Los combates más raro y estrafalarios llegan a Xbox One con este peculiar, Cruz Brothers.
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La escena Indie cuenta con una formidable salud, con apoyos tan férreos como el que está ejerciendo Microsoft a pequeñas desarrolladoras con talento, con financiación y promoción, gracias a servicios como Game Pass. Y es que los juegos de corte independiente están cargados, en su mayoría, de esa esencia añorable de tiempos pasados, tiempos en los que lo que el principal atractivo de los videojuegos recaía en la diversión que nos proporcionaban. De esta forma, han ido llegando joyas como Celeste Hollow Knight, que nos han hecho disfrutar, muy especialmente a los jugadores de la vieja escuela.
Si bien este mercado se ve lastrado por la falta de medios económicos, muchas pequeñas desarrolladoras encuentran la forma de enamorarnos en la jugabilidad, la originalidad o dotando a sus creaciones de una belleza que va mucho más allá del fotorrealismo. Por desgracia, ninguna de estas cualidades se puede aplicar al título que analizamos hoy, pues los padres de Cruz Brothers parecen haberse empeñado en caer en todos y cada uno de los clichés que ya estamos hartos de ven en tantos títulos de lucha, pero además con una carencia de mimo total.
En cuanto a la trama, poco que decir. Nos encontramos ante la típica misión de ajuste de cuentas, en la que un capo de los bajos fondos nos la ha jugado y ahora nuestros personajes claman venganza. No vamos a ir más allá pues cuenta con poca relevancia en un modo historia, contado a base de ilustraciones en movimiento y alguna escena de vídeo real que quizá sean lo más reseñable del juego. Para alcanzar nuestro objetivo nos veremos enfrascados en combates callejeros, por supuesto ilegales, con un elenco de enemigos que no dejan de ser los típicos malotes de barrio, con sus tatuajes, cadenas y navajas para ponernos en aprietos. Y sí, típico es una palabra que va a redundar en este análisis, pues todo lo que encontramos en el juego nos va a recordar a sagas tan antiguas como Double Dragon, Street of Rage… y bueno, ya podéis haceros una idea a lo que me refiero.
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Apartado técnico
En cuanto al apartado gráfico, estamos ante un juego que bien podría pasar por uno de de la primera Xbox (en HD eso sí) con texturas a medio acabar y juego de luces y sombras rudimentario y desfasado para 2020 y me atrevería a decir que incluso para 2010. Los controles responde lentos, dando la impresión de estar manejando un tren de mercancías en lugar de lo que se supone debería ser un hábil luchador que triunfó en el panorama pujilístico. Con los cuatro botones base tenemos todo repertorio de golpes, cada cual con distinta potencia, pero poco relevante, pues la mayoría del tiempo nos vamos a limitar a aporrearlos de manera aleatoria, esperando que nuestro luchador responda como deseamos.
Y ahora quiero hacer un aparte con las animaciones. Son toscas, lentas y repetitivas, todo lo contrario del frenetismo al que nos tienen acostumbrado los juegos de lucha con un mínimo de calidad. Esto hace que cada combate sea frustrante que el anterior, llegando a poderse complicar un asalto sin motivo aparente, solo por la mala ejecución técnica del juego.
El apartado sonoro es también “típico” pero quizá sea uno se sus menores problemas. Podríamos decir que cumple su función sin más. No podría destacar ningún tema ni efecto concreto,pues prácticamente pasan desapercibidos.
Jugabilidad
No siempre el apartado técnico incide directamente en la jugabilidad de un título. En este caso sí, sobre todo por malas respuesta en los controles y la tosquedad de las animaciones, elementos que son esenciales en cualquier juego de lucha. Cuenta con tres modos de juego
- Modo entrenamiento: donde podemos aprender a “manejar el personaje”, lo cual no va más allá de seis o siete ataques básicos, un ataque especial y un desplazamiento casi mágico, ya que el recorrido del luchador va más rápido que los pasos reales que realiza, dando la sensación de que nos encontramos en un pasillo mecánico de esos que ponen en los aeropuertos o centros comerciales.
- Modo historia: un combate tras otro si aportar nada más que la forma de atacar a unos enemigos clónicos. Algunas cosas nos han llamado la atención en el diseño de personajes, entre otras es que todos tienen la misma altura, la misma pose y en especial que ¡no hay ningún personaje femenino!
- Modo versus: un modo para combatir con otro jugador de forma local. ¿Qué juego de lucha en pleno 2020 no cuenta con un modo versus online? Cruz Brothers es la respuesta
Siento tener que decir que no es un juego divertido por lo repetitivo que se hace y la falta de variedad en su contenido.
Duración
Sin ánimo de hacer leña del árbol caído, la única manera que se me ocurre para definir la duración del juego es “lo que seas capaz de soportarlo”. El modo historia lo puedes concluir en poco más de una hora, dependiendo de la dificultad que elijas. El problema es que solo cuenta con una historia, la del personaje principal, sin ramificaciones ni finales alternativos, ni nada que nos invite a repetir la experiencia. Lo único que puede otorgar algo de vida al juego es el modo versus, siempre que cuentes con alguien en casa dispuesto a jugarlo.
Conclusión
Un juego carente de alma que hace todo un alarde de falta de entusiasmo y originalidad por parte de sus creadores. Con estas premisas, lanzar un título de lucha a un catálogo tan extenso en este género como el de Xbox, es como lanzar a un naufrago sin salvavidas en mitad de un océano infestado de tiburones.
Cualquier título de combates retrocompatible va a proporcionarnos una experiencia mucho más satisfactoria que este Cruz Brothers. Si tenemos en cuenta que actualmente se encuentra en Microsoft Store a un precio de 29,99 euros, no nos queda más remedio que no aconsejar se su compra.