Analizamos Full Metal Furies, un colorista y divertido brawler de los creadores de Rogue Legacy, sobresaliente en todos sus aspectos.
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Al estudio Cellar Door, su fama le precede. No en vano son los responsables de uno de los mejores roguelike de los últimos años, el original y personalísimo Rogue Legacy. Siempre me han gustado, en todos los ámbitos, las obras autoconscientes, que juegan y remezclan sus referentes para conseguir encontrar su propia personalidad, o por simple y puro placer de fan. Full Metal Furies es uno de esos títulos, desde su elaborado estilo visual en el que combina el pixel art con efectistas zooms y movimientos de cámara, hasta los mismos principios jugables son un pastiche reverenciante de otros juegos. Y Full Metal Furies no solo triunfa como homenaje, también como nuevo referente del género brawler, al que consigue aportar frescura y nueva vida.
En Full Metal Furies nos pondremos a los mandos de cuatro rudas guerrilleras, el comando de Las Furias que como en todo buen beat em up clásico, tienen estéticas y habilidades bien diferenciadas para adaptarse al gusto y personalidad de cada jugador. Tenemos a Triss, lider del comando y auténtica tanqueta de destrucción, Erin la ingeniera de gatillo rápido y gadgets mortíferos, Meg la francotiradora, por supuesto mortal a distancia, y a Alex la luchadora con un buen balance entre rapidez y agresividad. A cada una de las furias, encargadas de liberar a la humanidad de la tiranía de Los Titanes y sus secuaces, la distinguirá un color que como veremos más adelante no es un rasgo meramente estético.
A partir de estas cuatro Furias, el título de Cellar Door se moverá entre el brawler de toda la vida, el boss fighting, el shooter de scroll diagonal, y algunos momentos en los que coquetea con el género del bullet hell. Sus creadores han querido que su juego lo fuera todo, y ciertamente exigiéndole solo un poco de manga ancha al jugador, todos sus elementos combinan y logran una mezcolanza perfecta, variada y muy divertida. Mención aparte merece el guión del juego, que si bien tiene un argumento totalmente incidental, sí que tiene algunas líneas de diálogo muy graciosas, que harán que no nos los saltemos a pesar de resultar un poco anticlimáticos en algunos momentos.
Apartado Técnico
Full Metal Furies es un juego en 2D, con querencia al pixel gordo y bailongo, pero que usa también otros recursos más modernos para resultar, ejem, moderno. El diseño de las cuatro protagonistas, enemigos, o jefes del juego, es carismático, bonito, y personal. Tanto en su versión pixelada, como en las más estilizadas escenas de diálogo, en la que parece beber de la serie Steven Universe.
El juego es colorista cuando tiene que serlo, no escatima en ambientes, se nota mimado estéticamente, y no se ha reparado en esfuerzos para que sus escenarios resultasen variados. Cierto es por otro lado que, pudiendo ser una decisión de diseño, algunas fases resultan un poco vacías a veces, con algunos segmentos en las que no encontraremos gran cosa.
Sonoramente Full Metal Furies es, a mi parecer, soberbio. Con melodías entre lo ochobitero y lo más clásicamente orquestal, aunque también hagan su aparición guitarras y sintetizadores AOR. La banda sonora remite al mismo espíritu de retromodernidad que el resto de los elementos que componen el juego. Las melodías son variadas, y absolutamente pegadizas, no resultando nunca repetitivas, y dando la impresión de ser la mejor compañía de los elementos jugables y visuales, de tal forma que en algunos momentos de silencio sentiremos realmente que el juego se ha quedado desnudo. Lo nuevo de Cellar Door, como ya lo era Rogue Legacy, es visual y sonoramente impecable, y de un eficacia y creatividad notables.
Jugabilidad
La palabra que mejor describe a Full Metal Furies como juego es sin duda “inteligente”. Como ya habíamos visto el juego cuenta con 4 personajes bien diferenciados, que lo están no solo de salida, sino también en su progresión. El Campamento de Las Furias, lugar de paz donde descansaremos tras cada batalla, sirve como ya lo hiciera la entrada del castillo en su anterior juego, como lugar donde pensar y administrar la progresión del personaje, a través de objetos especiales, y habilidades que podremos subir y desbloquear a base del dinero conseguido en las misiones. En este caso además, será en este campamento donde deberemos decidir con qué personajes iremos a la batalla, en caso de ser menos de cuatro jugadores.
En su empeño por el clasicismo Full Metal Furies es un título pensado para el cooperativo de sofá, que es como mejor se desarrolla y se disfruta. En caso de no contar compañeros en nuestro propio domicilio, el juego nos ofrece la posibilidad de jugar online, pero solo mediante invitación o lo que es lo mismo sin opciones de matchmaking. Esto puede suponer un problema para muchos, pero también es cierto que arrojar a un jugador en medio de la partida de otro, sin tener en cuenta su avance en el juego o el nivel de su personaje, no tendría demasiado sentido. A mi no me ha supuesto problema, es una decisión arriesgada, pero con menos de cuatro personajes, e incluso en solitario es totalmente disfrutable.
Si tuvieramos que poner un pero, el personaje de la francotiradora es bastante complejo de manejar cuando jugamos solos, y debemos cambiar de personaje usando el gatillo. Un perfil tan enfocado a la distancia, resulta mucho menos útil con pocos jugadores en pantalla, y se ve bastante penalizado.
El que cada una de las Furias esté identificada con un color, por supuesto no es baladí y tendremos que aplicar el personaje del color correspondiente al color del escudo de algunos adversarios, para poder derrotarles. Para más inri los bosses serán capaces de cambiar el color de su escudo, obligándonos a hacer participar a todos los personajes para vencerles. Esto nos obligará también a mantener a nuestros personajes más o menos nivelados, si no queremos sufrir en los momentos difíciles no haber subido convenientemente tal o cual habilidad. Además el juego se encargará de aportar variedad a nuestra aventura con fases especiales, donde no deberemos solamente combatir, sino mostrar nuestra habilidad para, por ejemplo, resistir los embates de un enemigo invencible durante un tiempo determinado.
Duración
Largo y dificil, pero gratificante, eso es Full Metal Furies. Por supuesto un jugador muy habilidoso, que no se detuviera a completar cada pequeña fase de los mapas que componen el juego, podría dejar en ridículo mis afirmaciones, pero así es como yo lo he vivido. Por supuesto, si tenemos que recordar una vez más a su hermano mayor, no es tan difícil como Rogue Legacy, pero esto tampoco es lo propio de su género. Podremos estar jugando con las furias durante más de diez horas, y eso si no sois muy quisquillosos y completistas, porque en ese caso la cosa podría alargarse aún más.
El hecho de que su multijugador sea cooperativo y de campaña hace que no extienda demasiado su vida, aunque podemos considerar las experiencias de superarlo solo, y en compañía lo suficientemente diferentes, como para que podamos encontrar divertido rejugar al juego del modo antónimo al de nuestra primera partida. Para un jugador normal esas diez horas serán más que suficientes, porque lo serán de diversión continuada. Full Metal Furies va duro y directo a entretenernos, de una forma además juguetona e inteligente.
Conclusión
Cellar Door Games parece empeñada en demostrar que los géneros clásicos, no solo siguen vivos, sino que son además susceptibles de ser modernizados, evolucionar, y derivar en nuevas propuestas, tan creativas en su fusión como lo fueron sus padres espirituales. Si a un jugador devoto de Golden Axe o Streets of Rage le hubieran preguntado en 1992 como concebía los juegos del futuro, seguramente habría imaginado algo parecido a Full Metal Furies. Es cierto que el título tiene algunos fallos aquí y allá que le impiden llegar ser una obra maestra, pero no solo se vive de lo excelso, y un título furiosamente (ja) divertido, como este nos viene bien a casi todos.
Si quieres pasar unas buenas horas de diversión, alguna que otra carcajada, y mucha adrenalina revisitando además viejas mecánicas que te saquen un rubor nostálgico, este es sin duda tu juego. Las cuatro Furias, sus diálogos, sus gatillos fáciles, y su desbordante personalidad, te están esperando para patear el culo de los Titanes y sus secuaces. Ningún amante de los beat em up, y demás géneros clásicos debería perdérselo.
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*Gracias a Cellar Door Games por habernos proporcionado el material de la review.