Star Ocean: The Divine Force surca el firmamento, dejándose llevar por la suave brisa de un gran sistema de combate y un mundo de posibilidades.
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El desafío de explorar el espacio es fuente de inspiración para mucha gente. Durante miles de años hemos estado soñando con el universo, queriendo alargar la mano y tocar las estrellas, deseando comunicarnos con algo que sólo imaginamos que existe, anhelando saber… ¿Estamos solos? La exploración del espacio es una metáfora del conocimiento y el conocimiento es lo que mueve nuestro mundo. Mientras que los realistas siguen recordándonos nuestros problemas actuales, los soñadores amplían nuestras mentes.
Son las visiones, esperanzas y deseos de los soñadores los que nos conducirán al futuro. Y juegos como Star Ocean: The Divine Force, última iteración de una saga que ya cuenta con 25 años a sus espaldas, representa esa oportunidad de explorar lo desconocido. A este respecto, por medio de una excelente combinación de ciencia ficción y fantasía con dos protagonistas duales, dando lugar a experiencias y puntos de vista diferentes en una historia cuyo sentido del ritmo, se vertebra sobre tres elementos: la escena, la descripción y el resumen.
Dos protagonistas, Raymond Lawrence y una princesa guerrera llamada Laeticia que, sin saberlo, se verán envueltos en un conflicto que amenaza a todo el universo.
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Apartado técnico
La dirección de arte es una herramienta esencial en cualquier proyecto de comunicación visual. Es la forma en la que construimos una estética determinada al servicio de un propósito. La dirección de arte se trata de presentar un contenido a un grupo de personas creando una experiencia de comunicación. Akira Yasuda, también conocido como Akiman, diseñador e ilustrador conocido por haber sido el padre de personajes como Chun Li, entre otros, tiene en su haber un currículum impresionante.
Y aunque su estilo de dibujo ha sido evolucionando con el paso de los años, nunca ha perdido su contundencia a la hora de representar ideales masculinos, una fantasía de poder constante, y personajes femeninos donde la cuestión del cuerpo y la sexualidad toman un rol preponderante en la discusión, algo que se hace especialmente manifiesto en este Star Ocean: The Divine Force, una obra en la que los diseños originales, que pueden ser más o menos acertados, tienen personalidad a raudales, no se han trasladado con mucho tino a sus “yos” tridimensionales, los cuales hacen gala de una expresividad nula.
Una muestra de la naturaleza modesta del proyecto que nos ocupa, el cual se encuentra totalmente en inglés, y cuyos esfuerzos por materializarse no es un tema baladí.
Jugabilidad
Una coreografía de golpes que convergen en una danza que termina por hipnotizarnos y que querremos perfeccionar a toda costa.
Así podría definirse Star Ocean: The Divine Force, una sucesión de sistemas apilados unos encima de otros que requieren de la duración de un JRPG de acción en tiempo real para funcionar, para ir abriéndose poco a poco al jugador en una sucesión de desbloqueos que el juego administra magistralmente hasta que aprendemos a domar un sistema de control de una elegancia solo comparable a su complejidad. Al principio parece un machacabotones, y definitivamente machacas botones, pero es mucho más que eso. El protagonista indiscutible de este sistema es el combo y nuestra habilidad para mantenerlo. Esta es la expresión definitiva de todos nuestros ataques.
Sí, es cierto que hay alguna pega, sobre todo en la inteligencia artificial de los enemigos, pero con todo, es difícil que no disfrutemos de este sistema que, además, nos permite controlar si queremos a cada personaje de forma individual, cada uno con sus propias habilidades.
Pero, sin duda, el plato fuerte de Star Ocean: The Divine Force lo tenemos en el sistema DUMA, un dispositivo de alta tecnología que nos da la posibilidad de rodear a nuestros oponentes e incluso volar a su alrededor. Esta libertad de movimiento es tan divertida como parece, ya que en el fragor de la batalla podemos deslizarnos por detrás del enemigo y dejarlo totalmente indefenso.
Si bien, las bondades de este sistema no acaban ahí, ya que el juego que protagoniza estas líneas también nos brinda la posibilidad de ir a casi cualquier sitio cuando no estamos combatiendo, pues con solo pulsar un botón, podremos elevarnos hacia los cielos para escalar rápidamente cualquier acantilado o sobrevalorar los edificios. Al final, tenemos que más libertad incluso explorando algunos de los escenarios más grandes de la franquicia que combatiendo, que ya es decir.
Duración
El tema de la perspectiva narrativa es incorporado aquí al ámbito más amplio de la percepción, dimensión que incluye toda la experiencia sensible, del mundo, de sí mismo, del otro, que afecta a una subjetividad. De este modo, no sólo se amplía el campo de reflexión hacia toda la vida sensible, sino que se vuelve posible abordar la perspectiva como un elemento del discurso que pone en escena diversas operaciones semióticas.
Y en Star Ocean: The Divine Force, la perspectiva es una actividad comunicativa, dado que podemos escoger entre dos personajes jugables, Raymond y Laeticia, para que la dimensión verbal y la dimensión perceptual, el reconocimiento de las posiciones diversas que pueden ocupar ambos sujetos, y la relación entre percepción y sabor, sean una constante a lo largo de la aventura. Una aventura altamente rejugable que puede completarse en unas 30-35 horas.
Conclusión
Dar una de cal y otra de arena. Todos sabemos que este refrán se emplea para hacer referencia a situaciones que presenta aspectos positivos y negativos de forma alterna. Empero, con el paso del tiempo, este dicho se ha ido extendiendo, aplicándolo a la hora de valorar determinadas obras como este Star Ocean: The Divine Force, una experiencia de fuertes contrastes que busca moldear su propia identidad con un impresionante sistema de combate y una libertad de movimiento sin par, pero que se ve salpicado con algunos lunares como un apartado técnico discreto y una historia a la que le cuesta arrancar.
*Agradecemos a PLAION el material proporcionado para poder realizar este análisis.
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Apartado técnico60/100
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Jugabilidad85/100
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Duración90/100
Lo bueno
- La inclusión de DUMA, un nuevo mundo de posibilidades.
- El sistema de combate es una danza hipnotizante.
Lo malo
- Personajes sumamente inexpresivos.
- A la historia le cuesta arrancar.