Nos ponemos los impermeables para analizar Killing Floor 2 y divertirnos al máximo. Pero nos preocupa quién limpiará luego todo de sangre.
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La sensación que transmite Killing Floor 2 en sus capturas, en su publicidad y en sus vídeos es todo sangre, vísceras, monstruos y muchas armas, pero la labor de Tripwire Interactive, un estudio que se ha hecho así mismo, es admirable. Viene de hace ya algunos años, con el primer Killing Floor, abanderado de una joven Steam, cuando aún no había DOTAs, ni LOL de por medio y Counter Strike y los mods de Half-Life predominaban sobre todos. Como un mod de Unreal Tournament 2004, inauguró la moda de las oleadas con un fenomenal cooperativo que hizo las delicias de muchísimos usuarios, que apartaron sus miradas de los habituales para divertirse en pequeños mapas mientras reducían a sus enemigos a pedacitos.
No sólo era divertido, si no que técnicamente era sorprendente y resultón, algo que atrajo a casi 3 millones de personas, catapultando al estudio y lo motivó para seguir haciendo contenido para el mismo, que aún sigue vivo en PC. Con respecto a la segunda parte, de la que nos hemos ocupado, llegó con una promesa evidente: más sangre, más variedad, más diversión. Y realmente, no defraudan.
Mezcla Left 4 Dead y el modo zombie de COD con doble ración de sangre y tendrás Killing Floor 2 - ¡Comparte!
¿Excusas? Pues no te harán falta para liarte a tiros con algo que evidentemente parece maligno, pero hay una trama que no veréis en el juego, que tampoco tiene interés, pero que habla de un laboratorio malvado, en el que creaban malvadas criaturas, llamadas Zeds -malvados, por supuesto-, que se fugan y expanden por toda Europa. En concreto, nos situamos un mes después de los acontecimientos del primer título, con un grupo de supervivientes muy reducido que se deciden a atacar en zonas muy concretas, para eliminar la amenaza.
Si aún no conocéis Killing Floor 2, seguro que con estas referencias conseguís haceros una idea rápido. Mezclad Left 4 Dead y el modo zombie de Call of Duty con doble ración de sangre y tendréis algo muy parecido a la creación de Tripwire. Aunque se puede jugar offline, es un título eminentemente multijugador, en mapas de tamaño medio en los que te enfrentarás a tus enemigos por oleadas, hasta llegar a la última. Es genial, pero a estas alturas ya no es tan único como antes. Os contamos que tiene de especial:
Apartado Técnico
Tenemos mucho de lo que hablar sobre Killing Floor 2, que no precisamente de los gráficos, que quedan algo feotes así a simple vista. Si empezamos por lo puramente técnico, el port a Xbox One se queda en correcto, por no decir justito. Tenemos una resolución aproximada de 900p y un framerate totalmente desbloqueado, algo que se agradece, pero que te deja un poco confundido en ocasiones, ya que los altibajos son demasiado pronunciados, todo debido a la propia naturaleza del juego.
En Killing Floor, los escenarios muestran el caos de la situación y conforme vayamos avanzando de ronda, la sangre y los restos se quedarán manchándolo todo, lo que junto al cada vez mayor número de enemigos que pueblan el escenario, consiguen ralentizar la acción. Sin tener el ojo de halcón de Digital Foundry, a simple vista parece que el juego suele oscilar entre los 50 – 30 fps, pero tampoco vamos a hacer un drama de esto, porque al final tampoco se puede decir que se injugable en ningún momento. Por suerte, uno de los males de esta generación, no lo sufre, y tanto la estabilidad de las partidas como el matchmaking probado, ha sido ejemplar, algo notable para un título enfocado al online.
De hecho, una de las grandes características del título es su sistema de GORE y todo lo que ello implica, porque realmente es un disfrute ver como dejas a los enemigos sin cabeza o le dañas exactamente donde quieres gracias a un trabajado sistema de físicas. Aunque os daréis cuenta muy pronto de que el más beneficiado de esto es el extenso arsenal del que disponemos, ya que cada arma por muy pequeña o básica que sea, tiene la contundencia necesaria, y las animaciones e incluso las físicas de las mismas se aprecian en todo momento. Es una gozada total pasar en una misma partida de tener una pala con bordes aserrados a un “destripador” o de un par de pistolas Colt a un par de Desert Eagles en las manos.
La mezcla conseguida por Tripwire, atraerá sin duda a los apasionados del último DOOM, y no solo por la acción trepidante, si no por la genial banda sonora que le acompaña, que pega tanto que a veces se funde en tu cabeza con los intensos tiroteos de cada nueva oleada. Como detalle, en las opciones podremos seleccionar si queremos oír la parte vocal de esas canciones, que viene por defecto desactivado, algo que os recomendamos que probéis encarecidamente…a no ser que no te guste el heavy infernal…entonces mejor baja la música y ponte otra cosa, porque con canciones tituladas como “Infected” o “Murdered“, ya sabéis de que irá el asunto.
Y gracias a haberse paseado por todas las plataformas, nos llega en perfecto castellano doblado y traducido, algo que podría no tener relevancia por el tipo de juego, sin embargo, dependiendo del mapa, a veces nuestros jugadores sueltan comentarios o pistas que nos dan datos inesperados como: “Preciosas vistas, lástima que sólo quede un 1% de la población para disfrutarlas“.
Jugabilidad
Como os hemos adelantado más arriba, Killing Floor 2 es un shooter multijugador mezclado con la presión de un survival horror, pero no sólo es cooperativo, también competitivo. Con dos modos principales: Supervivencia y Versus, el juego cambia radicalmente su perspectiva. En Supervivencia, jugaremos en partidas de 6 jugadores mientras aguantamos las distintas oleadas de la IA, durante 4, 10 o 20 oleadas, más una ronda final con el jefe final de fase. Con enemigos cada vez más complejos y numerosos, cada descanso entre ronda nos permitirá ir al “mercado” a recargar munición, armadura y comprar nuevas armas con lo que generemos en cada partida.
El mercado tiene una gestión interesante, ya que nuestro personaje tiene un límite de peso y no podrá coger todas las armas que quiera, por lo que podremos vender por un módico precio las que no usemos. Desde un primer momento estarán disponibles todas las armas que tengamos del juego -habrán algunas que tengamos que desbloquear jugando partidas con las distintas clases-. Para que los compañeros se puedan ayudar, podremos tirar fajos de billetes al suelo por si les fuera necesario. Todo en un minuto, así que el supuesto descanso, no te permite descansar realmente demasiado.
En relación al modo Versus PvP, la cosa se pone interesante, ya que habrá dos turnos: en uno seremos supervivientes, y en otro seremos Zeds. Sin posibilidad de elegir el Zed en el que nos reencarnamos, tendremos que eliminar lo antes posible a los rivales humanos, ya que el equipo que más tiempo sobreviva, es el que ganará por puntos. En este modo, podremos ver partidas de hasta 6 contra 6 que sorprendentemente hacen que la diversión aumente, sobre todo si estás jugando con tus amigos y consigues coordinarte mínimamente.
Para cualquiera de estos modos, podremos coger un skin o personaje que podremos personalizar muy ligeramente, pero que no influirá en lo que de verdad te interesara: las distintas clases disponibles. Como ocurre en muchos juegos, especializarte en alguna clase y ganar mucha experiencia te permitirá afrontar las partidas con más seguridad y las de dificultad normal nos llegarán a parecer un desafío demasiado fácil con el tiempo. Estas clases son tan aparentemente dispares como Berserker, Comando, Pirómano o SWAT. En total son 10 clases que nos permitirán obtener habilidades muy características que nos serán de ayuda, como obtener más vida por defecto, obtener vida con cada golpe que demos o recibir mucho menos daño de algún enemigo en especial, una variedad que podremos potenciar combinando las clases de una manera muy curiosa.
Frenético, violento y brutal - ¡Comparte!
Aunque empecemos la partida con una clase en concreto y recibamos sus bonificaciones por defecto, la experiencia de cada clase se obtiene haciendo tareas específicas de cada una, por lo que al terminar la partida quizá hayamos recibido experiencia para varias clases al mismo tiempo, solo por haber “curado a otros, soldado puertas o usar armas específicas de cada clase”. Es decir, no tendremos limitación alguna para comprar cualquier tipo de arma en el mercado, salvo que quizá con tu clase por defecto no puedas sacarle todo el jugo que podrías.
El objetivo de cada partida es siempre evidente: Matar a los monstruos y disfrutar. Sin parar, sin mirar. Hasta que no caiga el último no podremos respirar tranquilos, bueno quizá durante los constantes “Tiempos Zed“, una especie de cámara lenta estilo Matrix que nos dará los momentos más espectaculares del juego, afectando a todos los jugadores de la partida al mismo tiempo. Sin embargo el estilo de juego si que favorece más el caos y confiar en cada miembro haga su trabajo lo mejor posible que atrincherarte y cerrar puertas, aunque soldarlas a veces si que sirve para que se acumulen en un solo sitio y luego volarlos a todos juntos más facilmente. El médico de campo es un elemento casi imprescindible en cada batalla, su experiencia sube curando a los compañeros y las mismas curaciones, hacen daño a los Zeds, así facilitan la elección a aquellos que les resulta una clase aburrida.
Duración
No hay que infravalorar la capacidad de vicio de Killing Floor 2, si te gustan los multijugadores cooperativos tipo horda, vas a disfrutar mucho. Las distintas dificultades, clases, niveles e incluso premios que recibiremos tras las partidas, harán que se nos pasen las horas rápidamente, son 15 mapas muy completos que aportan variedad de sobra. Además, tendremos un evento semanal, más complicado de lo normal, que nos permitirá conseguir equipamiento especial. Esta semana, por ejemplo, tenemos un modo “Cabezones” en el que todos los personajes tendrán el típico look que NBA JAM puso de moda en su día. A pesar de no contar con modo historia, si que podemos disfrutar de él por completo en el modo offline, aunque si nos matan, se acabó la partida, no te puedes permitir ningún error.
Para introducir alguna variable en esta versión de Xbox One, tendremos contenido exclusivo que de momento no ha aparecido en otras plataformas, como el Lanzahielos, para congelar a tus enemigos, el uniforme Wasteland Armor, que podrás aplicar a cualquiera de los personajes, todo sin contar que esta versión cuenta con todo el contenido adicional lanzado para otras plataformas incluido de inicio, como mapas o armas nuevas.
Conclusión
Killing Floor 2 llega tarde si tenemos en cuenta que no es el primero que ofrece cooperativo por oleadas esta generación, sin embargo tiene suficiente personalidad para hacerse un hueco en tu catálogo, con su excelente B.S.O., su acción desenfrenada, variedad de opciones y poder hacerlo todo acompañado de tus amigos, la mezcla es brutal. Hay momentos que nos recordarán a aquellas míticas partidas a Left 4 Dead, pero su excepcional Gore y velocidad también nos llevará a revivir al más reciente DOOM -salvando las grandes diferencias-.
La versión de Xbox One cuenta con todo lo necesario para disfrutarla, a un precio reducido de 39,99€, con características especiales para poder usar Mixer 2.0 y que los espectadores puedan influir en la partida. Pero es la versión de Xbox One X la que promete llevarse los méritos. Con los 4K confirmados y múltiples mejoras de texturas o efectos, el espectáculo está garantizado.
*Nota: Agradecemos a Tripwire Interactive el código del juego y material para esta review.