En esta ocasión, la opinión del redactor se centra en el venidero Assassin's Creed Syndicate. Relata con tristeza los motivos por los que la próxima entrega de la saga estrella de Ubisoft no le produce hype.
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Corría a toda velocidad el año 2008 cuando descubrí casi de casualidad la saga Assassin’s Creed de la mano del admirable Altaïr Ibn-La’Ahad. Nada más comenzar el juego sentí que era una de esas experiencias con las que iba a disfrutar de lo lindo. Y mi intuición no me falló esa vez. El sistema de combate me encantó. Los caballos, los objetivos opcionales, los coleccionables y el diseño de las ciudades hicieron brillar mis ojos como a una otaku un cosplay profesional de Kurosaki Ichigo. Pero lo que realmente me cautivó fue el sistema de parkour y la narrativa. Una lucha centenaria entre dos grupos que se mantenían en el más morboso de los secretos, creando conexiones no siempre limpias con el poder, explicada en dos líneas de tiempo unidas por la memoria genética. Me pareció una idea jodidamente sensacional. ¿Y el Salto de Fe? La guinda más roja y lustrosa del pastel más dulce y suave de la celebración más salvaje en homenaje al ganador del Premio a la Sobresaliente Labor en el Campo de la Excelencia.
El placer que obtuve jugando a ese juego se mantuvo con el Assassin’s Creed 2, Hermandad y Revelations. A partir de ahí comenzó a decaer. Assassin’s Creed 3 llegó con bugs que impedían finalizar algunas subtramas, con una jugabilidad a la que le sobraban la mayoría de los botones del mando y unas contradicciones en el guión difíciles de entender. Tras él atracó en nuestras consolas el AC IV: Black Flag, con una jugabilidad excelente y una estupenda historia si no hubiera llevado las palabras “Assassin’s Creed” en el título. El juego de los piratas “se olvidó” de continuar la historia del presente tras el final “de muerte” del anterior juego.
Como un título cada año suponía una insuficiente ración de asesinos y templarios, después de la aventura del rompebragas Edward Kenway, Ubisoft se sacrificó por nosotros y nos dejó en las estaterías de las tiendas dos Assassin’s Creed el mismo mes. Por una parte, llegó una pataleta convertida en juego, Assassin’s Creed: Rogue. Y por la otra, un gran bug con algunas partes jugables llamado Unity. En ambos juegos la historia del presente había sido total y absolutamente erradicada y en Unity la historia entre los asesinos y los templarios volvía a ser secundaria como en el Black Flag, planteando muchas preguntas que se quedaron sin respuesta. Eso sí, jugabilidad excelente y recreación histórica excepcional.
Me duele recordar que desde el Revelations, los mejores momentos que he jugado en la franquicia han sido las expansiones del Black Flag (Grito de Libertad) y del Unity (Reyes Muertos) en los que se vuelve a las raíces narrativas originales, recuperando los Fragmentos del Edén y la lucha ya milenaria entre ambos bandos por su posesión, unos para dominar el mundo y otros para liberarlo.
La sucesiva pérdida de personalidad en el aspecto argumental de la saga para disminuir el nivel de la narrativa y llegar así a un público más amplio que el del sector hardcore, responsable del éxito comercial de la saga, junto con las entregas anuales, han terminado por hastiarme hasta el punto de no interesarme nada del venidero AC Syndicate. El multijugador cooperativo del Unity ha alargado mucho su vida jugable y yo sigo echando partidas de vez en cuando con mis amigos en el Live a día de hoy.
Solo el hecho de pensar que cuando todavía ni me ha dado tiempo de aburrirme del último, ya va a salir el siguiente, me canso. En las anteriores ocasiones los diferentes tráilers y avances que sacaban los muchachos de Ubisoft los meses previos al lanzamiento del nuevo Assassin’s Creed de turno, los devoraba. Me ilusionaba fácilmente pero tras ver varias entregas anuales que no han logrado colmar ni las más mínimas de mis expectativas en el aspecto argumental, y tener muy reciente el Unity por su multijugador, no me dan ganas ni de consumir información sobre el Syndicate. Pensaba que nunca me iba a pasar esto con esta saga pero ya se sabe que nada es verdad y todo está permitido.
Por cierto, una de las mejores ideas que han tenido en los últimos años es el cooperativo, y lo sacrifican en el Syndicate para cumplir con el calendario. ¡Pues muy bien!