La leyenda ha regresado con un título que combina el pasado con la actualidad, en una experiencia no apta para cardiacos.
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Es un año de celebración para los fans de una de las sagas más queridas del sector, una que lleva desde los años 80 brindándonos emocionantes experiencias y que, a pesar del tiempo, no deja de sorprendernos con cada una de sus secuelas.
Me refiero a Ninja Gaiden, y en especial a los títulos que dieron origen al legado que dejó Koei Tecmo en su momento. Ahora, la evolución de esta serie ha llegado a nuevas manos, con una oportunidad de oro para un estudio cuya reputación le precede.
The Game Kitchen, los creadores de Blasphemous, son los encargados de liderar esta nueva incursión con Ninja Gaiden: Ragebound, aportando su sello personal para ofrecernos su versión de lo que será un título que recupera las bases de la saga sin dejar escapar ningún detalle.
El año del ninja continúa con este juego que recupera el estilo 2D de la saga - ¡Comparte!
Apartado técnico
Es evidente que el juego busca traer de vuelta el legado que lo vio nacer. Con esto quiero decir que estamos ante una obra que apuesta por un estilo old-school, en el que destacan el 2D, los sprites y un pixel-art capaz de enamorarte a primera vista.
En definitiva, es todo un acierto ver que Ninja Gaiden ha regresado con Ragebound, conservando una esencia retro, pero con la modernidad suficiente para equilibrar lo clásico con lo actual, aprovechando al máximo el talento de sus desarrolladores.
Como mencionábamos al inicio, The Game Kitchen está a cargo del proyecto y se nota en cada rincón. Los detalles, las animaciones, los enemigos y cada puesta en escena son sorprendentes; son auténticos maestros en lo que hacen, y eso se refleja en el juego.
Al principio tenía mis dudas, pensaba que esto ya lo había visto en Blasphemous por su apartado visual y estética similar. Sin embargo, esa sensación se disipó rápidamente al comenzar la aventura y tomar el control. El juego se desmarca de todo lo que ha hecho el estudio anteriormente.
El toque artesanal en su apartado artístico es lo que permite apreciar sus virtudes. Como en el original, las escenas animadas están muy presentes, con una estética cuidada y unos visuales que atrapan. El juego no decae en ningún momento, y eso se percibe de principio a fin.
En cuanto a la banda sonora, es sencillamente genial. Encaja y se adapta a cada nivel, con compases que desatan la acción en segundos. Está muy bien trabajada y logra transmitir toda la intensidad del combate.
Además, cuenta con localización al español que acompaña en cada diálogo, y créeme, no son pocos: hay mucho texto en cada escena, pero se hace ameno. Con todo esto, puedo decirte que el título es sólido en este apartado y brilla en cada situación.
Un título que posee una mezcla de 2D, pixel-art, acción, Ninjas y una identidad propia. - ¡Comparte!
Jugabilidad
Un nombre que llevaba más de 30 años sin aparecer en su vertiente 2D y que nos dejó con ganas de continuar su historia desde los años 90. Me refiero a Ninja Gaiden, una obra con el carisma suficiente para convertirse en un juego icónico en la industria, y lo consiguió.
Por este motivo, Koei Tecmo ha elegido a The Game Kitchen como responsables de devolver la gloria a esta querida IP con Ragebound. Este regreso se sitúa en la misma línea temporal que el Ninja Gaiden original de NES.
Es decir, a la par de los sucesos del Ninja Gaiden de 1988, Ryu Hayabusa emprende su misión personal, dejando su aldea bajo la protección de su pupilo Kenji Mozu, que será nuestro protagonista en esta historia.
Desde la introducción, se nos deja claro que Kenji es un hábil espadachín, quizá no al nivel de Ryu, aunque tiene todo el potencial para serlo. Así, se embarca en la misión de cumplir su promesa y proteger a su gente.
De esta manera comenzamos nuestro recorrido. Contaremos con nuestra valiosa espada, capaz de eliminar a los enemigos comunes de un solo golpe. Podremos saltar, trepar por paredes, e incluso colgarnos de techos y otras superficies.
La agilidad de Kenji es palpable al mando, con un control suave y que exige precisión casi milimétrica en los movimientos. Cualquier error puede costarnos una caída al vacío o recibir daño enemigo. En pocas palabras, la versatilidad del personaje debe ir acompañada de nuestra pericia para sacar el máximo partido a su repertorio.
Aunque lo anterior pueda parecer todo lo que ofrece el juego, pronto se incorpora un nuevo personaje que mejora la experiencia: Kumori, una ninja del clan araña que, por circunstancias de la vida, forma una alianza con Kenji, fusionando ambos estilos en un mismo personaje.
Kenji y Kumori son el alma del juego. Su combinación es el punto más alto que nos ofrece el título: mientras atacamos con la katana, también podemos lanzar dagas y usar otros elementos adicionales. Además, entre ambos realizan un ataque especial devastador.
En ciertas zonas utilizaremos únicamente a Kumori, en carreras contrarreloj, sorteando obstáculos, enfrentando enemigos y abriendo nuevos caminos o consiguiendo coleccionables. Estas secciones añaden una gran variedad a la aventura, por desgracia en par de ocasiones se colgaba el juego y tocaba reiniciar todo el nivel.
El juego es adrenalina pura: la vieja escuela con ideas nuevas. El resultado es increíble. La tensión y el temple que debemos mantener para sobrevivir convierten cada combate en una danza mortal, que te empuja a mejorar en cada nivel.
A la jugabilidad se añade la posibilidad de equipar y activar talismanes, que nos otorgan mejoras, unas pasivas y otras activas. Aunque muchas son ventajas, otras complican la partida, aumentando el reto hasta niveles descomunales.
Los enemigos básicos son sencillos de derrotar, pero en grupo se convierten en un verdadero desafío. Conviene eliminarlos mientras avanzamos para no acumular peligros. También encontraremos obstáculos clásicos, como saltos precisos y pinchos (no podían faltar).
La guinda del pastel la ponen los jefes finales: enormes, imponentes y con un reto espectacular. Morirás más de una vez; será necesario aprender sus patrones y moverte como un auténtico ninja para salir victorioso. Conseguirlo es enormemente gratificante.
Estamos ante un juego completo. No solo incluye los niveles de la historia principal, también ofrece misiones secundarias que nos exigen aún más. La dificultad empieza suave, pero aumenta progresivamente hasta convertirse en una auténtica barbaridad (en el buen sentido).
La dificultad está muy presente en todo momento, aunque puedes activar el modo asistido, que ajusta ciertos parámetros para facilitar la experiencia a principiantes. Pero si prefieres sufrir como yo, te recomiendo no cambiar nada y vivir la experiencia tal y como está pensada.
Para finalizar, estoy muy satisfecho con este regreso. No solo aporta aire fresco, también refleja un gran esfuerzo por darle un lugar dentro de la historia original, expandir el lore y ofrecer algo familiar y, al mismo tiempo, diferente. No se siente forzado; es exigente, gratificante y la sensación de satisfacción está siempre presente.
Una jugabilidad precisa, directa y exigente, un verdadero Ninja Gaiden. - ¡Comparte!
Duración
Recuerdo que los primeros Ninja Gaiden en 2D no eran precisamente largos. Se basaban en un sistema de tiempo y retos que nos ponían la vida patas arriba, lo que prolongaba la experiencia y nos hacía invertir horas intentando superar cada acto que se nos presentaba.
En Ninja Gaiden: Ragebound no es diferente en cuanto a dificultad, aunque el factor tiempo ya no nos presionará. Por el contrario, podemos explorar cada escenario con cierta libertad, aunque con algunas limitaciones. Hay coleccionables por todas partes, así que deberemos estar atentos si queremos hacernos con todo el contenido del juego.
Estamos ante un título generoso: para completar la campaña principal podemos invertir entre 8 y 10 horas, quizá menos para los jugadores más expertos. Y no te preocupes, hay coleccionables, misiones secundarias y muchísima rejugabilidad, por lo que estarás entretenido durante bastante tiempo. Eso, sin duda, ya es una gran ventaja.
Un juego que brinda mucho al jugador y su rejugabilidad es de lo mejor - ¡Comparte!
Conclusión
Creo firmemente que elegir a The Game Kitchen para el regreso de Ninja Gaiden con Ragebound ha sido todo un acierto. La calidad se desborda por donde se mire, y lo mejor es que el lore no solo se respeta, sino que se expande notablemente, ofreciéndonos lo que esperábamos de esta franquicia.
Historia, acción, enemigos, jefes… este regreso lo tiene todo y brilla con luz propia. Consigue complementarse y encontrar su lugar en paralelo a la historia original, manteniendo su identidad y destacando gracias a un par de personajes que, aunque no son Ryu Hayabusa, poseen el carisma necesario para llevar el título por el buen camino.
Es un juego imprescindible en el catálogo de Xbox, una joya que demuestra que pasado y presente pueden converger para brindarnos una experiencia fresca y única. Es rápido, letal y, sin duda, Ninja Gaiden: Ragebound es un paso firme y digno de una saga que lo merece todo.
Gracias a Dotemu por proporcionarnos el código para realizar este análisis.
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Apartado técnico90/100
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Jugabilidad100/100
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Duración80/100
Lo bueno
- Se siente fresco y muy adictivo
- El regreso a los origenes de la saga en 2D
- Un manejo de personaje que siente como la seda
- Un estilo pixel-art que desborda carisma en cada rincón
- Los jefes son un autentico reto y la prueba final de tus habilidades
- Es difícil, aunque tiene una opción de accesibilidad qué ayudará a los jugadores
Lo malo
- En un par de ocasiones, durante las fases de Kumori el juego se rompía
- A pesar de ser accesible, puede llegar a frustrar a los menos experimentados











