Tres películas. Una actriz. Todo un misterio por desvelar. Immortality es lo último de Sam Barlow y no podíamos perdernos la oportunidad de probarlo.
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Tengo que ser sincero con vosotros. Este es un análisis totalmente personal. En Generación Xbox no hemos recibido clave alguna del estudio para ello, aunque tampoco podemos culparles, pues tampoco lo habíamos pedido. El motivo principal es que este tipo de juegos tan cinemáticos se nos suelen escapar del radar por la misma estructura de “película interactiva” que representan. Sin embargo, las opiniones realmente positivas sobre Immortality unido a que es el tercer proyecto de Sam Barlow, conocido por el interesantísimo “Her Story”, me han seducido a probarlo. Y de paso, demostrar que incluir el juego en Xbox Game Pass de lanzamiento, ha sido una muy buena idea.
Pero realmente lo que me llamaba la atención de lo que había podido leer sobre él, es el extremo misterio y la enorme contención verbal que se notaba en las palabras de cada uno de los analistas. Absolutamente ninguno mencionó nada del misterio y desde ya, sin ni siquiera terminar de leer el análisis, os recomiendo que lo vayáis instalando. Por este mismo motivo, no me extenderé mucho con ella, iré al grano y las sensaciones que provoca.
Immortality muestra un gusto exquisito por lo minimalista, desde el propio menú hasta la interfaz y precisamente solo podremos ponernos en precedente en el “Acerca de” del menú. En este, nos indica que toda la historia gira en torno a Marissa Marcel, una actriz que apareció solamente en tres películas: Ambrosio (1968), Minsky (1970) y Dos de cada (1999), de las cuales ninguna se llegó a estrenar. Por diferentes motivos, el metraje se perdió y con los años solo han conseguido encontrar fragmentos de los mismos, junto a ensayos, entrevistas y cualquier cosa relacionada con Marissa.
Para poder armar este ‘puzzle’ se ha creado un software específico que va relacionando imágenes y buscando en el metraje perdido para ir desvelando todo poco a poco. Aquí es donde entramos nosotros, con lo que funciona como una Moviola, pudiendo parar, acelerar o rebobinar los metrajes a nuestro antojo, para descubrir lo que ha pasado con la actriz. Esto pudiera ser, y de hecho es, muy simple, pero poco a poco nuestras dudas se irán disipando conforme descubramos más metraje, construyendo una trama que incomoda al espectador con una sensación constante de que te estás perdiendo algo mientras todo se va haciendo cada vez más “extraño”.
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La review está escrita sin spoilers, así que podéis leer tranquilos.
Apartado técnico
En esta ocasión no podemos hablar de gráficos, Unreal Engine, efectos de iluminación y Ray Tracing, pero si que los vamos a alabar igualmente. Esto es debido a que todo es metraje real, actores que representan un cierto papel y que realmente, lo hacen de manera alucinante. Unos mejores y otros peores, pero el trabajo es realmente impecable, con algunos primeros planos sobrecogedores, que parecen traspasar la pantalla.
Las sensaciones que provocan los actores en el espectador son, sin duda, la mejor baza de Immortality, pues realmente en pocos juegos encuentras (previo aviso de contenido) material tan sensible, que incluye sexo, desnudos y algunos elementos explícitos que no tienen restricción alguna y que incomodan al espectador, al hacerlo partícipe de la privacidad de esos rodajes. Como si nosotros no tuviéramos que estar mirando eso.
La variedad de metraje, la cantidad de actores involucrados (solo Marissa repite en todas las películas), la interpretación y unos grandes subtítulos que nos permiten no perdernos nada e incluso aparecen en los rebobinados, dejan pocos peros que ponerle al título, que en lo suyo, tiene una manufactura impecable.
Jugabilidad
Como mencioné al principio, se trata de ir desvelando poco a poco todos los fragmentos de las películas, para tener toda la información posible. Y no es precisamente revelar toda la película, ese no es el objetivo, sino realmente saber qué pasó con la actriz y con algunos de sus compañeros. Para ello, es principal mencionar el llamado “modo de imagen”, en el que al parar el metraje, podremos movernos por él con un cursor para identificar objetos o personas de la misma.
Lo siguiente es simple, si pulsamos en la cara de un actor, el programa nos llevará automáticamente a otro fragmento de metraje en el que aparezca él. Si pulsamos en un candelabro, el algoritmo nos llevará a otro trozo de película donde aparezca uno. De esta manera, empezando sólo por un fragmento, iremos desvelando todos, de los cuales por supuesto iremos repitiendo, los nuevos metrajes aparecerán. Algunos durarán segundos, pero otros durarán incluso algunos minutos. Hay de todo: metraje auténtico de la película, ensayos o simples grabaciones en el set de los propios actores, con confesiones y conversaciones fuera de cámara.
Hasta aquí es todo lo que puede denominarse como juego, porque entraremos embriagados en una sorprendente espiral de metrajes de los que no podremos despegarnos. Durante la primera hora o dos horas no sabremos realmente el objetivo de todo, pero de repente, todo tornará a un inquietante tono muy “creepy” que descubriremos en las imágenes.
Porque precisamente esta es la virtud de Immortality. El juego poco a poco nos irá enseñando el misterio que se esconde entre estas 3 películas y también, por supuesto, el argumento de las mismas, que quizá no es lo principal, pero si que sin duda es el pegamento que nos mantiene atentos como si fuera una serie en la que devoras un capítulo detrás de otro.
Duración
No he llegado a revelar los 202 fragmentos de película que hay en total en Immortality, porque, entre otras, no hace falta para terminar el juego. Pero sí que he estado alrededor de 8 horas intentando llegar a este misterio. Mientras más imágenes, más posibilidades de encontrar el elemento adecuado y una vez consigues averiguar el “click”, esa búsqueda se torna más interesante. No quisiera revelar el cómo nos daremos cuenta de esto, pero sí que como mínimo os pedimos que tengáis el volumen bien ajustado para no perderos detalle.
Conclusión
Immortality es un título que bien se podría calificar de brillante. La manera en la que va revelando al jugador su historia y como lo hace, es sibilina, intencionada y realmente inquietante. El algoritmo que nos mueve de una imagen a otra lo cierto es que no repite tanto como podría y cuando lo hace, quizá lo hace por algo. En cierto momento, sí que hemos tenido que navegar entre imágenes, las cuales se pueden mostrar cronológicamente, e incluso ver cuáles hemos pulsado en cada una de ellas, para saber si nos hemos perdido algo, pero siempre con la sensación de que no hay nada al azar. Si no que simplemente no hemos sabido ver ese “enlace”.
Un juego sin ninguna duda, diferente a lo que estamos acostumbrados y que incluso algunos no querrán llamarlo juego. Pero es de una manufactura impecable y sin duda de los que marcan un antes y un después, no quizá en la industria, pero si en el jugador que los disfruta. Está en Xbox Game Pass, probadlo, vividlo y contadme vuestra experiencia. Es lo que yo he hecho. Es lo que os estoy contando. Esta noche he soñado con la otra Marissa.