Las malas perspectivas de la gran cadena de tiendas de videojuegos americana ocasionadas por la transición digital, provocan que no encuentre comprador.
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La transición digital está en marcha. Los datos aportados reciéntemente por analistas, y los de las consultoras que revelan que año a año las ventas digitales crecen no dejan lugar a dudas, y esto sin que el streaming de juegos haya desembarcado en el gran público. Inevitablemente esta transición dejará algunas víctimas, y estas han empezado a ser las grandes y pequeñas tiendas de videojuegos, que se encuentran inmersas en una reconversión desde el modelo tradicional de tienda de electrónica, a un nuevo modelo aún desconocido. No es ninguna novedad que Gamestop, la gran cadena de videojuegos en el mundo anglosajón no está llevando nada bien esa reconversión, y hace algunos meses anunció que se encontraba abierta a adquisiciones por parte de otras empresas.
Lamentablemente para los americanos la posible venta se ha cerrado en falso sin que aparecentemente hayan aparecido compradores viables. Esto ha provocado un auténtico terremoto bursatil para la compañía cuya valoración ha caído a niveles de 2005, un año de transición donde ademas el tamaño del mercado potencial era también menor de ahora.
Gamestop pierde el motor de la segunda mano
A pesar de que Gamestop ha seguido exhibiendo resultados medio aceptables, y presentado excusas convincentes a la tibieza de sus ingresos, es evidente que de forma inexorable, y a pesar de la venta de códigos (sector mucho más competido actualmente), uno de los motores de estas cadenas irá desapareciendo, la reventa de juegos usados. Cada copia digital vendida, es una pérdida de ganancia potencial para una de estas tiendas, que solían sacar un margen de beneficio inmenso de transacciones en las que además distribuidoras, editoras y estudios, no veían ni un dolar.