Artyom es una leyenda del metro y pretende continuar su historia en Metro Exodus. Sin embargo, no pasó por un camino de rosas. Hoy, os contamos su historia.
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Dentro del género de los survival horror, hemos podido disfrutar de grandes obras maestras. Ya sean juegos más antiguos como los primeros Resident Evil o Silent Hill, o juegos más modernos como los Dead Space, Outlast o Layers of Fear. Metro es otra sobresaliente propuesta dentro de los género de los survival horror, con la principal diferencia de que ésta es una adaptación de las novelas del famoso escritor ruso Dmitry Alexeevich Glukhovsky, lo que le permite a 4A Games tener un guión preestablecido y, de esta manera, poder centrarse en otros aspectos más relacionados con la creación de un videojuego en lugar de crear la historia de Artyom desde cero.
Estando Metro Exodus a la vuelta de la esquina, muchos de vosotros habreís tenido curiosidad por saber que hechos se narran en la franquicia y cuál es el motivo por el que esta saga ha ido despertando poco a poco tantas pasiones e interés en todos aquellos que han podido probarla. Nosotros pretendemos no solo contaros los pormenores y tejemanejes en los que Artyom, nuestro protagonista, se va a ver inmerso, sino también por qué Metro 2033 y Metro Last Light, las primeras dos entregas de la saga, son una parada obligada para todos aquellos que quieran disfrutar de una de las mejores sagas de videojuegos de todos los tiempos.
Antes del comienzo de la historia de Artyom en Metro 2033…
Han pasado ya muchos años desde que se desató el infierno nuclear, en el que las grandes potencias del mundo decidieron arrasar la superficie del planeta con tal de demostrar quién podía realizar la mayor de las atrocidades. Es entonces cuando la humanidad, presa de la destrucción y el caos, decidió refugiarse donde pudo. Muchos de ellos lo hicieron en sus casas, en edificios públicos, en recintos cerrados en la superficie… Practicamente ninguno sobrevivió a la radiación remanente que quedó después de que el ser humano demostrara, una vez más, que es el mayor peligro tanto para la Tierra como para todo lo que tenga vida sobre ella. No obstante, unos pocos seres humanos sobrevivieron a la catástrofe atómica. No, no se refugiaron en grandes refugios sino en las estaciones subterraneas de metro, si es que vivían en una ciudad que las tuviera.
Conforme fueron pasando los años, las pequeñas estaciones de metro se fueron haciendo más estables: consiguieron arreglar y mantener generadores electricos, filtros para potabilizar el agua e incluso consiguieron cultivar setas y criar animales para poder alimentarse y sobrevivir. Al menos así fue como el metro de Moscú y sus habitantes consiguieron sobrevivir al apocalipsis creado por los misiles nucleares. De las estaciones de metro pertenecientes a otras ciudades, poco se supo, y mucho menos del gobierno de Rusia o de otra nación. Los habitantes del metro de Moscú habían sobrevivido y se encontraban solos… O al menos eso querían creer, pues la radiación hizo mucho más que hacer inhabitable la superficie.
No, había vida más allá de la humana en la superficie. Criaturas monstruosas nacidas de la radiactividad gobernaban ahora donde antes el hombre no habría encontrado oposición. La humanidad se encontraba condenada a vivir durante decenas, quizá cientos de años, con la única luz de las lámparas de mercurio y las linternas. Es entonces cuando los moscovitas comprendieron que cualquier objeto, como un arma o una máscara de gas, pasando por terreno cultivable, hasta la munición militar de sus armas, se convertía en un tesoro muy valioso y que había que proteger a toda costa.
Pronto las estaciones de metro se convirtieron en pequeñas ciudades estado, donde se vigilaban las fronteras, se pedía identificación para poder pasar, se forjaban ideologías antaño erradicadas a su mínimo o donde la gente, simplemente, luchaba por sobrevivir frente a la amenazas que empezaban a habitar en los túneles. Los rublos dejaron de ser la moneda de cambio para dejar paso a las balas de calidad militar, mucho más valiosas y útiles. Surgieron ideologías fascistas, comunistas e incluso capitalistas. Las estaciones forjaban alianzas entre sí o permanecían independientes, siempre en alerta, pendientes de si se cernía sobre ellos una amenaza humana u otra que fuera mucho peor…
¡Atención spoilers! La historia de Metro 2033
Veinte años después de la guerra que en 2013 arrasó a la humanidad y su civilización, la historia de Artyom da comienzo. Artyom es un chaval de veintipocos años que vive en una de las estaciones más al norte del metro de Moscú, la estación VDNKh. Su estación vive en alerta permanente, pues procedente del tunel que conecta con la estación del Jardín Botánico están llegando unas criaturas llamadas los Oscuros. Estas criaturas de aspecto antropomórfico de color oscuro juegan con la mente humana incluso a pocos metros de distancia y provocan la locura y la muerte a la mayoría de personas que se enfrentan a ellos. Si esta amenaza continúa presionando a la estación, no solo ella sucumbirá sino que toda la red de metro y los últimos restos de la humanidad se verán asediados por los Oscuros.
Pronto reciben un visitante en la VDNKh. Hunter, un comando perteneciente a la estación de la Polis, llega para intentar averiguar qué son estas criaturas y la manera de evitar su propagación por todo el metro. Antes de adentrarse en el tunel para investigar como acabar con la amenaza de los Oscuros, Hunter le hace prometer a Artyom que si el no regresa con vida en el plazo de un día, deberá llevar su amuleto a la Polis, la estación central de metro donde residen los que velan por la totalidad del metro, y explicar lo que sucede en la VDNKh.
Como era de esperar, Hunter no regresó. Artyom decide partir entonces en lo que será una larga travesía a través de diversas estaciones de metro, con el fin de llegar a la Polis y no solo salvar a los habitantes de su estación, sino a todo el metro. En el viaje, Artyom tendrá que hacer frente no solo a las criaturas que se arrastran por el metro buscando algún explorador perdido, sino también a peligros mucho más tangibles, como los fascistas o los comunistas. No obstante, lo que más sobrecogerá a Artyom (y a nosotros mismos), serán los fenómenos sobrenaturales que han surgido en los rincones más insospechados del metro: visiones, sombras, sonidos inexplicables y la más absoluta oscuridad. La tunelofobia solo es uno de los muchos problemas que nuestro protagonista tendrá que saber afrontar.
Por suerte, Artyom recibirá ayuda de algunos personajes inestimables a lo largo de su aventura, como Bourbon, que precisa de tu ayuda para sobrevivir a las visiones que se producen de camino a la Hansa (las estaciones capitalistas del metro) o Khan, que enseña al protagonista que la ciencia y la lógica no pueden explicar todos los fenómenos que se producen en el metro, que éste es una entidad viva que respira y tiene pulso, cuyo respeto no puede ser menospreciado si se quiere salir con vida de las tinieblas que alberga. Aunque si hay algo que aterrorizará a Artyom serán las varias incursiones que tendrá que hacer a la superficie, tal y como hacen los stalkers de la Polis, agentes especiales que peinan la superficie de Moscú con la intención de encontrar valiosos tesoros que puedan ser de utilidad en el Metro.
Sin ser precisamente un camino de rosas, Artyom consigue llegar a la Polis e informar a Miller, el lider del cuerpo de espartanos de la Polis. Mientras Artyom descansa del duro viaje por la red de metro, los representantes de la Polis deciden que la amenaza de los Oscuros no es tal y no van a ayudar a la estación VDNKh a lidiar con ellos. Artyom, desolado, se dispone a volver a su estación cuando Miller le propone otra alternativa: buscar la documentación del D6, un lugar donde se localiza una bateria de misiles con la que podrían bombardear el Jardín Botánico y arrasar así la base de los Oscuros. Sin embargo, esta misión tiene un riesgo, pues los documentos sobre la localización del D6 se encuentran la Biblioteca Lenin, en la superficie. Al peligro de andar por las calles de Moscú se suman los bibliotecarios, unas criaturas con forma de orangután muy peligrosas que viven dentro de la biblioteca.
No sin sortear a muchas de estas criaturas, Artyom consigue encontrar estos documentos y se pone en camino al D6 con un pelotón dirigido por Miller. Allí tienen que luchar contra unas criaturas ameboides, producto de armas biológicas que se usaron en la guerra. Finalmente consiguen establecer una base y comienza la misión final de Artyom: llegar a la torre de telecomunicaciones más alta de Moscú y posicionar los misiles del D6 para arrasar a los Oscuros.
Cuando Artyom consigue llegar a la cima del edificio, comienza a tener visiones procedentes de los Oscuros que se encuentran en la zona. Descubre que ellos no tienen intención ninguna de hacer daño a los habitantes del metro, sino que son seres humanos que han evolucionado y se han adaptado a la radiación. Su única intentación desde el principio fue la de comunicarse, con el fin de ayudar a los seres humanos que se veían encerrados en el metro, y así construir juntos una nueva civilización que permitiera ver renacer a la humanidad. Artyom comprende tarde que ha aniquilado a unas criaturas que bien podrían haber sido la salvación de la humanidad.
¡Atención spoilers! La historia de Metro Last Light
Un año después de los sucesos de Metro 2033, Artyom ya es un comando más de la Polis, que trabaja codo con codo para mantener la seguridad de toda la red de metro (aunque es más fácil decirlo que hacerlo). Artyom es llamado a la oficina de Miller para recibir una misión. Un Oscuro ha sido visto en la zona del impacto de los misiles del D6. Artyom debe eliminarlo para evitar que su especie tenga la oportunidad de surgir de nuevo y volver a amenazar la seguridad de todo el metro. Antes de partir en compañía de Anna, una de las mejores francotiradoras de todo el metro, Khan acude a Artyom para recordarle que el Oscuro no es una amenaza, que debería salvarlo en lugar de matarlo, para así por fin redimirse del pecado que cometió contra toda su especie.
Artyom, con toda una serie de sentimientos encontrados, parte con Anna a la estación del Jardín Botánico con el fin de cumplir su misión. Una vez allí, el Oscuro es localizado y acorralado, descubriendo que la criatura es apenas un niño. En un vano intento de defenderse, entra en la mente de Artyom y le muestra que fue el quién permitió que los Oscuros llegaran a la red de metro cuando de niño se escapó con unos amigos a la estación de los jardines botánicos, abriendo en el proceso la puerta a la superficie. Artyom, en un estado de trance, recibe un golpe de unos fascistas que andaban por la zona y es secuestrado, sin que Anna pueda impedirlo.
Ya capturado en las estaciones del denominado Cuarto Reich, Artyom es ayudado por un comunista, Pavel, que le ayuda a escapar de una muerte segura. Descubre que el Oscuro fue capturado por los fascistas y ha sido vendido a un comerciante. Temiendo que el rastro del Oscuro se pierda, Artyom emprende su marcha por las estaciones de metro para poder encontrarlo a tiempo. Solo entonces podrá tomar la decisión de cumplir las ordenes de Miller u optar por salvar al pequeño como le sugirió Khan.
Sin embargo, ya en las estaciones de La Línea Roja (gobernadas por los comunistas) después de haber huido de los fascistas, Pavel traiciona a Artyom, y vuelve a ser prisionero de una facción extremista del metro. Con la ayuda de un viejo amigo, Andrew el Herrero, y también de sus dotes de sigilo, Artyom consigue escapar de las estaciones de los comunistas. Pronto descubre que los comunistas tienen la intención de empezar una guerra civil en el metro con el fin de adueñarse de los recursos que el D6 contiene, aparte de los misiles que aún quedan en esa base. También quieren hacerse con el Oscuro, con el fin de poder manipular las mentes de sus enemigos y así conseguir el dominio absoluto del metro.
Artyom, con una carga cada vez más pesada y con el destino del metro de nuevo en sus manos, sale de la estación Venecia con el fin de llegar a la base más cercana de la orden de la Polis en la superficie. Después de abatir a una criatura monstruosa, consigue reencontrarse con Anna, a la que pone al día de todos los acontecimientos. Sin embargo, sufren un ataque de los comunistas y Anna es capturada. Artyom decide ir en su busca, hasta que sus pasos lo llevan hasta una estación donde los comunistas, en un alarde de poder, han liberado un arma biológica (una cepa del virus ébola).
A duras penas, Artyom consigue salvar a Anna y llegan a una estación vecina donde son examinados. Por suerte, ninguno de los dos sufrió ningun contagio. Anna, conmovida por todo lo que ha hecho Artyom para salvarla, se enamora de el y tienen un encuentro íntimo. Anna se queda en observación y Artyom parte con Khan, que guía a Artyom a un lugar del metro donde se dice que uno puede encontrar lo que uno está buscando, visionando en el proceso momentos del pasado. De esta manera, consiguen localizar al Oscuro en un tren y rescatarlo a duras penas tras una persecución digna de película.
Artyom comienza a huir junto al Oscuro, con el que consigue trabar una relacion de amistad. El Oscuro, aunque algo receloso todavia de el, comienza a comprender y a entender a los humanos. No tienen mucho tiempo para hablar sobre las vicisitudes de la vida cuando Pavel consigue encontrarlos a ambos. Comienza una lucha encarnizada, donde tú tomas la decisión de salvarlo o ejecutarlo.
Artyom y el Oscuro consiguen proseguir su camino a través de un jardín cercano, dónde tiene que enfrentarse a otra monstruosa criatura para llegar a una base de la Polis en la superficie, donde se reencuentra con Khan y Miller. Miller, ya al corriente de las habilidades del Oscuro, de la guerra civil que los comunistas pretenden llevar al metro y del inminente asedio al D6, decide acudir a una conferencia de paz que la propia Polis ha convocado para hablar con los lideres del resto de estaciones de metro. En ella, mientras están hablando de cómo va a ser repartido el D6, el Oscuro enturbia la mente del comandante comunista, revelando todos los planes que tenían de asediar el D6 mientras se producía la conferencia de paz.
Para sorpresa de Miller, se descubre que los Oscuros no están totalmente extinguidos y muchos de ellos reposan en estado de hibernación en algunas de las cámaras más profundas del D6. El Oscuro parte a liberar a los suyos y Artyom se prepara para repeler las fuerzas comunistas en el D6. Después de unos combates encarnizados en los que participa hasta un carro de combate, Artyom y los suyos son salvados por los Oscuros cuando estaban a punto de perder la batalla en el D6.
Finalmente, antes de Metro Exodus…
Ahora que la guerra ha acabado y el invierno nuclear comienza a desvanecerse, la posibilidad de volver a la superficie cada vez es más factible. Artyom está listo para otra aventura, en unos gloriosos 4K nativos. Nuevas criaturas acechan no solo en los túneles del metro de Moscú sino que ahora la acción y el terror trancurrirán en la superficie de todo el continente ruso. A bordo del tren Aurora, Artyom buscará la oportunidad de establecer nuevos asentamientos en el este del país, mas no las tiene todas consigo. Tendrá que enfrentarse a diversos peligros, y como ya habéis visto, el mayor de todos ellos siempre serán los propios seres humanos…