Caveman Warriors puede considerarse como precuela del excelso Joe & Mac: Caveman Ninja. Mezcla el plataformeo y la acción con acierto y su dificultad es tan endemoniada como la que predominaba en las máquinas de los salones recreativos de antaño.
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Cuando un jugón de toda la vida intenta ilustrar a un miembro de la generación Z (los nacidos en plena era digital, más o menos en el intervalo de mediados de los noventa y la primera década del siglo vigente) sobre los salones recreativos, acaba uno teniendo la sensación de que estás hablando sobre algo que existió en la prehistoria, sobre todo ahora que están casi por completo extinguidos (en Japón aún aguantan el tipo los últimos bastiones).
Pues bien, en aquella época gloriosa en la que las redes sociales aún no nos habían encadenado a un asiento y a un PC, y en la que nuestras cervicales aún no habían sido sometidas e inclinadas por el vicio de hasta caminar por la calle con la mirada puesta en un teléfono, era en aquellos panteones del ocio digital el lugar en el que nos esperaban aquellos muebles gigantescos ávidos por saciar su apetito con las monedas de la paga que nos quedaban en el bolsillo.
Y no era para menos, ya que su atractivo visual y sonoro nos hacían olvidarnos de lo difíciles que eran los juegos que albergaban y soltábamos moneda tras moneda con tal de pasar al siguiente nivel. Nuestro afán de superación y nuestra curiosidad nos empujaba a enfrentarnos de nuevo a aquel jefe final que se nos atragantaba hasta que al final conseguíamos nuestro objetivo o por el contrario teníamos que volvernos a casa con el forro de bolsillos vuelto del revés.
Curiosamente uno de aquellos títulos que podían jugarse en aquella época estaba inspirado en la prehistoria. Joe & Mac: Caveman Nija, llevaba por título, y tan famosos se hicieron estos personajes que el código llegó a portarse a casi todas las consolas domésticas y portátiles de la época. Su atractivo apartado técnico, sus enormes jefes finales y lo extremadamente divertido que resultaba jugarlo en cooperativo lo llevó a ocupar un lugar privilegiado y duradero en la mayoría de salones.
Todo esto para deciros que de nuevo nos reliamos en el mantón de la nostalgia gracias a la llegada a nuestras consolas de Caveman Warriors, una propuesta que sus creadores, el estudio español JanduSoft, dicen que está inspirada en juegos clásicos como Castle Crashers o New Super Mario Bros. pero que a nosotros nos a recordado, por encima de todos, al gran e imperecedero Joe & Mac (de hecho, ambos personajes aparecen en el juego; a ver si podéis encontrarlos).
Apartado Técnico
Siendo claros y directos, podemos aseguraros que el apartado visual y técnico de Caveman Warriors habría desencajado mandíbulas a diestro y siniestro y hasta al más curtido de los jugadores de hace veinticinco años. La gente se habría arremolinado alrededor de la máquina que cargase la placa del juego aunque no estuviesen jugando, solo para deleitarse al ver saltar de aquí allá a sus vistosos sprites y para embotar sus sentidos con sus melodías sintetizadas.
Pero claro, en pleno 2017, y sin ánimo de quitarle mérito, no cabe duda de que no ha venido para sentar cátedra en lo que a gráficos se refiere. No, al menos, en cuanto a la industria del videojuego así a groso modo, aunque hay que reconocer que de cara a las desarrolladoras y productoras mas modestas del panorama indie, aplaudimos su labor ya que el resultado final es un gran ejemplo a seguir. Y no solo desde el prisma más puramente técnico, sino también en su diseño artístico. JanduSoft no se ha limitado a homenajear a los clásicos mencionados más arriba y ha conseguido dotar a su obra de una personalidad propia con la que pone tierra de por medio del mero plagio.
La verdad es que hay niveles, armas y melodías fuertemente inspiradas en Joe & Mac, pero no se le puede menoscabar por ello por disfrutar en su conjunto de elementos frescos y homenajes no solo a videojuegos antiguos. Se han incluido guiños al cine noventero y a series de animación de las que amenizaban las meriendas de pan con chocolate de la época, y además llevados al terreno del humor absurdo, lo cual resulta de lo más divertido. Mención especial también para algunos de los jefes finales, y no solo por su tamaño y originalidad sino también por el desafío que representa derrotarlos.
Referente a su rendimiento, ni una sola mácula hemos encontrado. El scroll es suave y, muy importante, la pantalla se ajusta como un guante a la acción cuando jugamos en cooperativo, independientemente de que seamos 2 o 4 jugadores simultáneos, y encima puedes cambiar el idioma del inglés configurado por defecto al español, para no perderte ni un detalle de los textos en pantalla que, aunque son escasos, bien recibida es siempre una buena localización.
Jugabilidad
Saltarás y dispararás o atacarás, según el personaje que tengamos seleccionado. Así puede resumirse la mecánica jugable de Caveman Warriors. No obstante, el diseño de niveles le dará la vuelta a esta simple fórmula, ya que cada uno de ellos, y cada pantalla que lo componen, acaba convirtiéndose en un reto en sí mismo. Los enemigos parecen fáciles de derrotar un primer momento, sin embargo cambiarán de rutina de ataque en más de una ocasión, o con solo vernos acercarnos a ellos, y para derrotarlos no es suficiente con machacar el botón de ataque o el de las habilidades especiales, hay que armarse de paciencia y saber esperar al momento justo para esquivarlos o para darles su ración de jarabe de palo.
A todo esto hay que sumar que cada uno de los cuatro personajes jugables tiene sus propias habilidades y sus armas correspondientes, pero es que será necesario utilizar con sabiduría cada una de ellas para poder acabar cada nivel. Por este motivo, al jugar en soledad o con dos o tres compañeros, podrás ir alternando el control de un personaje a otro, al más puro estilo Lost Vikings (ahí va otra referencia de inspiración en el juego; de nada).
Duración
Su dificultad es endiablada, sobre todo en el tramo final. Ninguno de los ocho niveles que lo componen es excesivamente largo, pero las reiteradas muertes nos harán retroceder hasta el último checkpoint y si perdemos todas las vidas nos tocará empezar desde el principio el nivel en el que nos hayamos quedado, así que no va a ser un camino de rosas completarlos todos. Calculamos que difícilmente se pueda finalizar el juego en menos de seis o siete horas. No obstante los speedrunners acabarán masacrando la marca.
Una vez acabado el juego se desbloquea un nuevo y más elevado nivel de dificultad y poco más. Los niveles extra son iguales a los anteriores y no aportan demasiado aliciente, más allá de la posibilidad de recolectar más baterías. Juntando el número suficiente podrás acceder a nuevos niveles extra y ya os podemos ir adelantando que encontrarlas todas va a ser una tarea titánica. Así que los que quieran exprimirlo al cien por cien tienen juego para rato, siempre y cuando no se les atragante tener que repasar las mismas fases una y otra vez.
Conclusión
Caveman Warriors puede considerarse como precuela del excelso Joe & Mac: Caveman Ninja. Mezcla el plataformeo y la acción con acierto y su dificultad es tan endemoniada como la que predominaba en las máquinas de los salones recreativos de antaño. Sus 14,99 € lo convierten en una compra obligada para los nostálgicos y los fans de los juegos de saltos.
Es uno de los juegos independientes más frescos y divertidos que hemos probado en lo que va de año y lo único que no termina de ayudarle a despuntar con luces de neón son los ocho niveles de que dispone, los cuales dejan al usuario con ganas de más. También hay que decir que tanto homenaje acaba empachando un poco.
*Nota: Agradecemos a JanduSoft el código del juego y material para esta review.