Analizamos Spiritfarer, una interesante título de gestión con un fuerte componente emocional que nos pondrá a los mandos de la sustituta de Caronte.
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La muerte no suele ser ningún un tema tabú en los videojuegos, y al igual que ocurre con películas o series de televisión es bastante común que asistamos a escenas donde mueren personajes importantes o incluso protagonistas de los propios juegos. En este sentido lo que se muestra es el lado más doloroso o trágico de la muerte, dejando de lado el lado más sentimental o incluso de alegría y festividad que se le da en algunas culturas.
Spiritfarer, juego desarrollado por Thunder Lotus Games, se centra precisamente en ese lado más olvidado de la muerte, y nos llevará a realizar un viaje que nos recordará continuamente que la muerte no es el final del camino sino que forma parte del ciclo de la vida. Nosotros seremos Stella, y nuestra misión no será poca cosa: tendremos que sustituir a Caronte y ser el nuevo barquero de almas para asegurar que estas lleguen al más allá.
Estamos ante un título que se asienta principalmente en tres pilares: gestión, exploración y plataformas. Encontraremos ciertos elementos metroidvania al poder ir desbloqueando ciertas habilidades como doble salto y la capacidad de planear, así como una narrativa y un apartado artístico fabuloso que funcionan juntos a las 1000 maravillas. ¿Será este Spiritfarer un título en el que merezca la pena sumergirnos? Vamos a verlo.
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Apartado técnico
Desde el primer momento salta a la vista que Spiritfarer es un juego de muy bella factura. El juego cuenta con un apartado artístico sobresaliente que se mueve y funciona muy bien con el aspecto 2D clásico sobre el que se mueve. El personaje de Stella y el de Daffodil, el simpático gato que nos acompañará durante toda la aventura (y que podrá ser controlado por otro jugador) están diseñados con mucho mimo, y cuentan con un buen puñado de animaciones para varias situaciones.
Lo que más me sorprendió del título en los primeros compases es ese contraste tan radical que encontramos entre Caronte y Stella, y es que mientras el primero está inspirado en la visión clásica del barquero con su capucha negra y sin rostro, Stella tiene el aspecto de una cría con mucha vida en su interior. Mención aparte el resto de almas que iremos encontrando en nuestro viaje, que una vez subidas a nuestra embarcación se transformarán en su espíritu animal, y todas tienen el mismo nivel de detalle.
Más allá del diseño de los personajes tenemos nuestra embarcación, que al principio será bastante modesta y pequeña pero a medida que vayamos avanzando se convertirá en prácticamente una ciudad y donde jugar al tetris estará al orden del día (explicaré esto más adelante). Pero sin duda donde he podido ver más belleza dentro de Spiritfarer es en los escenarios y en algunas situaciones especiales que nos encontraremos.
En el viaje que emprendemos pasaremos por varias islas y ciudades, y como si se tratara de pequeños ecosistemas diferentes sentiremos como cada rincón es distinto al anterior. Las ciudades y asentamientos contarán con habitantes representados por unos encapuchados de color, y encontraremos algunos animales como ovejas. Si bien es cierto que me ha encantado cada lugar que he visitado es cierto que algunos no funcionan lo bien que deberían, y muestran una sensación de profundidad un tanto extraña que no se lleva bien con el 2D.
El juego tiene un buen rendimiento que se mantiene bastante rocoso durante prácticamente la totalidad de la aventura, aunque en ciertas ocasiones he sufrido alguna ralentización que empaña su buen trabajo a nivel artístico. La banda sonora también está muy bien implementada, y las diferentes melodías que escucharemos casan a la perfección con su contexto. El juego no cuenta con ningún tipo de voz, pero llega totalmente traducido al español.
Jugabilidad
Si tuviera que definir el género de Spiritfarer lo tendría muy fácil, y es que es, en esencia, un título de gestión. Sin embargo quedarme solo ahí supondría que estaría dejando de lado un gran número de virtudes que tiene el título y que realmente son los que lo van a diferenciar de otros juegos de este genero que cada vez tiene mas adeptos. La misión de Stella no solo será llevar a las almas de un punto A a un punto B, y es que en ese “duelo” que es el viaje de Spiritfarer tendremos que realizar bastantes tareas para cada una, haciendo de esta manera que lleguen al más allá en paz.
En este sentido como ya imaginaréis lo que realmente diferencia este Spiritfarer de otros títulos de gestión es la historia. Su narrativa, su trasfondo y sus personajes serán el hilo conductor que hará que tengamos que realizar esas tareas de gestión, y esto por supuesto tiene su lado bueno y su lado malo, ya que en ocasiones su excelente narrativa se ve interrumpida por molestas tareas que pueden llegar a no tener ni pies ni cabeza.
Un barco inmenso con montones de cosas por hacer
El lugar donde pasaremos más horas durante nuestra aventura será el barco, que como hemos dicho anteriormente se parecerá más a una ciudad que a otra cosa. A medida que vayamos pasando horas de juego deberemos ir realizando distintas mejoras, y para ello necesitaremos recursos y dinero. En este sentido tendremos tres tipos de mejoras: unas que ampliarán el tamaño del barco, otras que tendrán que ver con las diferentes estructuras que podremos construir y algunas herramientas que nos permitirán acceder a zonas del mapa que al principio estarán bloqueadas.
Es interesante mencionar estas zonas puesto que cuando comencé a jugar tenía una sensación de libertad que se fue apagando con el paso del tiempo, y es que pese a que el mapa es considerablemente grande habrá zonas a las que deberemos volver más tarde porque estarán bloqueadas hasta que el juego lo decida. Mientras eso ocurre tendremos muchísimas cosas que hacer en el barco, y es que Spiritfarer no ofrece descanso. Tendremos para realizar una serie de tareas de recolección como la pesca y los cultivos y otras donde procesaremos esos ingredientes y otros más para conseguir objetos elaborados, como platos cocinados gourmet o minerales fundidos.
Por supuesto no nos podemos olvidar de que el objetivo principal del juego será atender a las almas que llevamos de la mejor forma posible, y para ello deberemos estar muy pendientes de sus necesidades en todo momento. Podremos consultar su estado y ver que es lo que requieren en cada momento, y a través de acciones como dar abrazos, construirles algo o surtirlos de diferentes platos conseguiremos que sean más felices. Además, en ocasiones nos encargaran tareas más específicas y que serán imprescindibles para que se sientan preparadas para ir al más allá. Estas suelen tener una gran carga emocional y están muy bien implementadas, aunque dada la estructura del juego quizás nos aparecen cuando estamos recolectado zanahorias para hacer un plato para otra alma, quedando la situación un poco forzada.
¿Necesitas materiales? Toca explorar y saltar
Por supuesto no todo será navegar ya que tendremos que ir explorando muchas pequeñas localizaciones para encontrar recursos y más almas que recoger. Para ello contaremos con una serie de habilidades clásicas que iremos desbloqueando, como el doble salto o la capacidad para planear con nuestro gran sombrero. Esta progresión pese a ser bastante simplona añade al juego ese componente metroidvania que mencionábamos al principio del análisis, y es que habrá zonas de las localizaciones que estarán bloqueadas hasta que adquiramos cierta habilidad, por lo que deberemos volver a ellas más adelante.
Todo viaje que hagamos en el juego se realizará en tiempo real, y durante el transcurso del viaje no tendremos tiempo para ver el paisaje ya que siempre tendremos algo que hacer. Contaremos con un viaje rápido a ciertas zonas que facilitará la realización de grandes desplazamientos, y además ciertas zonas “dinámicas” donde deberemos ir a recoger ciertos recursos muy específicos, como zonas de tormenta o de medusas. El cuenta con un ciclo día-noche al que deberemos estar pendientes, y es que durante la noche no podremos desplazarnos por el mar por lo que deberemos dormir hasta que amanezca. Todos estos elementos juntos me dieron desde el comienzo una sensación de “agobio” en la que el único descanso que encontré fue durante las conversaciones. El resto del tiempo nos pasaremos yendo de un lado a otro realizando tareas, y se nota que algunas están introducidas con calzador para aumentar la duración del título.
Duración
Dada la tipología del juego y especialmente por su narrativa, Spiritfarer es un juego al que dedicarle tiempo y paciencia. Digo esto porque pese a ser un juego que no da descanso alguno y mantiene al jugador siempre ocupado, la realidad es que la experiencia que ofrece es para ser disfrutada lentamente. Completar la historia principal de Spiritfarer me ha llevado algo más de 30 horas de juego, aunque por el camino me he dejado alguna alma por llevar al más allá (son 11 en total, pero no será necesario llevarlas a todas) y algunos sitios sin explorar.
Aunque es una gran duración para un título de este corte, tengo un sabor agridulce. Posiblemente le podría haber dedicado una decena de horas más, e incluso habrá jugadores que puedan disfrutar de una experiencia que llegue a las 50 horas. Sin embargo siento que el juego ha sido alargado de una manera demasiado artificial (no al nivel de otros juegos que lo han hecho como Anthem, pero casi), y que su soberbia narrativa que tan bien trata el tema de la muerte se ve interrumpida por tareas que llegan a ser de lo más molestas.
Conclusión
Tras completar el largo viaje que emprende Stella como barquera de almas tengo que reconocer que en más de un momento me he llegado a emocionar. El título engaña a simple vista por su dibujo y su animación, y es que lejos de ser un título infantil el mensaje adulto que contiene y la forma en la que trata la muerte me han parecido totalmente exquisitos. El estudio ha hecho un trabajo fantástico a la hora de contar una historia que pocas veces hemos podido ver en videojuegos o cine, y que además no cuenta con altibajos importantes.
Como título de gestión evidentemente no es tan complejo como otras opciones del mismo género que hay en el mercado, pero funciona bastante bien. Veremos en todo momento un progreso constante que durará prácticamente la totalidad de la aventura, y es que cada vez tendremos más cosas para hacer. Estas tareas se resuelven la mayoría de veces a través de un minijuego que aunque divertido las primeras horas acaba siendo un tanto repetitivo y tedioso (especialmente cortar madera).
El problema de Spiritfarer y que impide que sea un juego sobresaliente es cuando unimos estos dos elementos. Una narrativa profunda queda diluida si se detiene cada rato porque necesitamos encontrar 10 maderas de roble para construir una determinada edificación. Esto por supuesto no lo convierte en un mal juego, todo lo contrario, y es que Spiritfarer es un juego muy recomendable que disfrutaréis mucho, y más aun teniendo en cuenta que puedes jugarlo totalmente gratis gracias a Xbox Game Pass.
*Gracias a Thunder Lotus Games por proporcionarnos el material para la review.