El Fallout 4 es el protagonista de esta nueva entrega de La Opinión del redactor.
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Se podría pensar que a raíz de que se me borrase todo mi progreso en Fallout 4, con un personaje en nivel 54, un inventario suficiente para lograr la máxima felicidad de todos los colonos en todos los asentamientos, unas armas modificadas que hacían el mismo daño que un lanzamisiles, y una servoarmadura que convertía mis andanzas por la Commonwealth en un bucólico paseo por la rivera del río Tormes con Salamanca como mudo testiga de que el romanticismo todavía no ha muerto, estoy escribiendo esto para desquitarme. Y estaría bien pensarlo porque es lógico que llore mi rencor por las esquinas cual cornudo despechado.
Pero no. Hablo desde la más estricta racionalidad. Hay ciertos detalles, más o menos importantes, que juntos otorgaban al Fallout su identidad. Estos detalles aparecían como una gran familia en el Fallout 3 y en el denostado por muchos, aunque no por mi, Fallout New Vegas. Muchos de ellos irradian con su ausencia a los roleros que nos dejamos la pasta en la Pip-Boy Edition esperando algo que no venía en la caja. Me refiero como todos y todas os imaginaréis, al rol.
En los dos anteriores Fallout, cuando salías al Yermo, lo hacías solo, con un palo medio roto como tu mejor arma y un par de harapos que provocarían desmayos y caídas al suelo de monóculos en una reunión de la directiva de la Torre Tempeny. En este Fallout 4 nada más empezar ya tienes a albóndiga, una servoarmadura y una ametralladora, no vaya a ser que los jugadores casuales no puedan matar a un sanguinario sin morir un par de veces, se frustren y no compren el próximo Fallout 5.
Esa sensación de soledad, de estar desprotegido frente a las aberraciones producidas por el VEF y la radiación es mucho menor en este Fallout 4. El placer de conseguir mejorar a tu personaje teniendo que decidir en qué lo especializabas y jugar en consecuencia ya no se puede sentir, porque no hay límite de niveles y podemos formar un personaje más tocho que el hijo bastardo de una Reina Mireluk y un Benemoth Supermutante engendrado en una mala noche de fiesta en Goodneighbor. Ya no hace falta que nos pensemos bien el paso siguiente que vamos a dar, disfrutando de esa tensión que nos invadía cuando sabíamos que nuestra supervivencia pendía constantemente de un hilo.
Ahora repartir los puntos en S.P.E.C.I.A.L. solo sirve para desbloquear habilidades. Antes, por ejemplo, cuanto más inteligente eras, más opciones de diálogo tenías. Que por cierto, ahora debes adivinar qué vas a decir porque solo te aparece un resumen de la frase entera que va a soltar el personaje y, sin el suficiente contexto, muchas veces vas a responder algo que no quieres. Me explico un poco mejor. Imaginaos que entre las cuatro respuestas está la de “Tus muertos” y tú quieres ser agradable con el NPC que está esperando tu respuesta. No sabes si al pulsar el botón correspondiente, el personaje dirá “Me cago en tus muertos” o “Vengaré a tus muertos y restauraré el honor de tu familia”.
En muchas ocasiones yo he tenido que escoger la segunda respuesta preferida por si la primera opción es lo contrario de lo que parece en el resumen del diálogo. Prefiero que lo que sea que vaya a decir el personaje venga escrito en su totalidad como anteriormente. Y que cuantos más puntos de inteligencia le hayas otorgado más complejas sean las frases que pronuncie y se abran diálogos exclusivos, también como anteriormente. Lo mismo para el resto de habilidades.
¿Dónde quedó el karma? ¿Y el desgaste de las armas? Compartes tus preciadas reservas de agua purificada con los pobres desgraciados que te las piden, rechazas las chapas por hacer el bien generosamente, ayudas a todo el mundo y todo ese buen karma no te sirve para nada. Ni siquiera para tener unos seguidores u otros. Ni para que la gente te trate de una manera u otra. A tu armamento no le afecta el uso, ni el paso del tiempo, ni los golpes que pegas con él a los enemigos.
Todos estos detalles, en mi opinión, han conllevado una pérdida en la identidad de la saga en este Fallout 4, del que me atrevería a decir que la correlación de fuerzas entre la acción y el rol que contiene el título se decanta por la primera. Algo que yo nunca criticaría si Bethesda le hubiera puesto otro nombre al juego y lo hubiera vendido como nueva IP, pero claro, la inversión más segura es casualizar una de las sagas con más éxito comercial de su cartera, la sinceridad no suele traer billetes a la cuenta del banco. A no ser que trabajes muy bien como CD Project y su excelentísimo The Witcher 3.
Otra opción podría haber sido explicar a la comunidad este cambio en Fallout 4, pero ¿cuántos jugadores hardcore que han hecho grande a la saga se habrían pensado dos veces la compra? Ya nunca lo sabremos.
Por todo lo comentado anteriormente pienso que si miramos al Fallout 4 sin pensar en la saga de la que por el nombre forma parte, es un grandísimo juego. Pero pierde muchos enteros cuando pensamos, y por tanto, lo comparamos con sus hermanos mayores.
Me despido que me han entrado ganas de talar unos árboles y poner una fuente de agua. No, no he cambiado de tema, sigo hablando del Fallout 4.