Darkestville Castle trae, por todo lo alto, el género de las aventuras gráficas a la actual generación de consolas.
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Es común entre los que amamos los videojuegos y pasamos ya la tercera década de nuestras vidas que añoremos ciertos títulos con los que crecimos. Lo hacemos con nostalgia, alegría y quizás albergamos la esperanza de que alguien nos haga revivir alguno de los buenos momentos que teníamos mientras jugábamos a esos títulos, tal y como lo hacíamos en esos años. Darkestville Castle consigue eso con mucha facilidad, y de una forma excelente, poniéndonos en el rol del simpático (y bastante maligno a la vez, a juzgar por algunos de sus comentarios) Cid, el demonio de Darkestville, un antihéroe perfecto que gusta de hacerle la vida imposible a las personas del pueblo en el que vive; Darkestville, una ciudad, que, a pesar de todo, lo estima bastante.
Las constantes triquiñuelas de Cid, sin embargo, hacen que uno de los habitantes de Darkestville, Dan Teapot, contrate a una familia de cazadores de demonios que, por error, captura a la mascota de nuestro querido protagonista que no es otra un pez de curioso aspecto llamado Señor Domingo. Ante este atropello, Cid decide rescatar a su amigo y será allí donde los problemas comiencen.
Desarrollado por Epic Llama y publicado por Buka Entertainment, Darkestville Castle trae a la actual generación de consolas un género -lamentablemente- casi olvidado como lo es el de las aventuras gráficas, pero ¿le hace justicia a los entrañables títulos de los que claramente tomó inspiración como Monkey Island, Full Throttle, Day of the Tentacle y Loom? Te lo contamos en los siguientes párrafos.
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Apartado técnico
El juego presenta una estética caricaturesca que recuerda mucho a la que utilizaba The Curse of Monkey Island en PC, juego del que indudablemente toma mucha inspiración. Este detalle dista de ser una crítica, muy por el contrario, esa suerte de homenaje es un formidable guiño constante a quienes disfrutamos allá por el año 1997 de la tercera parte de las aventuras de Guybrush Threpwood y de tantas obras de Sierra o la inolvidable LucasArts.
Darkestville Castle no cuenta con una gran variedad de escenarios, pero el diseño de los fondos, del menú de interacciones, del inventario y de los personajes está muy bien realizado, desde los colores que se han elegido hasta la variedad original de personajes que nos encontramos. El único aspecto que quizás palidece en calidad es el diseño de los Hermanos Romero, enemigos y aliados del personaje principal en la historia. El dibujo de dichos antagonistas no es malo en sí mismo sino que el estilo con el que están hechos parece diferente al del resto de los participantes del juego, como si hubiesen sido diseñados más como un sticker de una red social que para esta historia.
La música acompaña bien cada una de las fases sin ser molesta ni entrometerse. Este aspecto también me refiere a tercera parte de Monkey Island ya que se perciben muchas similitudes en los ritmos y la ambientación. Digamos que si bien es poco probable que quien juegue a Darkestville Castle busque la banda sonora en Spotify, no creo que a nadie le vaya a molestar escucharla en el juego ni mucho menos.
Jugabilidad
Al tratarse de una aventura gráfica, controlaremos a Cid con ayuda de un cursor indicándole a dónde debe moverse y en el momento que queramos realizar alguna acción en particular sobre algún ítem o elemento del escenario, podremos acceder a un menú que nos permitirá hablar, accionar/coger o ver, otro guiño a la época dorada de este género. Particularmente el diseño de este menú me recuerda gratamente al ya mencionado Full Throttle.
En un principio, los que estén acostumbrados a utilizar un ratón en este tipo de juegos pueden sentirse incómodos con el mando de la Xbox pero es algo que enseguida pasa a segundo plano, principalmente por la facilidad con la que se puede acceder a los items del inventario haciendo uso de los gatillos sin necesidad de tener que entrar en él (aunque esta opción también está disponible). Para los más nuevos en el género o los que se frustran fácilmente, el título presenta una especie de “ayuda” a la que se accede presionando la flecha hacia arriba del mando digital lo que hará que resalten los elementos con los que se puede interactuar en cada escenario, aunque el saber qué hacer con ellos dependerá enteramente del jugador.
Durante el análisis el juego corrió sin ningún tipo de problemas en mi Xbox One, el único inconveniente que tuve fue que en ciertos momentos el cursor desaparecía, esperemos que el equipo de Epic Llama revise este fallo, que no es grave por lo esporádico, pero puede ser molesto.
Duración
La aventura de Cid, el demonio de Darkestville está dividida en tres actos con tres interludios y como buena aventura gráfica que se precie está repleta de puzzles. El nivel de dificultad de cada uno de ellos es variable y su resolución dependerá en gran medida de la astucia del jugador y, en algunos casos también, de la buena fortuna, pero en ninguna oportunidad las situaciones que se plantean son irresolubles o enteramente ilógicas.
La duración, entonces, dependerá del tiempo que le lleve al jugador resolver cada uno de los acertijos que se le plantea, teniendo en cuenta que la formula es siempre encontrar tres partes de algo para preparar otra cosa que a su vez nos permitirá avanzar, ya sea este elemento una pócima, una bomba, llaves o EL CAFÉ DE LA MUERTE. Normalmente unas 12 horas de juego puro y duro habrán bastado para resolver la historia del querido Cid y su mascota, el Señor Domingo.
Conclusión
A las claras se nota el amor del desarrollador por el título y por el género. Darkestville Castle ostenta unos diálogos excelentes que sin duda te harán reír genuinamente durante el desarrollo de la aventura, todos ellos localizados a la perfección al español (excepto las voces que solo están en inglés y en ruso). No tengo duda que los amantes de las aventuras gráficas van a adorar este título, aunque me intriga saber qué pasará con las generaciones más recientes que no fueron tan expuestas a este tipo de juegos, pero teniendo en cuenta lo bien que le fue a Thimbleweed Park tengo muy buenas esperanzas. En lo que a mí respecta, tanro Cid, el demonio de Darkestville como Darkestville Castle se han ganado un merecido sitio en mi corazón de jugón, no tengo dudas de que ganarán muchos más.