Tristes noticias nos llegan desde Seattle, pues nos ha dejado Paul Allen a los 65 años de edad. Cofundador de Microsoft, inversor y filántropo.
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Hoy es un día muy triste para los entusiastas de la marca Microsoft, para los de la tecnología en general, y también para el deporte. Y es que nos ha dejado Paul Allen, cofundador de Microsoft y actual propietario del club de fútbol americano Seattle Seahawks y del Portland Trail Blazers de baloncesto. La mala noticia nos llegaba desde Seattle durante la madrugada, tras una ardua pelea contra el linfoma de Hodgkin del que se estaba tratando desde principios de este mes. A pesar de haber superado este mismo tipo de cáncer en 1982 y de nuevo en 2009, esta vez el asesino de células le ha ganado la batalla.
¿Quien fue Paul Allen y qué importancia tuvo para Microsoft?
Amigo desde la infancia de Bill Gates, en el año 1975 juntos fundaron Microsoft. Siete años después, cuando se le diagnosticó el primer linfoma, y tras estar en tratamiento por más de un año, dejó activamente la compañía para permanecer como miembro de la junta directiva hasta el año 2000, cuando la abandonó definitivamente.
Además de bautizar a Microsoft con su nombre, las contribuciones de Paul Allen a la industria le permiten pasar a la historia como el admirado pionero que fue. A él se le atribuye la creación del ratón con dos botones por ejemplo, por lo que son muchas las personalidades que desde primera hora de la madrugada de hoy están lamentando públicamente esta pérdida, entre los que destacan los máximos mandatarios de Apple, Tim Cook y Sundar Pichai; las direcciones de la NFL y la NBA, y como no, toda la comisión de Microsoft encabezada por Satya Nadella, actual CEO de la compañía, quien ha querido además dejar un comunicado en el que asegura que Paul Allen cambió el mundo.
El legado de Paul Allen
Tras abandonar Microsoft, Allen se convirtió en inversor y filántropo, siendo una de las personas más ricas del mundo (número 21 de la lista Forbes con un patrimonio de 20.000 millones de dólares en 2018) y habiendo contribuido con más de 2.000 millones en múltiples causas benéficas. La más reciente fue hace escasas semanas, con la financiación de 46 millones de dólares en un edificio de ocho plantas que darán un techo a 94 familias del sur de Seattle. También ha aportado cientos de millones a institutos y universidades para construir centros de investigación, e incluso para ayudar a detener el brote del ébola que golpeó con dureza en África Occidental en el año 2014.
Queda claro que no solo era una de las personas más influyentes del mundo sino que además, era una buena persona. Tanto es así que su deseo cuando llegara su momento siempre fue el de donar la mayoría de su fortuna para que el trabajo de su fundación e instituto continúe, junto a la financiación científica sin ánimo de lucro.
Desde estas humildes líneas nuestro más sentido pésame a su familia y a toda la industria.
Se ha ido un grande. Descanse en paz.