Assassin´s Creed Syndicate está a la vuelta de la esquina, este próximo 12 de Mayo sabremos si las novedades son suficiente excusa para seguir confiando en la saga. Mientras tanto, esta es la opinión del redactor sobre Assassin´s Creed.
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¡SPOILERS ALERT! No destripamos los juegos pero si pueden aparecer detalles significativos sobre su trama. No sigas leyendo si tienes intención de terminar los anteriores AC.
El tiempo avanza inexorablemente. Con sus inevitables y perpetuos acompañantes; el paso de las estaciones del año, la senectud, la rotación de la Tierra y el anuncio de un nuevo Assassin’s Creed. El próximo 12 de este mismo mes vamos a conocer detalles jugables de la nueva entrega de esta exitosa franquicia. ¡Dios! ¡Qué poco nos gustan las entregas anuales que han degradado la saga y cuánto nos encanta deslizar nuestras hojas ocultas por los cuellos de los templarios! Una deliciosa contradicción que añadir a la lista. Justo debajo de la de la mancopeta y el retro lancer del Gears Of War 3. De qué mala hostia nos ponía y aún así jugábamos día tras día a su multijugador.
No he visto mayor cantidad de comentarios negativos que los que suscita cualquier noticia sobre cualquier aspecto de cualquier Assassin’s Creed. Aunque sea del Assassin’s Creed 2 siempre se puede leer algo como “Qué gran juego era el AC2, lástima que Bugy$oft esté acabando con la saga por exprimirla demasiado”. Sin embargo sale un nuevo juego de los asesinos y es líder de ventas. Menos el mediocre Rogue, la excepción que confirma la regla.
Que no se me entienda mal. Yo soy hipócrita como el que más. Critico mucho al AC y luego reservo el nuevo juego en cuanto se puede. Sin embargo mis críticas no van dirigidas a la frecuencia con la que la saga sale a la venta. De hecho yo estaba -y estoy- cómodo con ello. Prometo que hubo un tiempo en que jugar al AC me proporcionaba una satisfacción plena. Hasta que llegó el AC III. El peor de toda la saga, con permiso del Rogue, en mi modesta y nada importante opinión.
Perdíamos el tiempo al principio del juego manejando a un templario de alma negra y al protagonista cuando solo era un chavalín. El sistema de combate estaba simplificado al máximo para que con solo apretar el botón “B” del mando tuviéramos el combate ganado. Manejábamos a un asesino que no sabía ni qué era el credo de su organización y reclutaba a unos borrachos como hermandad. Los cuales además de no conocer el legado de los asesinos ni el significado de su lucha, solo tenían que pasar la dura prueba de brindar con cerveza para entrar. Tomabas un fuerte y se lo dabas automáticamente a los “revolucionarios”, no a los asesinos. Incluso se veían en el mapa como puntos rojos -enemigos- a los que les acabábamos de dar el fuerte que tanto nos había costado conseguir y no cumplía ninguna función. La trama de los anteriores juegos solo se seguía en el presente. Ya que cuando manejábamos a Connor estábamos más pendientes de ayudar a la causa de la independencia que a la de los asesinos.
Tras ese juego nos convertimos en piratas. Con un Desmond sacrificado para dar una oportunidad a la humanidad, los de Ubisoft pensaron que era mejor reducir a casi nada la historia en el presente en el momento en que se ponía más interesante. Brillante decisión. En el pasado manejábamos a un tipo prepotente, superficial y soberbio -Edward Kenway- que se pasó la mayor parte de la historia de un Assassin’s Creed sin ser un asesino e incluso matando a varios miembros del credo por intereses económicos. Jugablemente el Black Flag es un juegazo, pero en cuanto a historia deja bastante que desear. Por suerte el DLC Grito de Libertad mejoró bastante ese aspecto. Por fin pudimos manejar a un asesino orgulloso de serlo -Adewale- cumpliendo misiones con las que ayudábamos a los oprimidos a liberarse de las cadenas templarias.
Sin bajarnos del barco, llegó el AC Rogue, en el que controlamos a un ex-asesino despechado que se ha unido a los templarios para satisfacer su odio matando miembros del credo de Ezio Auditore Da Firenze. Yo esperaba que el argumento que los guionistas del AC Rogue iban a usar para justificar el cambio de chaqueta de Shay Patrick Cormac tuviera la consistencia del hormigón. Y hormigón había de sobra, pero en sus caras. La base argumental del juego era que los asesinos estaban haciendo temblar el suelo sin saberlo, matando inocentes con ello. Shay pensó, no se sabe bien porqué, que si sabían lo que estaban haciendo. Como un niño pequeño, se tapó las orejas con las manos y mientras gritaba con fuerza “¡¡HABLA CUCHO QUE NO TE ESCUCHO!!”. Salió por una ventana sin esperar si quiera a oír la explicación y se unió a los templarios. Así de fácil. Al final del juego se demuestra que, efectivamente, los asesinos no tenían ni idea de lo que estaban provocando con sus actos, algo que Shay observó directamente. Aún así no fue capaz de reconocer que se equivocó y siguió matando asesinos. ¿Tiene lógica dejar tu organización porque piensas que saben que están haciendo algo malo y cuando descubres que en realidad no lo sabían no vuelves con la misma rapidez? En fin, un argumento redondo. Sin fisuras.
Llegamos al Unity. Con sus múltiples bugs que arruinaron la experiencia, sobre todo en el nuevo y flamante multijugador cooperativo. Al igual que el Black Flag la jugabilidad era excelente pero la historia dejaba mucho que desear. La historia comenzaba con el templario Jaques de Molay para luego olvidarnos completamente de él en el resto del juego y de su legado, que aparece como de vital importancia en la lucha entre los templarios y asesinos. Controlamos a Arno Dorian, un joven asesino que descubre y soluciona él solo la corrupción interna de la que adolece el grupo y recibe como recompensa la expulsión de la organización. Descubrimos con él un artefacto de los que vinieron antes y ni lo investigamos para descubrir más cosas de la primera civilización. Acabamos el juego y no sabemos si Arno vuelve a ser aceptado por los asesinos, si se ha convertido en el líder de la organización ni nada. Por suerte, al igual que en el Black Flag, es otra vez un DLC el que lo arregla todo. En Reyes Muertos sí se trata como es debido a los artefactos de la primera civilización y observamos los lazos de Arno con los asesinos de otras partes del mundo, además de comprobar que se queda en Francia para restaurar la orden. Por cierto, el presente en este juego es vergonzosamente erradicado sin ninguna explicación.
Y ahora viene otro nuevo AC. ¿Seguirá la tendencia de ser un buen juego jugablemente hablando y una auténtica en la historia si la comparamos con los primeros Assassin’s? Sea como sea yo lo jugaré desde el primer día en que se ponga a la venta.