Return to Monkey Island nos invita a navegar junto a Guybrush Threepwood una vez más en un mar de nostalgia y narrativa excepcional. Una entrega perfecta de una saga que necesitaba volver.
No se encontraron entradas relacionadas.No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
Existen juegos excelentes, muy buenos, buenos, regulares y malísimos. Dentro de los primeros, hay algunos que se consideran verdaderas obras de arte, pero también existe una categoría que se ubica allí en algún lugar intermedio y que son los juegos icónicos, estos que representan al completo una era, hasta podría decirse que una manera de sentir o ver las cosas. Dentro de este grupo está Monkey Island, una maravilla del género de las aventuras gráficas que marcó a una generación completa que accedía a él en sus PCs 386 y 486 cargando diskettes y un comando, por siempre grabado en nuestras mentes, de MS-DOS.
Return to Monkey Island revive la esencia plena de los dos primeros títulos de la saga con el regreso de la dupla creadora Ron Gilbert y Dave Grossman, esta vez acompañados del arte de Rex Crowle, al que algunos pueden recordar del título indie Knights and Bikes.
Esta nueva entrega continúa la aventura desde lo sucedido en Monkey Island 2 y nos pone nuevamente en la piel del queridísimo Guybrush Threepwood aunque la parte introductoria la haremos con su muy simpático hijo. Aquellas personas que sean veteranas de la saga se van a sentir como en casa con esta nueva entrega, mientras que las que recién llegan no se sentirán excluidas, aunque sí se perderán muchas referencias.
En Return to Monkey Island acompañaremos a Guybrush en su búsqueda por obtener, de una vez por todas, el secreto de Monkey Island, algo que siempre quedó pendiente. En este análisis, nos subimos a este barco (pirata) de nostalgia para reencontrarnos con personajes entrañables como Elaine, Stan, el cocinero, el mismísimo protagonista, LeChuck, la calavera Murray y tantos otros. Únete a mi tripulación en estas líneas y verás como al final terminaremos compartiendo historias en el bar Scumm con un buen vaso de Grogg.
Suscríbete al canal de GX en Youtube
Apartado técnico
Desde que se vio el primer teaser, la magia del anonimato en internet dio rienda suelta a que la gente se quejase a sus anchas por el estilo gráfico que presentaba el título, incluso el propio Ron Gilbert tuvo que cerrar su blog de años por las amenazas de un grupo de inadaptados cobardes que pretendían en su insania que el juego sea hecho en pixeles y no concebían otra posibilidad. Me hubiese gustado ver sus caras cuando pudieron disfrutar del arte de Crowle que moderniza todo sin apartarse de la magia de lo clásico.
La isla Mêlée sigue con sus calles oscuras azuláceas y ventanas amarillas, con sus personajes coloridos en lugares conocidos, como el bar Scumm, la cárcel, la mansión de la gobernadora, el puerto donde estaba la tienda de barcos usados de Stan y hasta el observatorio, aquél mítico lugar donde empezábamos el título original. Gráficamente, entonces, podríamos decir que el título es impecable, y el arte le sentó mucho mejor, a mi entender, que el 3D de la cuarta entrega.
La banda sonora es por momentos un tributo a la obra original, con la música de apertura a la cabeza, y en otros momentos una majestuosa orquestación a cargo de Peter McConnell, Michael Land, y Clint Bajakian, quienes también habían trabajado en los títulos originales.
Las voces de los protagonistas (siempre en inglés o en alemán) son otro aspecto realmente notable con el genial Dominic Armato acentuando la personalidad de Guybrush en todo momento y dándole la vida que el estupendo guion marca.
Gran trabajo de la localización al español de España por parte de Concha Fernández, una conocedora del rubro quien supo acercarnos a nuestro idioma otro de los juegos de Ron Gilbert: Thimbleweed Park y que hace valer su experiencia con este título que está cargado de frases con doble sentido y bromas muy difíciles de lograr. Lamentablemente, el título no se localizó en español de Latinoamérica.
Jugabilidad
Return to Monkey Island fue un título exclusivo de PC y Nintendo Switch que finalmente llegó a Xbox y a Xbox Game Pass sin paradas. El traspaso de PC a consolas puede llegar a ser un poco difícil a nivel controles, especialmente en juegos de estrategia y de aventura gráfica, pero en este caso la adaptación al mando de Xbox es estupenda y se siente bien en todo momento con un botón diseñado para abrir el inventario, uno de los gatillos dispuesto para acelerar el paso de Guybrush o del barco en las últimas etapas, y un botón que nos lleva directamente al mapa que esté disponible. Con el stick nos desplazaremos por la pantalla no extrañando los días en que teníamos que hacer eso con el ratón.
El título nos propone dos modos de dificultad: “casual” y “difícil” siendo el primero más pensado para los jugadores primerizos en este tipo de desarrollos y el otro apuntado a los más veteranos. La diferencia está en la dificultad de los puzles, pero es importante destacar que ni siquiera en el modo difícil te vas a topar con alguna cosa demasiado ilógica como era costumbre en la saga, los que hayan usado un pollo con polea entenderán a qué me refiero.
Incluso en el modo más difícil también dispondremos en todo momento de un libro de pistas que nos aporta algunos consejos de cómo resolver ciertas situaciones. Si bien puede ser útil, recomiendo que minimicen su uso ya que el juego pierde un poco la gracia si nos dan todo resuelto de antemano.
En cuanto a la narrativa, hacía rato que no me reía tanto con un juego, lo que habla de la calidad del guion que nada tiene que envidiarle a las entregas clásicas. Cada personaje tiene algo único que lo hace querible, incluso al temible LeChuck y su tripulación de piratas fantasma.
La nostalgia juega un factor importante pero no es el epicentro del juego, aunque sí tiene verdaderas joyas en forma de personajes de las entregas originales que hacen referencia directa e indirecta a estas y en detalles que son realmente impecables, como el personaje de Cobb en el bar Scumm que sigue teniendo el prendedor que reza “Pregúntame sobre Loom” y al cual podemos convencer de que nos cuente sobre ese título de LucasArts como en la entrega original de Monkey Island.
Duración
Este análisis lo realicé en el modo difícil del título y terminarlo me llevó alrededor de 10 horas, aunque exploré cada rincón muchas veces para maravillarme con los escenarios y revivir la sensación de estar en la isla Mêlée y Monkey Island una vez más. De cualquier forma, el juego invita a rejugarlo varias veces más para encontrar todas las cartas de trivia. Estas son 100 cartas que iremos coleccionando y que realizan preguntas sobre el lore de Monkey Island y que irán apareciendo al azar en todas las ubicaciones del juego. Al responder las preguntas correctamente, nos quedaremos con la carta, mientras que un error significará perderla para volver a encontrarla en otro sitio.
Creo que este punto es una excelente manera de invitar a los jugadores a repasar el juego muchas veces algo que en el género de las aventuras gráficas no es moneda corriente.
A su vez, también tenemos un logro en el cuál deberemos pasar el juego en menos de dos horas, por lo que si quieres ponerte en papel de speedrunner tendrás también una recompensa.
Conclusión
Return to Monkey Island es una obra sublime que no usa la nostalgia como núcleo sino como un vehículo para darle condimento a una historia escrita de manera espectacular. Esta producción es un ejemplo claro de que la magia de las aventuras gráficas sigue viva, solo falta que la industria apueste más por títulos de este estilo que pueden atraer al público más diverso, como bien se ha visto.
Si nunca disfrutaste de un juego de este género, prueba ya mismo Return to Monkey Island, y si eres un fan de la saga y tenías miedo de que este título arruinara tu infancia/adolescencia, te aseguro que no lo hará, aunque quizás sí lo haga recordar el hecho de que la primera entrega llegó en 1990 y de que ya estamos bastante viejunos.
[appbox microsoftstore 9pc4r8n1n2t6][appbox steam 2060130]
-
Apartado técnico90/100
-
Jugabilidad90/100
-
Duración90/100
Lo bueno
- La narrativa es sencillamente impresionante.
- La banda sonora es digna de la saga.
- Hemos vuelto a Monkey Island, con toda su magia.
Lo malo
- El final me dejó con un sabor agridulce.