrenos. Pero parece que esto se ha malinterpretado con una ampliación de servicio como Origin Access Premium que otorga a un cierto número de usuarios la capacidad de jugar al juego mucho antes que el resto. Una vez más, esto no resulta ningún problema por sí mismo. Beneficia en la suscripción de estos servicios y más usuarios pueden probarlo antes sin tener que comprar el juego.
Anthem es un claro caso de accesoanticipaditis
Pero le ha pasado factura a Battlefield V y le va a pasar factura a un peso pesado como Anthem. Fijaros:
- Primer fin de semana: Demo VIP.
- Segundo fin de semana: Demo Gratis.
- Tercer fin de semana: Acceso anticipado Xbox y PC. Muchos usuarios de PC ya pueden jugar libremente. Se desvela casi todo el contenido del juego en una sola semana.
- Cuarto fin de semana: Lanzamiento del juego. Sin sorpresas.
BioWare ha querido ser siempre sincera con un juego que depende tanto de la comunidad como Anthem, pero parece que la comunidad se está comiendo al juego. Mejor dicho: lo está devorando. Muchos de los que pudieran comprarlo para probarlo, ya lo han hecho con las 10 horas de EA Access u Origin. No sería ningún problema si el juego fuera cerrado, lineal y con una estructura menos compleja. Pero el juego tiene bugs, fallos, caídas, mala optimización y en general, problemas que se van a solucionan seguro con un parche day-one.
¿Problema de esto? Pierdes ventas, cancelan reservas y encima corres el riesgo de que los analistas juzguen tu juego antes de que esté como debería estar o lo hagan sin poder jugar las horas suficientes. Y eso es lo malo para el que vende. El que compra, ve como en redes lo destripan o lo alaban, sacan guías que no puedes ni comprobar y con mucha suerte quizá no se lleve ningún spoiler.
Pero ojo, no estoy culpando a Electronic Arts ni mucho menos. Porque precisamente, también son los padres de la excepción que confirma la regla: El caso de Apex Legends. Todo el mismo día: Presentación, lanzamiento, guías, gameplay, trailer, datos, etc… y la comunidad descubre el juego al mismo tiempo que todos. Un auténtico acierto para la compañía que 25 millones de personas agradecen. Quizá es un caso exagerado y extremo, pero transmite una sensación de DESCUBRIMIENTO, que la sobreexposición de muchos títulos AAA de hoy en día, no logran medir bien.
Imaginamos que estos casos serán solo el comienzo, ya que hasta la propia Microsoft lo está haciendo casi con todos sus nuevos exclusivos, pero depende de ambos bandos el decidir si esto está bien y de que manera está bien un acceso anticipado.