Analizamos Silver Chains, un juego de terror en primera persona que nos mantiene al borde del asiento mientras desenredamos sus misterios.
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Empieza la cuenta atrás para Halloween, la noche de terror por excelencia, y no es ser una excepción que los sustos van a estar más que garantizados. Al fin y al cabo, el miedo es una emoción intensa, que bien utilizada, nos proporciona una sensación de euforia tras un mal rato. Y claro, la víspera de todos los santos es el escenario perfecto para que las apariciones fantasmagóricas, los aullidos, voces y ruidos no nos dejen pegar ojo. Su auge es imparable, entre el regocijo de los partidarios y las críticas de los detractores de la celebración siniestra por ser una “americanada”.
Sin entrar en detalles sobre su verdadero origen, lejos del país de las barras y estrellas, para nada colonialista, y aceptando su evidente objetivo de fomentar el consumo, no es menos cierto que su masificación nos sirve de sana excusa para recordar algunos títulos de terror indispensables que han hecho mucho por el género, así como otros que están por llegar y que están dispuestos a cruzar la pantalla para recorrer nuestra espina dorsal. A este respecto, Silver Chains, de Headup Games, no hace sino contribuir aún más a esa tensión constante de no saber qué viene después en una mansión llena de secretos.
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Apartado técnico
A pesar de ser un juego independiente de bajo presupuesto, Silver Chains se ve realmente bien, lleno de luces, sombras y sorpresas, así como una buena tasa de fotogramas. Igualmente, es una obra que se ampara en el uso de la arquitectura victoriana para recrear una atmósfera inquietante, apostando por una apariencia romántica y gótica cuyas formas de combinar diferentes estructuras, propósito y vida cotidiana son sumamente significativas. Todo esto consigue mantenernos al borde del asiento mientras desenredamos todos sus misterios, si bien, hay una nota discordante, pues la apariencia de los pocos personajes que aparecen están muy mal animados, con un aspecto y un comportamiento más parecido al de los muñecos que veíamos generaciones atrás. En cierto sentido, esto último es lo que denota su procedencia.
En otro orden de cosas, los sonidos diegéticos juegan un papel crucial en la experiencia que nos ocupa, permaneciendo vinculados a la visión del protagonista para causar una emoción vinculada al miedo y dibujando los límites del mundo de pesadilla en la que nos vemos inmersos.
Jugabilidad
Los videojuegos son un medio joven en comparación con la literatura o el cine, pero también es el producto de ocio con mayor potencial, dado que hay libertad creativa para ofrecer historias al nivel de los mejores libros y un desarrollo técnico tan espectacular como el de cualquier película. Y el hecho de poner al jugador a los mandos implica una mayor inmersión.
Y semejante logro no ha tenido lugar sin una transformación y evolución constante del concepto mismo de videojuego y de su aceptación, facilitando a diferentes estudios pasar a construir experiencias sumamente realistas cuya mera insinuación puede ser incluso sinónimo de peligro. Al final, todos los sistemas de percepción se agravan, comienza a haber una amenaza inminente que aumenta nuestra tensión ante peligros potenciales. Asimismo, el entorno juega un papel fundamental e importante en la percepción del miedo. Todo tiene un porqué y juegos como Silver Chains rizan el rizo marcando una serie de reglas para generar emociones altamente activas en el jugador y originando unas expectativas para con los distintos entornos, del mismo modo que nuestro personaje dentro de dichos entornos.
A través de una vista en primera persona, una perspectiva que facilita la inmersión a la vez propicia un gran incremento en la tasa de sustos, la obra que nos ocupa conmociona con su esencia de angustia y desasosiego. Sin armas de ningún tipo y contando únicamente con la luz de un farol para poder guiarnos en la oscuridad, controlamos a nuestro personaje, Peter, el cual despierta en una vieja mansión abandonada de algún lugar de Inglaterra. No recuerda ni cómo ha llegado hasta allí ni por qué, pero de lo que sí se da cuenta es que el caserón no está tan abandonado como parece, por lo que tendremos que acompañarlo en una aventura cargada de rompecabezas al mismo tiempo que interactuamos con algunos objetos y recogemos notas que nos permiten esclarecer algunos detalles.
En cierta manera, es una propuesta que recuerda de forma ineludible a títulos como Amnesia: The Dark Descent y Outlast, ya que estos fueron los encargados de marcar el devenir de los juegos de terror en primera persona de la última década. Concretamente, influyendo a centenares de imitadores como el que nos ocupa, los cuales evitan los enfrentamientos directos y magnifican la indefensión del jugador. En pocas palabras, nos anima a correr por nuestra vida y encontrar un sitio donde escondernos.
Duración
Si hay algo común a todos los mortales es que el tiempo pasa para todos y a la misma velocidad. Sin embargo, también es cierto que la manera en la que cada uno percibe este paso del tiempo es totalmente distinta y depende de diversos factores. Sin embargo, cuando pasamos miedo de verdad, parece como si el tiempo estuviera estancado, como si las agujas de todos los relojes del mundo se hubieran puesto de acuerdo para ir más despacio. En este sentido, Silver Chains tiene algo que influye en la percepción del tiempo.
Y pese a que este puede ser completado entre 2-3 horas, su aspecto sobrenatural, en la misma medida que su placer de asustarnos, nos aplastan de todas las maneras, lo que hace que terminemos consumidos por todo aquel miedo hacia los horrores que están ocultos.
Conclusión
De entre los numerosos juegos de terror que se producen cada año, caracterizados por unos bajos presupuestos que acaban derivando en rentabilidades medio-altas, siempre hay unas pocas producciones que despuntan por salirse de la tendencia del momento. Son casos especialmente reseñables, porque el terror es uno de los géneros más conservadores en cuanto a convenciones formales, argumentales y estilísticas, que pasan por etapas de producción uniforme hasta agotar la fórmula y pasar a la siguiente tendencia. Por eso, son un hallazgo agradecido para los jugadores hastiados.
Por desgracia, Silver Chains no se abre en ningún momento a la experimentación formal, propinando una inyección de esteroides a la tendencia del espanto y el brinco como una cuestión de supervivencia.
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Apartado técnico70/100
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Jugabilidad65/100
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Duración70/100
Lo bueno
- Esa tensión constante de no saber qué viene después en una mansión llena de secretos.
- Los rompecabezas son bastante variados.
- El sonido juega un papel crucial en la experiencia.
Lo malo
- Algunos aspectos visuales denotan su procedencia independiente.
- El hecho de que no se abra en ningún momento a la experimentación formal.