Fue uno de los primeros que quisieron imitar a Dark Souls y ahora Lords of the Fallen vuelve con la lección bien aprendida y todos los puntos que debe tocar perfeccionados.
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Muchos lo han intentado en estos últimos años, pero pocos lo consiguen. Aunque, cada vez en más ocasiones encontramos a alguno que ha aprendido bien del maestro. Que cuenta con un poco más de presupuesto que el resto y buena mano para manejarlo, o que tiene una tremenda sabiduría artística y de recursos que le lleva a encontrar su propia fórmula exitosa. Estoy hablando de los juegos tipo “souls”, los ya conocidos como souls-like, un auténtico subgénero creado por los que les otorgaron el mismo nombre, From Software. Y Lords of the Fallen, como su primera entrega, pues ésta es en realidad la segunda con el mismo nombre, tiene la intención de hacerse un hueco en el exigente corazón de los fans de las creaciones de Miyazaki.
Aunque, hay que admitir que el alumno sigue sin superar al maestro, sí que empezamos a ver una clara tendencia de títulos que encuentran su propia identidad, ofreciendo una alternativa a aquellos sedientos de esta manera de pasarlo mal. Porque, por supuesto, el de Lords of the Fallen no ha sido un camino fácil. Cuenta con la dificultad típica y característica. Ese punto cruel con el jugador, pero en el que te das cuenta de que has cometido un error tú mismo por ir demasiado rápido o no saber calcular esa estocada de más antes de esquivar. Como dicen en el estudio, Hexworks, lo han diseñado con la dificultad necesaria para que puedas presumir del logro de habértelo pasado delante de tus amigos.
De hecho, Lords of the Fallen da en el clavo con todo lo que se propone. Realmente podemos considerarlo como el primer souls-like verdaderamente next-gen, por su trabajadísima ambientación, gráficos impresionantes y toda clase de efectos de partículas que nos han dejado totalmente maravillados. Pero no deja atrás una gran jugabilidad, pues cuenta con los números necesarios de armas, armaduras, hechizos, posibilidades de builds y todo lo que te propongas, porque amig@s mí@s, si hay que ponerle una sola pega al juego es que no es de From Software. Así de sencillo.
El motivo de que sea un reboot de la franquicia, lo desliga totalmente de la entrega lanzada allá por 2014, que directamente podemos considerar otro juego. Y eso se refleja en el argumento, que de nuevo, tenemos que agradecer que se entienda, algo que parece que han aprendido por fin. No hace falta ofrecer una enrevesada historia que solo podremos desvelar leyendo “descripciones de objetos”, algo que personalmente siempre me ha parecido algo rebuscado…
Pero también es cierto que la misma, ya nos empieza a sonar. Un malo malísimo, el Dios Demonio Adyr, quiere volver a someter el reino de Mournstead, a través de su 5 heraldos oscuros, que tendremos que derrotar para acceder a este. PERO, nuestro Dios, el bueno, llamado Orius, nos ha proporcionado a nosotros, el portador el poder de la lámpara. Y con ella no podremos llamar al genio, pero si que podremos ver e incluso caminar entre los dos mundos: Axiom, el mundo real y Umbral, el mundo espiritual. Porque sí, al más puro estilo Soul Reaver, Lords of the Fallen nos tiene a caballo constante entre esos dos mundos superpuestos, haciendo de ello prácticamente su eje jugable.
Y es que precisamente ‘Umbral’ es la clave de esa manera de diferenciarse de los demás souls-like. Es un mundo dentro del mismo que vemos y solo con levantar la lámpara podremos desvelar su aspecto en cualquier momento, algo que en movimiento, resulta totalmente impresionante. Una vez puestos en antecedentes, vámonos con más detalle.
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Apartado técnico
He de admitir que me hubiera gustado mucho haber podido jugar en mi Xbox Series X y disfrutar del primer souls exclusivo de la actual generación, pues prácticamente todos los anteriores sí que habían aparecido en Xbox One, pero desde Plaion solo nos han podido adelantar una copia para PC en Steam, por lo que todo lo que os voy a describir se trata de mi experiencia exclusivamente en PC. Y sinceramente, hubiera preferido Xbox Series X no sólo por comodidad, sino también porque la versión de PC tenía problemas de rendimiento que nos han resultado realmente molestos, al menos hasta que los tres grandes parches que ha recibido el título mientras lo probábamos, lo han mejorado sustancialmente.
Con una configuración en portátil de un i7-12650, 16Gb de RAM DDR5 y una RTX 3060, no debería de tener ningún problema para correrlo a 1080p y 60 fps. Por mucho que lo intentaba, no conseguía estabilizar el rendimiento de ninguna de las maneras, ni con DLSS, ni FSR, los cuales están soportados de salida, pues hay que admitir que la configuración gráfica del juego es extensa y deja elegir muchas opciones distintas. Por ejemplo, a partir de la calidad alta, el juego empieza a usar iluminación global con Ray Tracing, pero incluso en calidad media o baja sentía una especie de lag en la imagen, como si se ralentizara cada pocos segundos.
Como he comentado, esta cuestión casi se ha resuelto con el parche recibido hoy mismo día 12 de octubre, que lo convierte en una experiencia muy correcta en calidad media, pero igualmente en un boss hemos sufrido de nuevo este mismo lag, provocando, lamentablemente que no pudiéramos rendir agusto con parrys y esquivas a tiempo.
Pero bueno, me sacudo un poco de la mala vibra que provoca el rendimiento de Lords of the Fallen para centrarnos en lo jodidamente bien que se ve en pantalla. Todo tiene una calidad inusitada, la iluminación es soberbia, el diseño de armaduras, enemigos y escenarios impresiona, e incluso las paredes parecen respirar y reflejar un enorme detalle. Una resolución de texturas que seguramente se tenga que pagar en hardware, pero que por fin deja el listón muy alto del género, con un mapeado de diseño muy angosto pero enorme e interconectado para poder explorarlo.
Y justamente ayer mismo dábamos la noticia de que la banda sonora del título ya estaba disponible en diversas plataformas. No es para menos, porque la música es otra pieza clave del juego, con melodías muy potentes, el uso de coros para los jefes finales y unos tintes totalmente épicos que acompañan a los grandes enfrentamientos. En los momentos de exploración, el propio escenario será el que se encargue de aportar el sonido de la ambientación, e incluso de algunos enemigos, que posicionaremos rápidamente al oirlos. Eso sí, se habrían superado enormemente si las voces hubieran estado en español, ya que no son pocos los NPCs y las conversaciones a las que podremos acceder.
Jugabilidad
Si no queréis leer esta parte detalladamente, quedaron con una explicación muy sencilla: Lords of the Fallen es una especie de clon de Dark Souls 3, pero por momentos, lo supera. Dark Souls seguía anclado en esa jugabilidad muy satisfactoria, pero en ocasiones artificialmente cruel. Y tampoco debemos engañarnos, pero en este juego, se han pensado algunas cosas algo mejor, manteniendo esa dificultad que tanto nos puede llegar a angustiar, que hace que empecemos a buscar alternativas de builds, farmear niveles o intentar otras tácticas casi obligatoriamente.
Por supuesto, su ambientación, el propio escenario, los arquetipos de personaje para elegir, los Vestigios en lugar de las Hogueras, el Vigor en lugar de las almas, el Sangrifix en lugar del Estus… y así podemos seguir con unas cuantas cosas más. Y no nos engañemos, eso siempre es buena señal, pues bien utilizados estos recursos, el título puede ser tremendamente efectivo, divertido y posicionarse rápidamente entre los favoritos del género.
Una vez creamos a nuestro personaje en el completo editor del mismo, podremos elegir entre varias clases iniciales, que incluyen al Caballero Sagrado (el que elegimos y podeis ver en las capturas), el Lobo de guerra udirangiano (el guerrero), el Partisano, el Guarda Plumanegra y entre ellos, alguno más avanzado, como el Predicador Oriusano o el Acólito Pírico. En definitiva, el juego ya nos está permitiendo escoger entre una variedad muy distinta de builds desde el principio, anticipando la flexibilidad de su propio sistema RPG para moldear las habilidades de nuestro personaje.
Porque las estadísticas siguen siendo muy parecidas a los estándares de los souls, algo que no hace falta explicar, por lo que me voy directamente al sistema de combate. En Lords of the Fallen hay números de sobra: Más de 300 armas, 76 conjuros distintos, casi 100 piezas distintas de armadura y cientos de objetos y consumibles para gestionar. Nuestro personaje llevará siempre disponible la famosa lámpara, pero podremos intercambiar ese uso con el de las armas a distancia o los hechizos. Hasta el personaje más básico podrá lanzar bombas, piedras o utilizar ballestas, arcos, etc… solo que parece que alguna de las municiones están limitadas a la reaparición. Hasta que no descanses en un vestigio, no vuelven.
El sistema se sostiene perfectamente y en relación a la magia, han creado 3 tipos distintos que, al estilo papel, piedra y tijera, cada una tiene fortalezas sobre otra. Tendremos la magia Rhogar, que es la “normal”, luego la magia Infernal, que es la basada en hechizos de fuego, y la Celestial, que también es muy completa, ofreciendo algunos ataque, defensa, potenciadores e incluso curación para ti y para tu equipo. Por supuesto, estos hechizos también siguen la estructura souls, y no es que los aprendamos de un árbol de habilidad, sino que deberemos encontrarlos o comprarlos a determinados vendedores. Para las armas, como sucede en Elden Ring, por ejemplo, podremos coger incluso la primera que nos dan y mejorarlas en la Herrera con los materiales que requieran, y un módico precio, para ir adaptando su daño a nuestro propio nivel de jugador.
La clave diferenciadora: Dos mundos en uno
Lo comentábamos al principio del texto, una de las claves del juego es el poder cambiar entre los mundos de Axiom y Umbral. El sistema es algo extraño al principio de entender, porque nuestra lámpara será de extrema utilidad. Primero, como complemento para los combates, pues apuntando con ella a los enemigos, podemos “extraerles” su parte espiritual, para hacerles más daño. Lo curioso es que en este momento podemos desplazarlos y aturdirlos, con un poco de imaginación, podremos usar incluso el escenario a nuestro favor.
Algunos enemigos contarán con una especie de escudo proporcionado por una criatura del umbral, simplemente deberemos apuntarle a ella y eliminarla, pero si no la encontramos a tiempo, puede resultar en una muerte rápida. Pero el mejor uso de la lámpara viene en la posibilidad de ver el mundo Umbral solo con apuntar con ella. Al margen de la cuestión de que el efecto es genial, pues son mundos que comparten estructura, pero son estéticamente distintos como la noche y el día, nos servirá para desvelar caminos y ver rutas que muchas veces nos llevarán a ampliar nuestra exploración, pero que otras veces serán esenciales para continuar nuestro trayecto principal. Pero ojo, mientras más tiempo pasemos en Umbral, más enemigos aparecerán en el mismo, cada vez más numerosos y fuertes, hasta que una especie de temporizador llegue al máximo, momento en el que nos perseguirá un enemigo invencible. Aquí solo nos queda correr y rezar por llegar a tiempo a salvarnos. La música, el sonido y los enemigos por todos lados nos pondrán los pelos de punta en esos momentos críticos en los que nos pondremos realmente tensos.
Porque si en Sekiro teníamos una segunda vida, aquí al morir pasaremos al Umbral. Tanto si nos matan como si nos caemos al vacío, iremos al otro lado. Pero eso sí, al morir en el Umbral, perderemos nuestro Vigor y volveremos al punto de reaparición más cercano. Y justo aquí debemos de comentar que nuestra lámpara también podrá hacer puntos de descanso totalmente operativos en zonas marcadas. Sin embargo, estarán limitados a un item llamado ‘semilla del vestigio’, que normalmente obtendremos solo de los jefes caídos o comprándolas en un determinado mercader, por lo que tendremos que cuidar su gestión, por si algún camino se nos atraganta y necesitamos ese punto de respiro.
Duración
El tiempo que hemos pasado con el juego pasaba volando, os lo juro. Las sesiones de 4 o 5 horas seguidas han sido algo recurrente, porque era difícil no decir lo típico: “un intento más, venga”. Según el Hexworks, la duración aproximada es de entre 35 y 40 horas, algo que prácticamente hemos clavado, aunque ligeramente por encima. Sin embargo, un uso intensivo del cooperativo podría acortar la aventura haciéndola más sencilla o el del multijugador podría alargarla, al poder invadir el mundo de otros jugadores. Y otro minipunto para Lords of the Fallen es lo fácil que pone esta cuestión. Solo deberemos de irnos a un Vestigio y pedir ayuda, para que un jugador se una a nuestra partida con matchmaking, invitar directamente a un amigo o invadir nosotros mismos a otro jugador.
Por supuesto, el que os escribe ya se ha pasado previamente todos los títulos de From y la inmensa mayoría de los soulslike del mercado y puedo decir que Lords of the Fallen es complicado. Es duro y aprovecha cuando puede para machacarte con enemigos bien posicionados o sorpresas inesperadas. Pero al mismo tiempo, ofrece ayudas con las que otros títulos no quieren romper la partida, como las invocaciones o el cooperativo. Aquí no hay miedo. Si quieres la experiencia completa, no invoques a los NPCs amistosos que encontrarás en las entradas a los jefes, pero si decides hacerlo, ni siquiera consumirás ningún tipo de objeto.
Casi se me olvida, pero tiene un modo foto 3D, que podremos cargar para sacar las mejores capturas cuando queramos y un detalle estúpido but… you can pet the dog.
Conclusión
Posiblemente, estemos ante el soulslike más cercano y casi parejo a la propia saga Dark Souls. Tiene absolutamente todo lo que un fan de la franquicia puede desear de este tipo de juego: Es difícil, retador, pero no imposible ni injusto, tiene muchas posibilidades para abordar la aventura, y técnicamente acompaña tanto a la vista como al oído. Quizá la historia no llegue a ser tan trascendental, por ser una que hemos visto ya más de una vez, pero tampoco hay que desmerecerla, pues el diseño de los personajes es impresionante en muchos casos, algo que también sucede con los más de 30 jefes que hay en el juego, cada uno con sus propias mecánicas, fases y estética.
Si Lies of P era lo más cercano a Bloodborne que hemos podido tener, Lords of the Fallen es sin duda el equivalente de Dark Souls al mismo nivel. Ambos tienen todo lo necesario para estar a la altura y aprovechan para mejorar algunos detalles interesantes, como el poder usar el Umbral para nuestro beneficio, aprovecharnos de que el daño por bloqueo es regenerable golpeando de vuelta si no hacemos el parry perfecto y otras “tácticas” que descubriréis si os lanzáis a jugarlo. Y otro punto importante es que es muy sencillo disfrutar del multijugador y nos podremos pasar el juego entero en cooperativo, lo que en cierto modo introduce una ayuda que puede hacerlo más asequible para aquellos que siguen pidiendo a gritos un modo fácil, aunque por otra parte, si abrimos el multijugador, nos podrán invadir en cualquier momento.
Personalmente, me lo he pasado genial jugándolo, al mismo nivel de lo que me lo suelo pasar con un Dark Souls y no me lo esperaba así para nada. Los jefes son desafiantes, de esos en los que en el primer enfrentamiento te destrozan sin verlos venir y después de 20 veces acabas pasándotelos sin gastar todas tus curaciones siquiera. Y el uso del Umbral aporta una variedad a las travesías que introduce un nuevo nivel de tensión en el jugador, que cabalga a medio camino entre aprovecharse de esa segunda vida y de salir de ese estado lo antes posible. Eso sí, tengo que cerrar diciendo que el rendimiento en PC no está pulido, algo que ha mejorado mucho con los parches, pero que creo que podría afectar también a los ordenadores más potentes. Esperemos que Xbox Series X y S tengan una versión estable y a la altura, por que el juego merece vuestra atención de sobra.
*Gracias a Plaion por habernos proporcionado el material para la review.
[appbox microsoftstore 9n6kr4xfq4tc][appbox steam 1501750]
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Apartado técnico80/100
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Jugabilidad85/100
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Duración90/100
Lo bueno
- Lo tiene todo para ser un gran souls. No falla casi en nada.
- La integración del Umbral y la lámpara hacen que se distancie del resto de juegos similares
- ¡Muchas builds!
- El apartado artístico nos ofrece estampas demenciales.
- Un cooperativo y un multijugador sencillos de usar
Lo malo
- La mala optimización en PC estropea la experiencia
- El abuso de los enfrentamientos grupales