Por su naturaleza, los videojuegos siempre han estado ligados a la tecnología. ¿Hacia dónde se dirigirá este matrimonio entre el arte, el ocio y lo digital?
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Hablar de videojuegos es hablar de tecnología. Ambos mundos caminan de la mano desde que Pong se gestó como idea y se ejecutó como juego. Durante todas estas décadas, hemos visto cómo las fórmulas, las mecánicas y por supuesto los gráficos de los juegos mejoraban a pasos agigantados con la llegada de las nuevas tecnologías. Lo hemos visto con el salto de Xbox One a Xbox Series X|S, lo vimos con el de Xbox 360 a Xbox One y por supuesto lo notamos mucho más con el paso de Xbox a Xbox 360.
Pero, ¿hacia dónde nos dirigimos? El ecosistema de Microsoft se está expandiendo en el ámbito del gaming, apostando por Windows como el epicentro de toda la propuesta gaming de la compañía. Ya sabemos que la compañía aboga por un futuro junto a AMD en el que quiere que todo pase por Windows, no solo para el usuario particular que quiere hacer algo de ofimática o trabajar, sino también para el jugador, con un sistema adaptado para exprimir al máximo las capacidades de consolas y dispositivos en materia de videojuegos. Pero, ¿y el resto de tecnología? ¿Qué nos espera a los jugadores en general?
IA, cloud y blockchain: los tres pilares del futuro
La inteligencia artificial, los sistemas en la nube y la blockchain son tres tecnologías que están asentándose como grandes pilares de la tecnología moderna. No hablamos solo de que en el futuro sea posible comprar un videojuego usando una criptodivisa como ethereum, hablamos de mecanismos y procedimientos que ya están revolucionando la forma en la que consumimos videojuegos, pero también la forma en la que se desarrollan.
Solo tenemos que volver a mirar a Microsoft para darnos cuenta de ello. La compañía está apostando como nunca por la Inteligencia Artificial para prototipar sus videojuegos e incluso establecer sistemas que ayuden a la conservación de los clásicos. Ahí está Muse, su modelo de IA generativa para gameplay de videojuegos que permite crear entornos simulados con modificaciones casi en tiempo real. Algo ideal para desarrolladores. También tenemos ejemplos como el de los NEO NPC de Ubisoft, un sistema desarrollado en colaboración con Nvidia e Inworld para crear NPC mucho más realistas, con conversaciones fluidas y naturales que reaccionan a lo que haces, lo que dices y cómo lo haces.
Soluciones pensadas para facilitar el desarrollo de juegos y también para dar a los jugadores experiencias mucho más creíbles. Aunque no son las únicas, la nube, que ya lleva tiempo presente en Microsoft con Xbox Cloud Gaming, va a seguir asentándose para democratizar el acceso a los videojuegos. Solo hay que ver cómo ya hay televisores que cuentan con esta plataforma de juego de Microsoft para poder disfrutar del catálogo de Game Pass sin tener que contar con una máquina adicional: solo el mando, el televisor y conexión a internet.
Es algo que se seguirá reforzando, al igual que el uso de la blockchain, que permite dotar a los usuarios de una mayor privacidad al proteger su información y descentralizarla. Es otra pieza más de estos tres pilares que ya están marcando la industria del videojuego y que van a determinar su futuro. El horizonte es de lo más prometedor.

