Realizamos un nuevo salto de fe y nos lanzamos al análisis de Assassin's Creed Mirage, la nueva entrega de la franquicia de Ubisoft.
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Nadie puede dudar de que Assassin’s Creed es una de las franquicias más rentables de Ubisoft. Popularmente, hablamos de este tipo de franquicias como la “gallina de huevos de oro” y la saga del credo de asesinos cumple a la perfección con esa definición. Desde su primer juego protagonizado por Altair, la franquicia ha ido ganando en popularidad con el paso de los años. Tanto, que la desarrolladora la exprimió hasta el máximo, con entregas anuales, algo que agotó la fórmula y generó cierto cansancio entre sus fans.
Tras dos juegos muy seguidos que no tuvieron los resultados obtenidos, Ubisoft decidió darle un breve descanso para replantear el enfoque de sus juegos. De ese descanso llegaron los tres juegos como conocidos popularmente como la “trilogía de la antigüedad”. Assassin’s Creed Origins, Odyssey y Valhalla centraron sus propuestas en vastos universos de mundo abierto, elementos RPG y un enfoque alejado de los juegso anteriores. La fórmula gustó y se sintió como un soplo de aire fresco, pero muchos echábamos de menos esa jugabilidad más enfocada en el sigilo y en el parkour.
Y para responder a esos fans Ubisoft ha trabajado en los últimos años en Assassin’s Creed Mirage, el nuevo capítulo de la saga pensado para la nueva generación de consolas. Un título que llega tres años después de Valhalla y que es el punto de partida para una nueva época en la franquicia, ya que será seguido por el tan ansiado juego ambientado en Japón.
Pero antes de irnos a tierras niponas nos toca disfrutar de Bagdad y de un regreso a una fórmula más clásica. Pero que se regrese a lo anterior no quiere decir que se desande todo el camino aprendido en los últimos años. De hecho, Mirage podríamos decir que es la unión perfecta entre lo clásico y lo moderno. Una unión que nos trae un juego muy completo, divertido y que nos ha tenido una buena cantidad de horas pegados al mando.
Porque es cierto que quizás, a nivel argumental, Assassin’s Creed Mirage no inventa la panacea. En esta nueva aventura seguimos los pasos de Basim, persoanje que ya conocemos tras su breve aparición en Assassin’s Creed Valhalla. Pero es un Basim más joven e inexperto y esta es su historia de ascenso. De ratero y ladrón en las calles de Bagdag a maestro asesino de Los Ocultos. Una historia de avance y superación envuelta en la lucha contra La Orden (precedentes de los templarios y viejos enemigos de la franquicia) y su oscura corrupción sobre la buena gente de la ciudad del califa. Una aventura que nos llevará a explorar los diferentes rincones de una ciudad que, como viene a ser costumbre, está perfectamente recreada y llena de vida.
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Apartado técnico
Assassin’s Creed Mirage es un gran juego a nivel técnico. El juego corre perfectamente a 4K y 60 FPS en su modo rendimiento y cuenta también con un modo calidad. Además, llega en un perfecto estado de revista que nos ha permitido disfrutar de nuestras partidas en Xbox Series X sin ningún tipo de problemas o caídas. Tampoco hemos sufrido caídas de FPS salvo en momento muy puntuales y, sobre todo, ha sido en momento donde hemos girado la cámara muy rápido. Pero, repetimos, esto ha sido las menos veces y prácticamente algo anecdótico.
El único bug que nos hemos encontrado han sido más errores de sincronización, como al asesinar a algún enemigo o realizar una ejecución, donde veíamos nuestra acción, por un lado, y la del enemigo en otro, un poco más alejada o desencajada. Más allá de esto, no nos hemos encontrado apenas bugs o errores problemáticos en nuestras sesiones de juego.
Además, el acabado visual es impresionante. Como suele ser habitual en Ubisoft y en los juegos de la saga, Bagdag, la ciudad protagonista del juego, está recreada a la perfección. Sus calles y ambientes, edificios históricos y demás elementos culturales de finales del siglo IX d.C están reflejados a la perfección. Por otro lado, el diseño de los personajes principales como Basim o Roshan tienen un acabado espectacular, llenos de detalles. Así pasa con los NPC y los enemigos que, aunque menor en diseño y tipos, cuentan con un gran acabado.
Por último, mencionar que el juego llega totalmente traducido y doblado al castellano con un trabajo espectacular. Voces muy bien escogidas y elegidas para cada uno de los personajes que encajan a la perfección. A eso habría que usmarle una BSO que, como es habitual, sabe estar a la altura en cada momento.
Jugabilidad
Ubisoft prometió y enfocó la campaña de promoción de Assassin’s Creed Mirage como un regreso a la fórmula clásica. Al sigilo y al parkour. A los asesinatos y a camuflarse entre el pueblo. Pero ha llegado la hora de la verdad y ver si es más que palabras y de verdad la historia de Basim es este regreso. Y os decimos una cosa bien clara: lo es, pero con matices. Y no nos referimos a que se dejen cosas o no sea tan completo, sino que Mirage es la fusión casi perfecta (porque todo siempre se puede mejorar) entre el sistema clásico de la franquicia y el rumbo tomado desde Origins.
Así, lo primero que nos encontramos es que decimos adiós a un mundo abierto masivo, lleno de zonas diversos y biomas diferentes, donde podemos estar horas moviéndonos. En su lugar, la acción se concentra en una única ciudad y sus alrededores. Un mapa significativamente más pequeño, pero que no termina de abandonar el mundo abierto. Tenemos libertad absoluta para movernos por él, diferentes zonas, pero a menor escala. Todo queda más concentrado y la sensación de ser algo enorme no la encontramos.
Además, se pierde también la presencia de ciertos elementos RPG, como los niveles tanto propios como de los enemigos. En Assassin’s Creed Mirage ya no ganamos experiencia, sino que según avancemos en la historia iremos subiendo de rango dentro del credo, desde aprendiz hasta maestro asesino. Así, según avancemos y cumplamos misiones, obtendremos directamente puntos de habilidad que podremos gastar en mejorar nuestras stats, aprender nuevas habilidades o desbloquear herramientas.
Porque sí, esta vez en el juego nos dejará la libertad absoluta para desbloquear en el orden que queramos y cómo queramos las cinco herramientas disponibles. En cierto momento, el juego nos dará la oportunidad de elegir una para desbloquear, mientras que el resto seremos nosotros los que elijamos cuándo y cuál desbloquear. Además, podremos mejorar para añadir opciones como mayor distancia de lanzamiento, más capacidad de carga o cambiar los efectos de daño o veneno que provocan para adaptarse a nuestra forma de jugar. Para ello, solo tendremos que gastar unos cuantos recursos que obtendremos de cofres y saqueando o robando.
Pero las herramientas no son las únicas que podremos mejorar, ya que las armas, el cuchillo y el traje contarán con tres mejoras cada uno. Este equipo podremos elegirlo entre los que nos encontremos, pero a diferencia de los últimos juegos no hay un loot excesivo. De hecho, los enemigos no sueltan loot, sino que lo encontraremos en los cofres de equipo repartidos por el mundo que nos permitirán adaptar sus habilidades a nuestra forma de jugar.
Con todo ello podemos ver un cambio claro de los últimos juegos, una simplificación que funciona muy bien. Sobre todo por que encaja a la perfección con el cambio en el gameplay que, esta vez sí, está muy enfocado en el sigilo y en la estrategia. Mirage es un juego que sabe proponer a los jugadores situaciones donde compensa estudiar el terreno, la disposición y la ruta de los enemigos y actuar con cuatela y sigilo. Es más, rara vez hemos optado en nuestras partidas por usar la violencia directa, ya que el sistema de combate es algo tosco. Funciona bien, pero la verdadera satisfacción se alcanza al jugar de una manera más sigilosa.
Contamos con un buen arsenal de herramientas (cuchillo, cerbatanas, bombas de humos, etc) y nuestra fiel hoja oculta. Además, contamos con la ayuda de Enkidu, nuestra águila que nos pemritirá observar desde los cielos, siempre y cuando no haya arqueros en la zona que la disparen en cuanto la ven. Con todo ello, podemso estudiar la zona a atacar y elegir la mejor ruta para infiltrarnos. Esta pueda ir desde entrar con sigilo e irnos cargando poco a poco a todos los guardas, donde encontramos situaciones muy reconocibles de la franquicia (asesinatos desde la cornisa, en fajos de paja y ocultos en zonas de hierba alta) teniendo que esconder los cadáveres para no levantar sospechas, hasta buscar entradas secretas o puntos de acceso ocultos o aprovechar situaciones únicas.
Y es que una de los grandes añadidos del juego son los emblemas de poder que podemos obtener tanto al completar misiones o contratos como robándolos a la gente. Con ellos podemos contratar a mercaderes, mercenarios o músicos para que distraigan a la guardia, entren ellos en el campemento rival con notros como parte de su grupo o que, si somos detectados, ataquen a nuestros enemigos. Opciones multiples que nos permiten enfocar cada misión de modos diferentes. Así, cualquier parte de la historia que queramos afrontar siempre presentará diversas opciones a nuestro alcance.
Con todo ello, contamos con un sistema muy completo que ofrece alternativas de todo tipo. Un auténtico sistema de sigilo y asesinatos que recuerda a los primeros juegos, pero que sabe llevar la fórmula un paso más allá, con nuevos añadiso y la opcíon de afrontar todo como queramos. Y todo ello está apotyado en un plataformeo y un parkour que se siente muy ágil. Basim responde bastante bien a nuestras acciones al movernos (alguna no atina a saltar o apoyarse donde le indicamos), permitiendo movernos por Bagdag de un modo muy rápido. Además, la propia ciudad está construida para fomentar este movimiento, ya que está pensada y diseñada para ofrecer entornos de diferentes alturas, en todo tipo de posiciones que ayuden a escapar.
La única pega que encontramos y que ya hemos mencionado es el sitema de combate. Es cierto que e smás completo que anteriores entregas, pero sigue sin ser del todo fluido. Ya no vale con solo machacar el botón de ataque (RB) si no que ahora contamos con una barra de resitencia para nuestras acciones, como esquivar o bloquear ataques. Si consgeuir hacer bloqueos perfectos, podremos realizar una ejecución al enemigo que acabará con él de inmediato. Es un sistema que funciona pero que, en comparación con lo bien que se siente el sigilo y lo ágil del parkour y el plataformeo, se siente algo más tosco y bruto.
Por otro lado, nos encontramos con un nuevo sistema de hurto. Hasta ahora, nos bastaba con presionar un botón para robar a los transeúntes que tenían la mala suerte de cruzarse con nosotros. Ahora se nos presenta un pequeño QTE cada vez que realicemos la acción de robar que consiste en presionar el botón Y dentro de un marco en el momento exacto. Si lo conseguimos con exite robaremos sin que nadie note nada. En cambio, si fallamos, la persona se dará cuenta y nos delatará a los guardias.
Y hablando de delatar, tantos los guardias como los NPC de Bagdag se dan cuenta con mayor facilidad de nuestras acciones. Así, matar a alguien en medio de una plaza hará que todo el mundo dalga corriendo y gritando, lo que alertará a los guardias y nuestro nivel de notoriedad aumentará. Un indicador que cuenta con tres niveles y que en caso de llegar al último nos empezarán a perseguir soldados especiales, además de que, por supuesto, todo el mundo nos reconocerá al instante. El modo de bajarlo es tan sencillo como arrancar los carteles colgados por la ciudad, mecánica que se recupera de juegos anteriores, como pagando a los munadi (pregoneros) con emblemas de poder para que dejen de hablar sobre nosotros y nuestras fechorías.
Duración
Assassin’s Creed Mirage es un título que sabe lo que busca. Lejos de la fórmula de los últimos juegos de la franquicia, centrados en ofrecer cientos de horas de contenido con diversas regiones, misiones secundarias y puntos que desbloquear en los mapas, la historia de Basim va más centrada al grano. Sí, contamos con misiones secundarias como os hemos mencionado ya, pero son más una herramienta para obtener beneficios. En cambio, más allá de atalayas y determinadas acciones de hurtos, no contamos con apenas indicadores o actividades en el mapa.
Con todo ello, nos Assassin’s Creed Mirage nos ofrece una historia que dura alrededor de 20 horas. Por supuesto, como siempre decimos, este es un tiempo orientativo y dependerá mucho de nuestra habilidad como jugadores y de la dificultad que seleccionemos. Una duración que podremos alagar si queremos cumplir todos los contratos, los hurtos y sacar los 1000G, y podría rondar el entorno de las 30-35 horas. Una experiencia mucho más ajustada a lo que pretendía la compañía, más cercana a los juegos originales que a las propuestas de los tres últimos títulos.
Conclusión
Assassin’s Creed Mirage es la fusión perfecta entre lo antiguo y lo nuevo. Entre la fórmula más clásica de los primeros juegos y los avances de los nuevos títulos. Un mundo abierto no tan basto que da cabida a una historia interesante que fomenta el uso de la estrategia y del sigilo por encima de la acción directa.
Para ello, cuenta con importantes novedades en la saga, como la posibilidad de contratar diferentes grupos de mercaderes, mercenarios o músicos para distraer a los guardias, la opción de buscar rutas alternativas, etc. Todo en pos de conseguir una jugabilidad muy enfocada en el sigilo y en el arte del asesinato sin dejar rastro. En ser un auténtico oculto que trabaja en las sombras. Y Ubisoft lo ha conseguido y las sensaciones no podrían ser más agradables en los mandos. Sin duda, una propuesta muy sólida y divertida, con pocas pegas salvo algún pequeño bug, un sistema de combate un pelín tosco pero que apenas se nota pues su enfoque principal es otro.
Con todo ello, Assassin’s Creed Mirage es un juego que encadilará a todos los que se acerquen a su propuesta. Tanto si eres nuevo en la franquicia como un veterano, te encontrarás con un juego que sabe lo que quiere ofrecer y lo hace con gran acierto. Sin duda, uno de los mejores juegos de la franquicia.
*Gracias a Ubisoft por habernos proporcionado el material para la review.
[appbox microsoftstore 9P8NKDVBC3XB]
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Apartado Técnico85/100
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Jugabilidad90/100
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Duración90/100
Pros
- Jugabilidad basada en el sigilo.
- Comunión perfecta entre el pasado y el presente de la franquicia.
Contras
- Sistema de combate algo tosco.