Toca analizar la tercera entrega de Goat Simulator 3, que en realidad es la segunda, porque esta nunca se hizo y bueno, que son unos cachondos esta gente.
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Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, ya que mejorar o superar aquello que inició todo es bastante complicado. Así, GOAT Simulator 3 lo tenía complicado. Pero, espera. ¿Estás hablando de una secuela y dices que es el tercero? Exacto, por en Coffee Stein North han tomado el camino del humor hasta el final, algo que se ve desde el título del juego y su primer trailer en el que parodiaban el de Dead Island 2, hasta todo lo que nos ofrece el juego.
Algo palpable desde el primer instante en el que comenzamos a jugar, donde podemos ver una introducción calcada de Skyrim. Nosotros (una cabra) estamos presos en una camioneta en la que nos transportan para después liberarnos y salir al mundo. Y esta no es la única referencia que encontraremos en nuestras partidas, ya que son una constante y, finalmente, una crítica a los sandbox estilo Skyrim o Assassin’s Creed.
Pero hay que saber hasta qué punto llegar y, aunque termina haciéndose algo pesado tantos chismes, el problema de GOAT Simulator 3 es que se convierte en su propia víctima, cae en lo que busca criticar y la sensación final es de estar ante otro mundo abierto más.
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Apartado técnico
Gráficamente el juego es bastante normalito. No destaca en ninguna faceta y cuenta con unas físicas locas. Y aunque sabemos que es parte de la esencia de la propuesta, hay una fina línea que cuesta distinguir entre lo que es aposta y lo que es un mal funcionamiento. En más de una ocasión hemos levantado la ceja sobre algún movimiento raro, y no es raro quedarnos atrapados en medio de un muro.
Por otro lado, el juego no mantiene estables los fps. Nosotros hemos jugado en una Xbox Series X y hemos sufrido más de un tirón y caídas, resintiéndose el rendimiento. Además, el juego cuenta con un pop-in brutal y un acabado gráfico que no luce, tienen poca personalidad los entornos y NPC, dejándonos una sensación muy pobre en ese aspecto.
Además, la BSO es bastante anodina. No está mal, pero no es de las que uno termine recordando con cariño. Acompasa bien, pero sin más. Por último, el juego llega totalmente en inglés con textos en castellano, bien localizado y sin fallos o problemas evidentes en la traducción.
Jugabilidad
Lo primero que hay que decir es que, al igual que el título original, GOAT Simulator 3 es un sandbox de mundo abierto, donde tenemos libertad desde el minuto cero para hacer lo que queramos y, sobre todo, como queramos. Por que ese es el punto fuerte del título, la libertad máxima que nos deja para resolver todas las situaciones habidas y por haber, cada cual más loca que la anterior. Y por supuesto, la resolución será aún más loca.
De este modo, nos encontramos con un mundo abierto lleno de actividades a realizar, coleccionables que encontrar y objetos que golpear. Una historia muy ligera, decenas de actividades secundarias y varios mini juegos se abren ante nosotros desde el primer momento. Y no hay fase de adaptación o aprendizaje, no contamos con un tutorial ni nada, todo lo aprendemos mediante el clásico sistema de la expermientación.
Aunque la ciudad y el mundo que se nos presenta no es muy grande si que está lleno de actividades, que podemos encontrar de dos formas. La primera, más clásica en el género, sincronizándonos con las torres de cabra para revelar los puntos de interés cercanos. La segunda, encontrándonos directamente con ellas mientras exploramos el mapa. Además, para superarlos apenas tenemos pistas y tendremos que usar nuestras habilidades, equipos e ingenio para conseguir descubrir que tenemos que hacer. Así, por ejemplo, en una gasolinera nos encontraremos a un hombre cerrado en el baño y tendremos que buscar y encontrar la llave, o en la ciudad encontramos una fiesta de cumpleaños en la cual nos podemos colar y activamos la misión. ¿Qué tenemos que hacer? Lanzar una tarta a la cara de los invitados.
Así, en un mundo lleno de conflictos y actividades encontramos una jugabilidad repetitiva. Si, el planteamiento de cada una es original, pero la manera de superarla es siempre igual. Y eso es debido a lo poco que podemos hacer con nuestra cabra. Más allá de dar cabezazos, lamer y arrastrar objetos y saltar poco más somos capaces de hacer. Si, podemos encontrar formas locas de superarlos, encontrar objetos que nos ayuden a volar, planear, llegar a sitios elevados… pero no encontramos una gran profundidad en este aspecto.
Hablando de los objetos, estos estas repartidos por todo el mundo y su búsqueda es como encontrar un tesoro. Para algunos tendremos que abrir una cámara usando tres campanas y reproducir cierta marcha imperial. Para otros, encontrar la manera de acceder a esa altura imposible. Así, ir descubriendo todos y cada uno de los equipos se convierte en esencial, pero una vez que le hemos pillado el truco, iremos de cabeza a por ellos, ya que son imprescindibles.
Por último, mencionar que los minijuegos le añaden un buen plus y esa vertiente multijugador hace de la propuesta una locura mayor. Pero tiene un gran problema: no tiene matchmaking. Es decir, solo podemos jugar con amigos, no podemos buscar con quién hacer el cabra en cualquier momento.Una decisión un tanto incomprendible, mas cuando apuestas por esta vertiente como una de las novedades de la franquicia.
Duración
Con GOAT Simulator 3 tenemos que dividir la experiencia de juego. La historia “principal” o hilo conductor inicial que nos llevará a abrir la puerta de primera torre no nos llevará más de cinco horas. Aunque, como siempre, dependerá de nuestra habilidad a los mandos. En contra, hacer el cafre, perdón, la cabra por el mundo abierto del título es eterno y dependerá de cada uno de nosotros.
La sensación final es que el juego termina cansando pronto y, aunque tiene multijugador online, los mini juegos repiten esquemas. Eso sí, para echar unas risas con amigos o jugar en plataformas como Twitch es ideal.
Conclusión
GOAT Simulator 3 es la evolución de la franquicia que lleva un paso más lejos la locura y la libertad. Pero entre tanto chiste, referencias y humor termina perdiéndose y pasa a convertirse en una víctima más de lo que critica. Así, el juego es, desde su concepto hasta su jugabilidad, una crítica a los sandbox de mundo abierto llenos de actividades, algo que queda claro desde el primer momento. Pero llega el punto en el que terminamos haciendo lo mismo que en auquellos títulos que parodia: abrir el mapa y buscar el siguiente punto de interés más cerca.
En ese camino de transformación vital, encontramos un juego divertido, con mucho que hacer, pero con una estructura simple, con pocas opciones jugables. ¿Hace esto a GOAT Simulator 3 un mal juego? Para nada, es divertido, en multijugador con amigos sube el listón y hacer el cabra siempre es bienvenido.
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Apartado Gráfico50/100
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Jugabilidad60/100
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Duración70/100
Lo bueno
- Poder hacer el cabra de todas las formas inimaginables.
- El equipo que vamos encontrando y desbloqueando es original y muy divertido.
Lo malo
- Rendimiento muy malo.
- Falta de Matchmaking.
- Los fallos de clipping son un clamor