Analizamos para Xbox uno de los juegos más curiosos de este verano, Sengoku Dynasty.
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El equipo de Toplitz Productions vuelve a la carga con un simulador de vida situado en tiempos feudales, pero esta vez la mano de los polacos de Superkami nos aleja de la propuesta anterior, Medieval Dynasty (que pasó por Game Pass en su día), para llevarnos a un período muy turbulento de las tierras japonesas.
Sengoku Dynasty se ubica en el período Sengoku Jidai de Japón, una era plagada por los conflictos armados y las guerras civiles en donde los señores feudales asiáticos batallaban por hacerse con el control total del país, lo que generó una cantidad insana de leyendas y productos multimediales como bien se puede ver al día de hoy.
El marco de la historia se muestra en la breve introducción que hace el juego al comienzo, en donde el jugador deberá crear al protagonista pudiendo elegir entre un hombre y una mujer y acomodando algunas características físicas a voluntad; aunque el abanico de opciones de personalización es bastante escaso, y creo que incluso con ese adjetivo le estoy haciendo un favor.
Una vez que el o la protagonista esté creada, el juego trasladará la acción a un naufragio que sucede tras el escape del personaje de un conflicto armado que arrasó la aldea que habitaba. Las costas a las que se llegará son las del valle de Nata, una tierra cargada de misterio, recursos naturales y la esperanza de un lugar conocido como el Reino de los Campesinos, un territorio alejado de los shogunatos y de los terratenientes que será el sitio ideal para forjar una nueva dinastía.
Con una premisa interesante ambientada en un momento histórico singular, te invito a que me acompañes en este recorrido agridulce por las diversas capas que nos ofrece Sengoku Dynasty. Al final, serás tú quien decida hacerle o no un lugar entre los títulos que comprarás este año.
Apartado técnico
Gráficamente, el juego presenta puntos muy contrastantes que son complejos de analizar, pero que bien vale la pena hacerlo. El diseño en general no está mal, pero si me dijesen que esto es un juego de la generación anterior, lo creería totalmente. Aun así, los detalles de los escenarios se ven muy bien, así como los típicos atuendos japoneses de la época y las diferentes armaduras que se pueden ir forjando. Los rostros, por otro lado, muchas veces parecen ser bastante genéricos y carentes de distinción los unos con los otros, a no ser por rasgos como el cabello.
De cualquier forma, una de las cosas que me parece que tienen que trabajarse de forma urgente con algún parche al momento en que el juego vea la luz (si es que es posible), es la iluminación. El contraste entre luces y sombras por momentos es realmente malo; hay veces en las que es imposible ver alrededor en pleno día mientras se está a la sombra de algún sector, esto también se repite por las noches, pero entiendo que la idea allí es usar alguna antorcha o elemento que produzca luminosidad, pero de cualquier forma estos efectos necesitan una mejora bastante sustancial.
Es interesante que el juego ofrezca distintos tipos de perspectiva en tercera persona, con varios acercamientos y hasta un modo en primera persona, que puede que no sea muy práctico al principio, pero ciertamente logra capturar mejor algunas situaciones del juego.
La UI es minimalista y muestra en un extremo las acciones básicas que se pueden realizar con los items seleccionados y en otro la energía vital del personaje principal, el hambre y la resistencia física remanente.
El juego hace un buen trabajo en materia de sonido ambiente, permitiéndole al jugador oír con detalle todo a su alrededor, especialmente el sonido de los animales de los distintos sectores que permitirán alistarse para la caza o bien para evitar alguna confrontación no deseada con osos, jabalíes y otra fauna que no sea muy amigable en líneas generales. La música solo aparece en ocasiones particulares con ritmos típicos japoneses, en los que predominan los instrumentos de viento y el choque de cañas o tamborines. Las voces, por su lado, son escasas y se circunscriben a frases que se repiten bastante seguido cuando se empieza a hablar con un NPC.
Este análisis lo realicé al completo en mi Xbox Series S y si bien no noté caídas de rendimiento en mis partidas en solitario, sí tengo que decir que observé varios bugs que vale la pena mencionar. En varias ocasiones, ante invasiones enemigas en las aldeas, los enemigos parecían teletransportarse de un lugar a otro y moverse irregularmente, sin que siquiera se los pudiese alcanzar para atacar; pero este no es el más grave de los inconvenientes, ya que más o menos a partir de la primera finalización de un proyecto especial, el juego cada cierto tiempo simplemente se cerraba enviándome a la pantalla de inicio. Si bien es cierto que el título guarda el progreso automáticamente cada cierto tiempo, todos saben el incordio que es tener que volver a cargar la partida de forma constante y esto es algo que los desarrolladores tienen que tener en cuenta cuando el título esté a la venta.
La localización del título a nuestro idioma está muy bien lograda y abarca todo el juego, excepto el audio que se mantiene en japonés. El único inconveniente, que tiene que ver con la programación más que con las elecciones lingüísticas, es que muchas veces hay confusiones en el género del protagonista, independientemente si se selecciona una mujer o un hombre para el rol principal.
Jugabilidad
Estructuralmente, el juego no se aparta de otros títulos del género, por lo que si ya has jugado este tipo de producciones, no hay mucho que vaya a sorprenderte, y si recién te acercas a estos juegos, el aprendizaje tampoco es muy complejo, aunque lleva un tiempo y algo de paciencia.
La idea es hacer acopio de distintos tipos de recursos, algunos más básicos que otros como la madera, la piedra, ramas, hierba, pieles, minerales y comida de diverso tipo. Con base en estas materias primas, o la combinación de algunas, se van construyendo herramientas y algunas armas que se utilizan para construcciones y para defender el asentamiento o conquistar nuevas tierras.
El asentamiento se constituye por casas de distinto tamaño (cada una requerirá diversos recursos) y edificios de producción, ya sea de forraje como de caza, pesca, fabricación de elementos, producción textil, etc. Cada construcción que se haga es extremadamente manual y será solo el protagonista el/la que lo haga, además de otras estructuras decorativas que hacen la diferencia a nivel visual. Debo admitir que esta idea me resultó muy interesante al principio, pero tras las primeras horas ansié poder delegarla a alguno de los refugiados que llegaron al lugar, cosa que no es posible dentro del título.
Cada habitante que se vaya reclutando tiene que tener un lugar asignado donde habitar y dormir, y a su vez realiza consumos diarios de comida, calefacción y luego hasta agua, por lo que el jugador tendrá que ponerlos a trabajar en distintas tareas para que la comunidad mantenga un nivel de felicidad aceptable.
Las relaciones personales también son importantes y el avance del tiempo permitirá que se formen vínculos en el seno de los habitantes de las aldeas y en el del propio jugador, que podrá casarse y tener hijos para perpetuar el legado en el tiempo.
A pesar de ser un juego concebido para PC, los menús en Xbox están bien optimizados y son de fácil desplazamiento, y eso sí, son muchos, el juego está cargado de opciones de todo tipo que habrá que ir desmenuzando conforme se avance en la historia y el territorio se expanda. Desde este tipo de interfaz se puede gestionar la producción, la situación habitacional de los integrantes de las comunidades, el comercio y hasta mejorar los árboles de habilidades del personaje principal en tópicos como liderazgo, espiritualidad, guerrero y cazador que permiten mejorar varios aspectos de cada una de estas ramas.
Además de la construcción y gestión de las aldeas, que es quizás el núcleo del juego, Sengoku Dynasty tiene un componente de combate de bastante relevancia, aunque no por eso poco tosco. A nivel general, los enemigos no son muy complicados de neutralizar si se tienen las armas correctas, la mayoría atacan con embates cuerpo a cuerpo que son sencillos de predecir y algunos arrojan flechas, el problema principal es cuando los ataques se hacen desde distintos flancos a la vez.
El título también cuenta con un apartado online y eventualmente gozará de cross-play. El modo multijugador permite trabajar codo a codo con otros jugadores para lograr objetivos en común, siendo que el juego aún no está a la venta al momento de realizar este análisis no puedo comentaros demasiados detalles, ya que no he tenido posibilidad de probarlo.
Duración
Sin duda el punto más alto del juego, con una inmensa cantidad de horas para culminar la historia y otro tanto para construir todos los niveles de las aldeas y conquistar todos los territorios del mapa, lo cual no es una tarea para nada simple, principalmente por la extensión del mundo.
Conclusión
Sengoku Dynasty presenta una propuesta interesante y original por el tipo de juego y por el período en que se encuentra ambientado. El título incluso tiene todos los componentes ideales para ser una opción más que interesante para un grupo de jugadores. Lamentablemente, de lanzamiento, el juego tendrá que pulir algunos detalles importantes, pero la raíz es buena, solo falta que el juego de los frutos adecuados.
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Apartado técnico50/100
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Jugabilidad72/100
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Duración90/100
Lo bueno
- La inmersión que promueve
- La amplia gama de actividades que permite hacer
- Las misiones y el sistema de progreso
Lo malo
- Las tareas de construcción manuales se vuelven repetitivas
- Los excesivos bugs que presenta en esta versión
- Necesita mejorar muchísimo la iluminación










