Nuevo editorial en el que repasamos el año vivido desde el anuncio de la compra de Bethesda por parte de Microsoft hasta el anuncio de Redfall.
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En el día de hoy, 21 de septiembre, se cumple el primer aniversario del anuncio de la compra de Bethesda por parte de Microsoft. Una noticia bomba que nadie se esperaba, nadie vio venir pero que sacudió los cimientos de la industria. Una sacudida que aún hoy en día sigue dando coletazos y que trajo consigo ríos y ríos de tinta.
Una noticia que cubrimos en esta casa con emoción. No en vano, estamos hablando de una unión histórica. Una de las mayores compañías de desarrollo, con algunas de las IPs más reconocidas e importantes de la industria, entraba a formar parte del equipo first party de Xbox. Sagas como Doom, Fallout o Wolfenstein ahora son parte intrínseca de la consola y la familia de Microsoft. Y hoy, en el primer aniversario, queremos recordar como ha sido este camino, esta vuelta al sol de ambas compañías unidas.
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Del anuncio a la compra oficial
Tal y como hemos dicho al comienzo de este artículo, hoy se cumple un año del anuncio de la adquisición. Mejor dicho, de la intención de compra, ya que la compra oficial se confirmó meses después. En concreto, fue en marzo de 2021 cuando se oficializó la compra por parte de las autoridades pertinentes. Ese 6 de marzo fue el día en el que se terminó de cerrar un acuerdo histórico, pero o fue ni mucho menos el primer momento. Todo ello comenzó a las 15:00 el 21 de septiembre de 2020, una hora a la que los de Redmond nos han acostumbrado a lanzar determinados bombazos en forma de comunicado oficial en Xbox Wire. Desde la presentación de Xbox Series S hasta la adquisición de Bethesda.
Desde ese mismo instante, empezaron a correr ríos de tinta sobre el acuerdo. Había quién hablaba de monopolio, de deslealtad por parte de Bethesda por unir su camino con Microsoft. Pero en especial, el debate estaba en la exclusividad o no de sus futuros juegos. Un debate alimentado por el silencio de Phil Spencer, Aaron Greenberg, Peter Hines y demás directivos de ambas compañías, quiénes con su silencio y ambigüedad no dejaban claro que pasaría con los nuevos proyectos de los diferentes estudios de Bethesda.
Lo único que se tenía en claro es que, al igual que pasó con otras adquisiciones, Microsoft respetaría los contratos existentes antes de la compra. Es decir, juegos como Deathloop o Ghostwire seguirían siendo exclusivas temporales de PS5, competencia directa de Xbox Series. Pero, ¿qué pasaba con juegos ya anunciados, como Starfield o The Elder Scrolls VI? Mucho se habló en su momento sobre este tema. Si exclusivos temporales, totales, lanzamiento simultáneo en todas las plataformas… Todos con argumentos válidos, pero sin una realidad palpable detrás.
Mientras, Bethesda anunciaba nuevos proyectos futuros, como un inesperado Indiana Jones desarrollado por Machinegames y apadrinado por Todd Howard, lo que aumentaba aún más el debate. Y de fondo, el silencio de todas las voces autorizadas que podían zanjar el debate. En un sentido u otro, pero el silencio es lo que vaticinaba que algo importante se estaba cociendo…
E3 2021, el punto de inflexión
… Y llegó el E3 2021. La feria angelina volvía tras un año de paró a causa de la pandemia de la COVID-19 y lo hacía con una conferencia que ya era una declaración de intenciones: Xbox + Bethesda Game Showcase. Microsoft había decidido llamar a su conferencia con el nombre de ambas compañías, lo que auguraba un buen show y, quizás, la solución al debate del futuro de los juegos. Y los de Redmond no decepcionaron.
No solo le cedieron el primer anuncio a Starfield, que mostró sus primeras imágenes in game oficiales, si no que confirmó que el juego sería exclusivo del ecosistema Xbox (consolas, PC y móviles con xCloud). Una declaración de intenciones y que zanjaba el asunto de golpe. Además, no sólo lo decían con la boca pequeño o un pequeño letrero. No, a plena vista, bien grande y de viva voz confirmaba Sarah Bond, jefa de contenidos de Xbox.
Ungolpe de efecto, no solo por confirmar lo que parecía una evidencia, si no por ser la primera nueva IP de los desarrolladores de TES o Fallout en 25. Pero no era el único as en la manga que nos tenían preparado. Y no, no hablamos de Halo Infinite o Forza Horizon 5.
Phil Spencer salía a la palestra para despedir el show con un “one more thing” en toda regla. Y lo que nos tenían guardado como traca final era Redfall, una nueva IP, nunca antes vista, desarrollada por Arkane Austin, otra de las desarrolladoras de Bethesda. Y, como se veía al final del trailer, también una “Xbox exclusive”. No hacía falta decir más. Esas letras rojas bajo el arte del juego eran lo bastante claras. Una respuesta directa a los que aún pensaban que los juegos de Bethesda saldrían en otras plataformas. Un cierre perfecto a la conferencia, una declaración de intenciones y una promesa: ahora empieza lo bueno de verdad.
Y de momento no hemos tenido más capítulos en esta historia que hoy cumple año. Pero seguro que aún no se ha escrito la última línea ni el último debate sobre su relación. Aún quedan palos por tocar, como Indiana Jones. Pero, visto los precedentes, solo debemos esperar al momento adecuado.