Analizamos Hollow, una apuesta por el horror cósmico de corte independiente que ciertamente apuesta bastante bajo.
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¿Está el horror cósmico sobre explotado en los videojuegos? Como fan del subgénero probablemente no me habría hecho semejante pregunta nunca, pero Hollow ha conseguido que no dejase de hacérmela durante buena parte de mi (corta) partida. Desde juegos geniales como el primer Dead Space o Alien Isolation, a cosas más mundanas que han venido después, lo cierto es que el terror salido del espacio tiene bastante predicamento en nuestro hobby favorito, y esto puede estar haciéndole llegar a un estado de saturación.
En Hollow llegaremos a una nave que parece abandonada, y en la que nos esperan horrores mutantes que sospechosamente parecen ser los miembros de la tripulación. En medio de esta rocambolesca situación existe una trama personal de abandono y culpa que se verá mezclada con el alucinante terror ¿Os suena? Es prácticamente imposible que no. No seré yo el que condene un juego por no inventar nada en el plano argumental si consigue innovar en lo jugable, o al menos ser sólido como una roca. Tampoco es el caso.
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Apartado técnico
Hollow es para los grandes del género, lo que un desvergonzado explotation italiano para Alien, de las decenas que salieron a rebufo en años posteriores. Lo único que le separa de esas imitaciones de serie b que facturaban nuestros primos italianos es el encanto, del que Hollow adolece totalmente. El diseño de los enemigos parece una mezcla peligrosa entre Dead Space y Agony, curiosamente siendo la versión de Hollow para PC bastante anterior al terrible juego de horror infernal.
El escenario en el que viviremos en nuestras propias carnes el terror parece creada con algún tipo de editor, de otro juego que seguramente tendría una estética y diseño de niveles más afinado. Pero lleguemos al verdadero punto en el que Hollow desata su verdadero terror, su uso de la luz y sobre todo el lens flare. Este efecto muy utilizado sobre todo en juegos de carreras y que intenta imitar los reflejos de la luz que se producen sobre el lente de una cámara, y que da un aspecto más cinemático a la acción, es abusado, reusado, exagerado y arrastrado por el barro en este juego. Dudé durante minutos si semejante uso hortera de este recurso en realidad tenía su gracia, pero cuando al avanzar en el juego descubrí que solo acaba siendo un impedimento para desarrollar el juego, salí de dudas para siempre.
Para colmo de males el juego tampoco corre demasiado fino en una Xbox One X, increíble siendo un título de hace años, y que no es un portento gráfico precisamente. En cuanto al apartado de sonido solo puedo decir que los efectos son mediocres, las actuaciones vocales no pasan de correctas, y la música es tan olvidable que, en efecto, apenas la recuerdo.
Jugabilidad
En algún punto los creadores de Hollow pensaron que podría estar bien crear un Dead Space en primera persona, y no cabe ninguna duda viendo el diseño y funcionalidad del escaso pero efectivo arsenal de armas con las que cuenta el juego. Lástima que el combate sea mediocre a pesar de un gunplay bastante decente. Gran parte de la culpa la tiene sin duda la IA enemiga que podríamos describir como sospechosamente errática. Los enemigos se aproximan a nosotros lentamente, chocándo con el mobiliario, como si en el fondo no tuviesen demasiadas ganas de acabar contigo y sí de que acabases tú con su triste existencia.
Pero además del combate tiene que haber terror, persecuciones, y un poquito de indefensión como mandan bien los cánones del survival horror. Bien, pues al margen de que tu personaje a veces se mueva como si llevase un par de copas de más, y que la munición es más o menos escasa, poco de miedo hay aquí, y mucho menos de indefensión. Tampoco ayuda que el apartado puzzles sea bastante simplón y repetitivo, y que la búsqueda de claves por el mapa no termine de tener lógica ninguna.
Hollow remata sus problemas jugables con una considerable falta de cuidado en lo que suele llamarse “quality of life”. Tipografías poco legibles, textos pequeños, efectos cinemáticos que entorpecen la visión, y el colmo de los colmos, el juego te echa al menú inicial tras cada muerte en lugar de cargar automáticamente la última partida salvada (o al menos darte opción). Esto es especialmente grave si tenemos en cuenta que el de Xbox One es el tercer port del juego, que desde 2017 hasta ahora podría haberse preocupado por arreglar este tipo de cosas.
Duración
Hollow es un juego bastante breve, unas tres horas que pueden convertirse en cuatro si no tienes mucho sentido de la orientación. Las posibilidades de rejugabilidad son bastante bajas, a no ser que seas un completista de los logros y quieras superarlo en dificultades altas, o llevar a cabo los speedruns a los que te reta, y que nos desvelan que el juego puede ser superado incluso en media hora. Sin embargo lo malo de Hollow no es su corta duración, sino que con lo poco que dura se hace largo.
Conclusión
Hollow es uno de esos juegos en los que despierta cierta curiosidad saber cuales eran las ambiciones iniciales de sus creadores, qué fue lo que imaginaron a la hora de conceptualizar el juego por primera vez, pero no por la excelencia de su ejecución sino por lo pobre y carente de ambición de su resultado.
No se me ocurre un buen motivo por los que alguien debería probar Hollow salvo el de ser un fan irredento del horror cósmico y haber devorado ya varias veces los múltiples ejemplos de juegos mucho mejores que este. Así que, querido lector, si estás buscando aquí los motivos para hacerte con Hollow, mi consejo es que quizá un nuevo repaso a Dead Space te deje con mejor sabor de boca.
Agradecemos a Forever Entertainment el material suministrado para realizar este análisis.