Ya sea Anaconda o Lockhart, la próxima Xbox Scarlett tendrá un mínimo técnico exigible: Los 4K nativos y 60 fps. ¿Será complicado llegar a esa cifra?
Más historias en la categoría Editorial
- 343 Industries estaba destruyendo Halo y no lo sabíamos
- El papel directivo en los estudios de desarrollo y su fallo en las comunicaciones: el caso de Ubisoft
- Bleach regresa a lo grande: Breve repaso a la historia, nuevos juegos y lo que está por venir
No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
La octava generación de consolas deberían habernos hecho aprender más “cosas técnicas” que ninguna otra. Los 1080p, y los 900p también, son términos que han dejado de ser populares para pasar a asuntos más complejos como los 4K nativos, métodos checkerboard y resoluciones dinámicas. A pesar de que los juegos siguen siendo disfrutables tanto en Xbox One S como PS4 Slim, las que han sentado precedente de cara a la próxima generación son PS4 Pro y Xbox One X. Y con ellas en la mano, nos preguntamos: ¿Cual será el escalón técnico que deberán salvar Xbox Scarlett y PS5?
Con respecto a lo visto con la bestia Xbox One X, está más que claro. Parece que los 4K nativos son más que posibles en esta generación y ejemplos recientes como Metro Exodus, Forza Horizon 4 o el espectacular Anthem van a la máxima resolución admitida por la gran mayoría de las pantallas. Ya podemos decir firmemente que el estigma de “solo irá a 4K en los juegos antiguos” nos lo debemos quitar, porque precisamente estos 3 títulos son de 2019 y posiblemente sean de los que mejor se vean en esta generación.
60 frames por segundo: el reto real de Xbox Scarlett
Pero lo que no podemos dejar al azar es la tasa de frames. Llegamos a la celebrada resolución 4K, pero no sigue siendo una constante, por lo que es solo a veces y casi siempre recurriendo a los 30 fps. Cuando el título va acompañado de una carga gráfica importante y una alta resolución debemos de olvidarnos directamente de los 60 frames por segundo. Comparativa tras comparativa, desde la redacción de expertos como Digital Foundry comprueban que el paso a los 60 fps se hace muy duro si no reducimos resolución y aún así, resulta complicado estabilizar esta tasa con las CPU que usan las consolas actualmente.
¿Si ni siquiera podemos cumplir actualmente los 1080p 60fps con solvencia, como nos podemos plantear los 4K 60 fps? La verdad es que la futura Anaconda de la familia Xbox Scarlett lo tiene realmente complicado viendo la actualidad de los PCs. Nos tenemos que ir a configuraciones demasiado caras y poco accesibles para obtener el summum de las cifras en términos de resolución y tasa de frames. Tarjetas gráficas por encima de los 600€ con CPUs por encima de los 400€ casi no son capaces de estabilizar constantemente esta cifra, y no es para menos. Estamos hablando que doblar la cantidad de imágenes por segundo es directamente doblar la potencia necesaria para conseguirlas.
Ya teníamos una lista de posibles especificaciones, que entre unas fuentes y otras, las han hecho muy probables, con lo que nos sustentaremos sobre lo siguiente:
Xbox Lockhart
- CPU: Custom 8 cores – 16 hilos ZEN 2
- GPU: Custom NAVI 4+ Teraflops
- RAM: 12Gb de memoria GDDR6
- Almacenamiento: 1TB NVMe 1 + GB/s disco duro SSD
Xbox Anaconda
- CPU: Custom 8 cores – 16 hilos ZEN 2
- GPU: Custom NAVI 12+ Teraflops
- RAM: 16Gb de memoria GDDR6
- Almacenamiento: 1TB NVMe 1 + GB/s disco duro SSD
Quizá el objetivo de Lockhart no sean los 4K, pero si que podría llegar perfectamente a los 1080p y 60fps con ese nuevo procesador que le dará un empujón en rendimiento totalmente necesario. Pero centrándonos de nuevo en Anaconda, Microsoft y AMD tendrán que tirar de nuevo de una “salsa secreta” como la vista en el Scorpio Engine, para poder llegar a los márgenes requeridos. No sólo se trata de añadir más números al listado de los teraflops, en la realidad todo se tiene que traducir en espacio y calor generado.
La nueva generación de chips AMD fabricados en 7 mm. permitirá subir aún más la frecuencia de reloj sin un calentamiento extremo, pero las gráficas actuales ya sabéis los disipadores que gastan. La potencia cuesta refrigeración y no puede ser todo solamente una subida de vueltas en la frecuencia de trabajo. Y por supuesto, no debemos olvidarnos del factor precio contenido. Una consola de 1000$ sería un fracaso absoluto en términos de accesibilidad de compra para el jugador medio.
Los desarrolladores, parte principal del problema
Entonces, si no podemos contar con la potencia bruta, ¿de quién dependerá el cumplimiento de esta cifra? Como está pasando en esta generación, de los desarrolladores. Por eso precisamente Microsoft está volcando todos sus esfuerzos en que trabajar para Xbox One y Windows 10 sea lo más liviano posible, dando todas las herramientas necesarias para que la optimización sea máxima. Porque vemos juegos de esta generación como Ace Combat 7 que no llegan a los 4K ( que es un juego de aviones…) y pensamos que con un poco de trabajo se podría llegar perfectamente.
Los trucos seguirán existiendo, por supuesto, el caso más reciente lo tenemos con Devil May Cry 5, que consigue llegar a los 4K con una técnica de reconstrucción de imagen en Xbox One X, alcanzando la mayoría del tiempo los 60 fps en combate. Pero igualmente, las bajadas y las inconsistencias existen, como se ha demostrado en cualquiera de estas comparativas.
¿Opinión personal?
Después de haber divagado en este artículo analizando las dificultades a las que se puede enfrentar Xbox Scarlett para llegar a los 4K y 60fps como estándar, tenemos claro que será un objetivo que en 2020, fecha de lanzamiento, será más que factible. Si la consola actual, con sus correspondientes limitaciones son capaces de casi llegar a esa cifra, con el empujón necesario en términos de potencia, podría alcanzarlos de sobra. Pero aún así, no será el caso del 100% de los juegos. Si tarjetas gráficas con más de 10 teraflops funcionando con CPUs como el 7700K no consiguen mover juegos como Rise of the Tomb Raider (2015) a 4K y 60 fps estables, tendremos complicado afirmar categóricamente que la próxima generación irá sobrada en este aspecto.
Sin embargo, el indicador más importante que nos podría asegurar esta cifra es precisamente la hermana pequeña de Xbox Scarlett, Lockhart, que contaría con un diseño de nueva generación, pero una potencia menor que la hará más económica. Si Xbox One S en estos momentos sigue limitando gráficamente a Xbox One X, en 2020 pasará lo mismo. El nivel y la calidad gráfica evolucionará, eso está claro, pero tendremos que contar de nuevo con una escalabilidad entre sistemas prácticamente obligada, de la cual, Xbox Anaconda saldrá beneficiada, haciendo parecer que es incluso más potente de lo que – en términos de hardware – realmente será.