Análisis de Shadow Warrior 3: Definitive Edition

Analizamos Shadow Warrior 3: Definitive Edition, la nueva versión de la última aventura de Lo Wang que llega cargada de novedades.

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Flying Wild Hog lleva un año de escándalo. No es para menos, porque en los últimos doce meses nos han deleitado con Sahdow Warrior 3 y Evil West, dos de las propuestas de corte AA más interesantes de los últimos tiempos. Pero por si fuera poco, el estudio ha estado trabajando en mejorar la última aventura de Lo Wang y, en especial, en prepararle para la nueva generación de consolas.

Un hecho que ahora está más que conseguido, pues ya tenemos disponible Shadow Warrior 3: Definitive Edition, la nueva versión del juego que llega un año después de su lanzamiento. Y lo hace cargado de contenido, en especial nuevos modos de juego y desafíos, con todo el humor intacto y perfectamente preparado para Xbox Series X|S. Porque Lo Wang nunca cambiará, al igual que su odio al Dragón que ha destruido el mundo y que, otra vez, tenemos que derrotar.

¿Lo mejor? Qué el título llega de lanzamiento a Xbox Game Pass y que todos podemos disfrutar de esta revisión.

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Apartado técnico

Uno de los grandes focos de esta Definitive Edition es, sin duda, el apartado técnico. Un apartado técnico que, como ya os contamos en el análisis del juego original, ya nos gustó bastante, pues daba grandes resultado en Xbox Series X. Consola que ha vuelto a ser la protagonista de nuestro análisis, ya que es donde hemos disfrutado de esta nueva versión. Una versión que se lanza con la mirada puesta en las consolas de nueva generación y la intención de sacar el máximo provecho de ellas.

Es por ello que encontramos ahora algunas características propias de la generación, como Quick Resume o tiempos de carga aún más reducidos. Por supuesto, el juego sigue yendo a 4K sin ningún tipo de problema. La diferencia ahora radica en que contamos con dos modos de renderizado: calidad y rendimiento, enfocados en obtener una mejor fidelidad visual con mayor carga gráfica o un obtener mejor estabilidad FPS. La diferencia se nota entre ambas, pero en un juego de este estilo, creemos que es mejor disfrutar de él en rendimiento.

Por lo demás, Shadow Warrior 3 Definitive Edition sigue teniendo ese buen aspecto visual y técnico que ya nos encandiló hace un año. Paisajes bellos, buena paleta de colores elegido, buen nivel de desarrollo y diseño de enemigos. En definitiva, un papel más que aceptable que, aunque no es perfecto, sí que nos deja con un buen sabor de boca.

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Jugabilidad

Esta nueva versión de las aventuras de Lo Wang no nos trae grandes novedades en el gameplay. Sigue siendo el mismo juego en ese sentido, algo totalmente lógico para que engañarnos. Así, seguimos estando ante un juego muy visceral, rápido y claramente influenciado por los Doom más modernos. El juego peca de ser demasiado lineal y presentar escenarios muy pasilleros, donde iremos superando diferentes fases de parkour bastante simples e intuitivas, donde es muy difícil equivocarse.

Además, cada determinado tiempo llegaremos a zonas más amplias, las denominadas como arena de combate, donde tendremos que derrotar a todos los enemigos para poder continuar. Aquí nos irán viniendo oleadas con todo tipo de enemigos y deberemos hacer uso de todas nuestras armas, tanto a distancia como de nuestra katana, así como de los elementos del escenario como barriles explosivos.

En combate podremos usar también los rematas para acabar con un adversario de un solo golpe, obteniendo a cambio un arma especial de duración limitada. Desde granadas congelantes hasta minitorres, pasando por un ojo con cuchillas que aniquila a todo aquel que mires, cada tipo de enemigo nos aportará un arma temporal diferente.

Por otro lado, seguimos contando con los puntos de habilidad y mejora de armas, que nos permiten mejorar nuestras armas hasta en tres niveles añadiendo nuevos efectos, como explosiones cuando disparamos a la cabeza, o mejorar a Lo Wang, como más vida, mejor recuperación de chi y más. Con todo ello, estamos ante un shooter en primera persona intenso, rápido y visceral.

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Duración

Shadow Warrior 3: Definitive Edition se presenta como la edición más completa y preparada para la nueva generación. Por ello, más allá del aliciente de una mejora visual, mejor estabilidad en FPS y modos de rendimiento pensados para Xbox Series X|S, el juego presenta novedades en sus modos de juego. El juego base sigue siendo el mismo, con una duración entre 9 y 10 horas, aunque, como siempre, dependerá de la dificultad que elijamos.

Y en ese sentido, esta nueva versión incorpora una nueva modalidad: Modo Heroico. Tras elegirlo, podremos seleccionar también una dificultad (fácil, normal, difícil, etc.), al igual que en las partidas normales. La diferencia reside en que en el Modo Heroico empezaremos con una sola vida. Si morimos, se acabará la partida y se reiniciará todo nuestro progreso en este modo. Es decir, si morimos, se acabó y tenemos que empezar de cero. Por supuesto, podemos ampliar el número de vidas hasta 3 más realizando remates, por lo que esta mecánica se vuelve aún más importante en este modo.

Otra nueva modalidad es el Modo Supervivencia, este fuera de la campaña. En él nos adentraremos en tres áreas de combate, donde nos enfrentaremos a oleadas de enemigos, cada vez más difíciles y con mayor números de enemigos, intentando sobrevivir el máximo tiempo posible. Un buen modo para retarnos con amigos y ver quién aguanta más, aunque no cuenta con tablas y clasificaciones online con las que comparar.

La nota negativa de estos nuevos modos de juegos es que más allá de aportar nuevos desafíos personales, no añaden nuevos logros que desbloquear ni nada. Alguna skin para las armas y poco más.

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Conclusión

Flying Wild Hog vuelve a la carga con la última aventura de Lo Wang. El ex-shogun más irreverente se adapta a la nueva generación con Shadow Warrior 3: Definitive Edition, que llega cargada de novedades en sus modos de juegos. Nueva Partida +, Modo Heroico o el Modo Supervivencia son las grandes novedades de esta nueva versión del juego.

Junto a ellas, llega la versión para las consolas de nueva generación, lo que permite tener dos modos de renderizado, enfocados a mejorar la fidelidad visual o el rendimiento general del juego. Como resultado, tenemos un aspecto aún más vibrante, con mejores resultados y una mayor estabilidad en los FPS.

Por lo demás, estamos ante el mismo juego, con la misma brutalidad y velocidad que tanto nos recuerda a Doom. Sin duda, un shooter de los que no deja indiferente a nadie. Una apuesta segura para los amantes del género que todos podemos disfrutar gracias a su inclusión en Xbox Game Pass desde el día de su lanzamiento.