Analizamos en Xbox, Metal Eden, un nuevo FPS que bebe de muchas fórmulas, intentando buscar su propio camino.
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Lo primero que pensé al arrancar Metal Eden es que estaba frente a un título que sabía a lo que quería jugar: un shooter en primera persona con ambientación futurista, combates intensos y un aire muy reconocible a otros grandes del género. Tras horas jugando en Xbox Series X, la sensación que me ha quedado es que estamos ante un juego correcto, divertido por momentos, pero que nunca llega a sorprender, al menos como debería hacerlo viendo lo que ofrece.
Análisis en vídeo
Bebe claramente de referentes como Doom o Shadow Warrior, aunque con un ritmo algo más pausado y un envoltorio de ciencia ficción que, al menos, le da cierto aire propio. El problema es que, cuando esperas que los tiroteos y la acción sean el punto fuerte, el juego se queda algo corto: enemigos que no siempre reaccionan de forma convincente y escenarios que no terminan de explotar todo su potencial hacen que la experiencia no brille tanto como debería y me habría gustado.
Apartado técnico
En Xbox Series X tenemos disponibles dos modos gráficos (no lo he probado en Xbox Series S en esta ocasión): calidad y rendimiento. La teoría es la de siempre: mejor detalle visual en calidad, más fluidez en rendimiento. Pero en esta ocasión, he notado que el modo rendimiento no va tan fino como debería, algo que para el estilo de FPS que es y su propuesta te puede incomodar en ciertos momentos. No es injugable ni mucho menos, pero se aprecian ciertas caídas que rompen un poco la promesa de la estabilidad. Estoy convencido de que un parche lo puede solucionar, porque el resto del conjunto técnico cumple bien.
Visualmente, la ambientación de la ciudad monolítica de Moebius tiene personalidad. Ese estilo brutalista y decadente transmite perfectamente la idea de un mundo artificial en ruinas, aunque en ocasiones los escenarios se sienten algo repetitivos. Donde sí hay un buen trabajo es en las animaciones de nuestra protagonista, sobre todo cuando aprovechas las mecánicas de parkour o el modo esfera blindada, que aportan dinamismo a la acción y variedad, cosas que se pueden echar en falta en algunos momentos.
El apartado sonoro acompaña sin destacar demasiado, tantos tiros y vértigo no te permiten ponerte a escuchar demasiado, ambientan de manera correcta y es suficiente. La música busca elevar la adrenalina, pero no llega a quedarse grabada como ocurre en otros FPS más potentes. En cualquier caso, efectos como los disparos, explosiones cumplen, reforzando esa sensación de guerra cibernética constante. El juego llega con textos en español y voces en inglés.
Jugabilidad
Aquí es donde Metal Eden debería brillar, y aunque tiene buenas ideas, no termina de dar el golpe sobre la mesa. La base es la de siempre: disparos constantes, enemigos mecánicos y un ritmo de movimiento en el que detenerse significa morir. Es un juego que te exige estar en movimiento continuo, encadenando saltos, esprints, carreras por las paredes y ataques rápidos.
La propuesta de combate tiene chispa gracias al arsenal y las habilidades de Aska. Convertirse en una esfera blindada o usar los ganchos gravitatorios da variedad, y en los mejores momentos la acción se siente frenética y divertida. Aunque esa chispa se diluye cuando la IA enemiga no responde de forma convincente o cuando los escenarios no ofrecen suficiente verticalidad o elementos para aprovechar la movilidad. Es como si el diseño pidiera más de lo que finalmente da. En este momento se vuelve un poco frustrante, en juegos como Doom o como el mencionado, Shadow Warrior, todo sucede de manera mucho más orgánica y aunque la premisa es la misma, Metal Eden no termina de brillar ni de aportar ese extra para meterse con los grandes del género. Tiene buenas ideas, momentos que son divertidos, pero que con el paso de las horas, no consigue dar al 100% con la tecla.
El juego es también exigente, no perdona errores y te obliga a aprender rápido a usar todas tus herramientas, lo más probable es que mueras bastantes veces hasta que aprendas los patrones de los enemigos. Ese es uno de los puntos cruciales, ese aprendizaje se hace fundamental, pero una vez aprendido, se repite una y otra vez y los patrones de los enemigos dejan de sorprender. Esto puede ser un plus para quien busque un reto, pero también puede frustrar a quienes esperen algo más accesible, (yo lo he jugado en normal). Lo que más me ha gustado, personalmente, es esa mezcla entre parkour y tiroteos, porque cuando todo encaja el ritmo del juego fluye bastante bien. Pero son momentos de vez en cuando, y da la sensación de que con un poco más de pulido en escenarios y enemigos podría haber sido algo mucho más memorable u al menos, habría subido un par de peldaños. Os recordamos que tenéis una demo disponible en Store, por si lo queréis probar.
Duración
La campaña de Metal Eden ofrece unas 8-10 horas de juego, dependiendo de la dificultad elegida y del tiempo que dediques a explorar. No es un título especialmente largo, pero tampoco da la sensación de quedarse corto: su estructura de niveles semiabiertos funciona bien para mantener el interés sin necesidad de estirarlo.
Es un juego pensado más para la intensidad que para la duración. No hay un multijugador que alargue su vida, así que todo el peso recae en la campaña. Una vez terminada, es posible que no apetezca volver, salvo que seas de los que disfrutan rejugando en dificultades más altas o quieras mejorar todas tus armas y habilidades.
Conclusión
Metal Eden es un shooter correcto, que cumple en muchos apartados, pero que rara vez sorprende. Tiene buenas ideas como el parkour, la transformación en esfera, la ambientación futurista, pero nunca logra desmarcarse de los referentes en los que se inspira. Y eso es lo que más pesa: cuando juegas, constantemente piensas en Doom o Shadow Warrior y otros grandes de este género dentro de los FPS “mata, mata”, y comparado con ellos siempre queda unos pasos por detrás.
Lo positivo es que, a pesar de estas carencias, sigue siendo divertido en tramos concretos, sobre todo cuando la acción se desata y aprovechas todas las habilidades de Aska. El diseño técnico también tiene margen de mejora, especialmente en el modo rendimiento, pero nada que un buen parche no pueda solucionar tal y como hemos mencionado un poco más arriba.
No es un título que vaya a marcar el año, pero sí puede ser un entretenimiento digno para quienes disfruten del género y busquen una alternativa futurista. Al final, Metal Eden es un recordatorio de que, aunque los ingredientes estén ahí, no basta con imitar a los grandes: hace falta ese punto extra de personalidad que aquí solo aparece a ratos y quizá eso es lo más frustrante.
Agradecemos a Plaion el material ofrecido para poder realizar este análisis.
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Apartado Técnico75/100
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Jugabilidad75/100
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Duración75/100
Lo mejor
- El parkour integrado en los combates.
- Hay combates intensos y divertidos.
- Ambientación futurista con personalidad.
Lo peor
- La IA enemiga es floja y resta intensidad a los tiroteos
- El modo rendimiento en Xbox Series X no va tan fino como debería.





