Doom 64 llega por fin a esta generación después de muchos años congelada en su plataforma original: Nintendo 64. Y no podemos alegrarnos más de ello.
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Con la llegada de DOOM Eternal, que se ha convertido por derecho propio en uno de los mejores shooters de la generación, llega un regalo de reserva que lo cierto es que fascinó a muchos en su presentación a finales de 2019. Aunque suponemos que más adelante se podrá comprar por separado, Doom 64 de momento solo se puede adquirir junto a la última entrega, ambos, disponibles el próximo 20 de marzo. Y es que Doom 64 ya en su momento se convirtió en un juego muy codiciado sobre todo por la condición exclusiva de poder jugarlo sólo en Nintendo 64, la consola que precisamente le otorgó el sobrenombre.
Y es que en vez de recibir la típica conversión que todos esperaban de Doom 2, la consola de Nintendo obtuvo un título completamente nuevo, con una tecnología más avanzada en términos de iluminación que la de su antecesor, pero menos trabajado en estos aspectos, casi como algo a medio camino entre Doom y el primer Quake. De hecho, Doom 64, como ya sabréis, es la secuela directa de Doom 2, llevando al Marine de Doom de nuevo a Marte. En esta ocasión, la UAC limpiaba la superficie del planeta y de sus lunas Phobos y Deimos con bombas de radiación extrema de los enemigos restantes después de que nuestro protagonista cerrara el portal en la primera entrega.
Pero no sabían que un engendro creador de demonios sobrevivió a este ataque, dedicándose a resucitar y traer de nuevo a enemigos más peligrosos, más grandes y más agresivos. La UAC, temiendo lo peor, sacó de su merecido retiro al Marine de Doom, el único capaz de enfrentarse con éxito a esta amenaza. Y así empezaremos el juego, aunque eso sí, os advertimos, no hay intro, ni texto, ni cinemáticas ni nada de nada. Solo darle al botón, seleccionar la dificultad y a matar demonios.
En este caso, no es Id Software la encargada directa de este port para las consolas de esta generación, si no Nightdive Studios, responsables de otras conversiones recientes como las dos primeras entregas de Turok y en un futuro, incluso el venerado Shadow Man, también recibirá una remasterización por su parte. Todos ellos, juegos de Nintendo 64 que se están convirtiendo al KEX Engine, un motor gráfico propiedad del estudio y que parece que le proporcionará bastantes nuevos trabajos en forma de remasterizaciones, a juzgar por los resultados.
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Apartado técnico
A pesar de ser una remasterización, no deja de ser un juego clásico y Doom 64 no muestra mejoras más allá de lo evidente, que además de ser lo mínimo exigible, también afirmamos que cumple con su cometido. Más resolución y 60 fps son fáciles de identificar, pero poco más, ya que el HUB parece casi el mismo, no hay más información en pantalla y aunque las texturas de enemigos, armas y el escenario estén mejoradas, lo cierto es que dan la sensación de estar un escalón por debajo del propio port de Doom 2.
Eso sí, los controles son magníficos y con el mando podremos estar tranquilos para dar buena cuenta de los cientos de enemigos a los que nos enfrentaremos, porque la respuesta será genial. Quizá aquí si que ha jugado un papel importante el buen hacer de Nightdive al convertir más allá de los 60Hz el motor gráfico del juego, teniendo incluso que reajustar las animaciones y el movimiento de los enemigos para que todo encaje.
Porque lo primero que más nos llamará la atención si hemos jugado a los Doom clásicos, es el sistema de iluminación, que juega un papel muy importante incluso en el gameplay, mostrándonos muchas estancias en las que la luz nos ayudará a guiarnos, identificar caminos o hacernos más dificil los enfrentamientos casi a ciegas. No es una mejora con respecto al Doom 64 clásico si no respecto a los anteriores Doom clásicos.
En términos de sonido también está bastante bien resuelto, ya que a pesar de no contar con una música tan presente, los efectos si que estarán incluso bien posicionados, pudiendo identificar incluso de donde provienen los enemigos y las armas suenan contundentes, sin embargo la animación de las mismas está un escalón muy por debajo del de Doom 2, con la Super Escopeta por ejemplo sin que se vea como metemos los cartuchos.
Jugabilidad
En términos de jugabilidad, Doom 64 mantiene fresca la esencia que ha hecho famosa a la saga, introduciendo nuevos diseños de enemigos y unos mapeados muy pensados para el jugador de consola, con una iluminación que hace más cómodo el paso a través de cada uno de los niveles, muy diferentes entre sí y con un gran nivel en la estructura de los mismos. La remasterización, como hemos comentado, hace un trabajo fenomenal en el apartado jugable, ya que los controles se sienten muy intuitivos y responden bien a nuestras exigencias, añadiendo que podemos graduar la velocidad de movimiento con los sticks de una manera sencilla y que incluso los disparos de cada arma vibrarán en el mando de manera distinta y reconocible.
Es en la propia estructura del juego donde hemos visto ciertos incovenientes para aquellos que se decidan a jugar a este Doom 64. Las facilidades hace más de 20 años brillaban por su ausencia y tampoco las tendremos aquí. Un mapa que podremos consultar e incluso movernos desde él nos servirá como pista para descubrir puertas ocultas, pero no los botones que necesitamos encontrar. No son pocas las veces que al pulsar un botón y no haber ningún feedback del propio mapa al respecto, hemos tenido que buscar por descarte cual es la pared, pasadizo o puerta que se ha abierto. Y eso sin contar que a veces son temporizadas.
No es nada que asuste a los jugadores de la vieja escuela, como un servidor, pero no hubiera venido nada mal alguna especie de ayuda, porque estoy muy convencido de que más de uno se perderá fácilmente en el mapa sin saber cual es el siguiente paso. De hecho en concreto, hay un nivel con una llave amarilla en la que hay un 99% de probabilidades de que sólo podáis continuar si tenéis suerte, porque la lógica brilla por su ausencia.
Por lo demás, los combates son intensos, sin armadura recibiremos muchísimo daño y si no estamos pendientes de ir guardando la partida continuamente, nos frustraremos mucho al tener que reintentar de nuevo una misión sin acarrear con todo el inventario acumulado. Cuidado, porque si cogemos la BFG 9000 y no mantenemos la misma partida, podríamos perderla hasta bueno… hasta que la encontremos otra vez, y algunas fases empezar sin un buen arsenal, se hacen muy cuesta arriba. Por esto también cada vez que terminemos una fase, el juego nos proporcionará un password, aquello que existía en Nintendo 64 en lugar del guardado, para poder seguir exactamente por donde íbamos.
Mención especial al Unmaker, un arma final extremadamente poderosa y exclusiva, hasta su llegada al propio DOOM Eternal, el cual parece tomar muchas de sus novedades del mismo Doom 64, el cual había quedado un poco olvidado todos estos años.
Duración
Doom 64 está conformado por 30 niveles, alguno de los cuales sudaremos para terminar, ya sea por su dificultad con los enemigos, o por no saber continuar con la siguiente “puerta”. Si no hay problemas, podremos completar cada uno de ellos entre 6 y 12 minutos, aunque esta cifra podría aumentar dramáticamente si se da el caso mencionado.
Un buen puñado de horas muy disfrutables que se ven recompensadas con un nivel extra, en el cual, cito textualmente: “La Madre Demonio que venciste al final de Doom 64 tiene una hermana, y desde que te has metido con el Infierno sin freno, ella intentará mandarte fuera”. Además, el completar este nivel, nos proporcionará una interesante pieza de lore que seguro que los fans saben apreciar.
Conclusión
Al contrario que pasó con la conversión de los dos primeros Doom para Xbox One, Doom 64 si que viene fuerte de inicio técnicamente hablando. Está claro que el trabajo de Nightdive Studios está a la altura de lo esperado y los que desean jugar a esta “entrega perdida”, lo disfrutarán al máximo con sus mandos y en cualquiera de los modelos de las consolas actuales.
Sin embargo, queda advertir que Doom 64 podía haber traido mejoras vitales después de 20 años, como algún marcador más que indicara que arma llevamos, porque el paso entre una arma y otra es absolutamente arcaico y tedioso, casi llevándonos a calcular de cabeza cuantos espacios hay entre la Super Escopeta y la BFG 9000, al tener que pasar obligatoriamente por todas. También, el desarrollo del mismo abusa del concepto de las llaves (Roja, azul, amarilla) y los botones para abrir las puertas parecen estar escondidos muchas veces demasiado a propósito para que nos perdamos un poco.
Eso sí, de cuando en cuando, Doom 64 nos regala con uno de esos niveles repleto de enemigos extremadamente disfrutable, en los que tendremos que tener mil ojos, el gatillo rápido y no parar de movernos… y tener mucho cuidado para no reventarnos un cohete propio en la cara. Un gran port, de un juego que creíamos perdido y que era una joya esencial para la saga. Un acompañamiento BRUTAL para DOOM Eternal.
*Gracias a Bethesda España por habernos proporcionado el material para la review.