En el universo del Gears Of War existía un lugar en el que el salvajismo más brutal imponía a sangre la voluntad del más fuerte. Hoy nos adentramos en La Losa, lugar en el que estuvo preso Marcus Fénix varios años.
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Oscura, siniestra, tenebrosa. Entre sus paredes la violencia y la suciedad se aliaban con la más injusta impunidad para encontrar la venganza. Quienes llegaban allí no esperaban recibir justicia para reinsertarse en una sociedad que solo conocía la guerra y no podía permitirse la delincuencia más extrema en sus zonas seguras. Nadie salía de alli. No porque sus condenas superasen el tiempo que les quedase de vida, si no porque la muerte siempre los encontraba antes.
La Losa era una pequeña parte del infierno en la tierra a la que le habían puesto muros y barrotes. Pero solo hasta que la Guerra Locust centró la atención de la Coalición de Gobiernos Ordenados (CGO), que se desentendió paulatinamente de ella. Fue en ese momento cuando los presos echaron de menos el infierno.
Como otra mucha información perdida durante las dos guerras que azotaron a la CGO durante el último siglo, los documentos que atestiguaban la fecha en la que esta cárcel fue construida fueron víctimas de las bombas independientes. Sin embargo gracias a las frecuentes conversaciones entre el Oficial Kennith Heugel y el Oficial Superior Ossining, ambos guardias de La Losa jubilados en algún momento de los primeros años del Día de Emergencia, el resto de personal a cargo de la seguridad del edificio penitenciario pudo conocer la historia de la oficialmente llamada Cárcel de Máxima Seguridad de Jacinto.
Aquellos guardias más jóvenes, fueron llamados a filas años más tarde para librar batalla frente a las huestes de la Reina Myrrah, abandonando a los presos a su suerte y llevándose con ellos el poco orden que lograban imponer en la cárcel. Cada vez que la batalla daba un respiro, el resto de soldados de la coalición, nada más enterarse de que antes de estar ahí habían sido guardias en La Losa, los acribillaban a preguntas por una sola razón, Marcus Fénix seguía allí.
Los guardias no se callaban nada, conscientes de que la única forma de que se supiera todo sobre La Losa ahora que los documentos e informes gubernamentales habían sido destruidos, era por transmisión oral. El que mejor contaba la historia de la prisión era Jack Gallego. En una ocasión, durante una ofensiva militar en Kaskhur, rodeado de soldados ávidos de conocer una morbosa parte de la historia de su nación, Gallego pronunció las siguientes palabras.
La Losa no ha sido siempre como os la imagináis. Fue fundada por el presidente Nassar Embry semanas después de la fundación de la CGO como nación bajo el nombre de Establecimiento de la Coalición para el Servicio Penitenciario Hesketh. El código penal que la coalición tenía antes de las Guerras del Péndulo se basaba en la creencia de que todo ser humano podía cambiar y rehabilitarse. Por esa razón allí dentro se desarrollaba una función pedagógica para lograr la reinserción de los presos en la sociedad evitando la reincidencia. Y funcionaba.
Pero todo cambió con la guerra. La miseria y pobreza que acompañan a un país cuando entra en contienda militar hizo que la gente sin antecedentes penales cometieran los más atroces delitos contra su voluntad para porteger la vida de sus familias. En ese momento, la CGO no podía permitirse destinar recursos económicos a la institución ni permitir un caos social en medio de la guerra. El estado de excepción proclamado por el presidente Monroe convirtió en papel mojado el código civil otorgándole a él los poderes necesarios para maniobrar a su antojo.
Cambió el nombre a la prisión por el actual Cárcel de Máxima Seguridad de Jacinto, legalizó la cadena perpetua y permitió extraoficialmente la tortura. En ese momento la venganza sustituyó a la justicia iniciándose la degradación hasta hoy.
En la prisión siguieron entrando delincuentes que habían cometido pequeños delitos como robar comida para dar de comer a sus hijos junto con violadores, asesinos en masa y psicópatas, que aprovecharon la escasez de personal por los recortes presupuestarios para hacerse con la prisión. Allí solo sobrevivía no el más fuerte, si no el que tuviera la mente más ponzoñosa y el corazón más podrido.
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Los presos más conocidos
William Alva. Fue un pederasta bastante conocido en la CGO que sembró el terror en la Meseta de Jacinto hasta que fue capturado poco antes de que los locust irrumpieran en la superficie de Sera. Encarcelado en La Losa por un número no especificado de años, salió gracias a una orden presidencial de Richard Prescott diez años después, para que sirviera como sujeto de prueba en las investigaciones científicas sobre el lambentismo que varios científicos estaban llevando a cabo de manera secreta en Azura.
Adam Fénix lo rechazó como sujeto de prueba y Alva pasó los siguientes años paseando por la playa, leyendo libros en la biblioteca y espiando a los niños de las escuelas de la zona hasta que cuatro años después la Inteligencia de la CGO ordenó a su agente Louise Settile que lo ultimara. La agente acudió a la biblioteca donde residía William y lo condujo hasta el balcón. El pedófilo previendo lo que iba a suceder a continuación se aferró a la barandilla para evitar caer al vacio. Settile le voló la cabeza de un disparo frente a Adam Fénix y otros científicos que habían acudido al lugar alertados por los gritos que profería Alva.
Carew. Las voces de su cabeza lo llevaron durante la época de paz entre la CGO y la URI a un concurrido centro comercial en Jacinto, donde abrió fuego con una ametralladora automática matando a varias decenas de personas e hiriendo a cientos. Permaneció en La Losa hasta que durante un apagón, que favoreció una batalla campal entre las dos facciones principales de presos, Carew murió. Uno de los guardianes de la prisión que intentaban contener el motín, Nick, pudo observar cómo un preso llamado Merino puso el cuello de Carew, quién estaba llorando, sobre una reja metálica para rajarle la garganta.
Rushkin. Los informes psiquiátricos de este preso que se comía a sus víctimas después de matarlas señalaban la esquizofrenia como la causa menor de sus actos terroríficos. La falta de recursos y el abandono de la mayoría del personal de la cárcel para luchar contra los locust impidieron al psiquiatra de La Losa terminar el análisis de la mente de este preso. Además, esta situación complicó aún más las cosas para los pocos guardias que quedaban, ya que tuvieron que llevar a los reclusos de psiquiatría al ala D, lugar en el que estaban el resto de presos.
En aquel entonces el Jefe de la Guardia de la Cárcel de Máxima Seguridad de Jacinto era Nikolai Jarvi quién buscó información sobre cómo tratar a los desequilibrados mentales ahora que tenía que encargarse de ellos. Durante su registro en la mesa de trabajo del psiquiatra que había abandonado la prisión hacía tan solo unos días, encontró el informe de Rushkin, en el que se apuntaba que su mente estaba corrompida por la maldad. El doctor opinaba que su mente se había desquiciado durante su infancia por una serie de horribles abusos sufridos en casa, lo que terminó por detonar una brutal esquizofrenia heredada de su familia materna.
Después del traspaso al ala D de La Losa, Rushkin lloraba histéricamente para después reir mientras mantenía sus ojos clavados en el infinito. Uno de los presos comunes, Seffert aprovechó sus heces para lanzárselas a Rushkin a través de los barrotes. Cuando meses después se produjo un apagón debido a la toma por parte de los locust de la cercana estación de energía en Ginnet Drive, Rushkin salió de su celda aprovechando que el corte de energía las había abierto todas y sin dudar ni un solo segundo empaló a Seffert con un tubo oxidado. Merino terminó con el caníbal segundos después cobrándose venganza. Lo apuñaló. En el corazón.
Curiosidades
¿Sabías que…
… La esperanza de vida de los presos de La Losa era de menos de un año?
… La agente de inteligencia Louise Settile era la amante del Presidente Prescott?
… Marcus Fénix y Milton Reeve intentaron salvar a Seffert?
… Merino mató a otro preso de psiquiatría junto después de acabar con Rushkin? Merino mató a un violador que estrangulaba a sus víctimas lamado Tasman.
… ¿El asesinato de Seffert a manos de Rushkin fue lo que provocó el motín de La Losa?
#FIN DECIMOTERCERA ENTREGA
No te pierdas dentro de dos semanas la siguiente parte de Los Misterios de Sera. Cuenta en los comentarios qué personajes, batallas o lo que quieras dentro del universo gears, te gustaría que se incluyera en las próximas entregas de esta serie, y se harán realidad.
Entregas anteriores de Los Misterios de Sera
- Primera entrega sobre las Guerras de Péndulo.
- Segunda entrega sobre la Reina Myrrah.
- Tercera entrega sobre la instalación secreta de Nueva Esperanza.
- Cuarta entrega sobre Dominic Santiago.
- Quinta entrega sobre el General RAAM y Skorge.
- Sexta entrega sobre las armas de la CGO (I) [Lancer, Retrolancer y Gnasher].
- Séptima entrega sobre las armas de la CGO (II) [Pistola de Cañón Corto, Rifle de Francotirador y Martillo del Alba].
- Octava entrega sobre la Batalla de Ephyra (I)
- Novena entrega sobre la Batalla de Ephyra (II)
- Décima entrega sobre la Batalla de Ephyra (III)
- Undécima entrega sobre la Batalla de Ephyra (IV)
- Duodécima entrega sobre Marcus Fénix
Relatos ambientados en el universo Gears Of War protagonizados por el Escuadrón Furia
En SoloXboxOne hemos publicado ya veinte entregas de los relatos que cuentan las aventuras de los aguerridos soldados de la organización militar de élite conocida como el Escuadrón Furia. Tras unas semanas en las que hemos movido el día de publicación, avisamos a nuestros lectores que, ya desde la semana pasada, los relatos no faltarán a su cita, que será cada dos domingos por la mañana. A continuación os enlazamos los relatos publicados por si os habéis perdido alguno u os apetece comenzar a leerlos.
– La Salvación de Ilima
– Un Descubrimiento que Cambiará el Mundo