Analizamos A Walk in the Dark, un puntiagudo plataformas que nos pone en la piel de un gato con mucho más que siete vidas.
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A Walk in the Dark es un juego que ha sido diseñado especialmente para gustar en la redacción de Generación Xbox. De una forma u otra, el estudio portugués Flying Turtle Software se las ha apañado para infiltrar un topo en nuestras filas que les chive que nos fascinan los mininos, que han sido parte de las bromas más recurrentes de nuestros podcast. Sin maletines que valgan nos han comprado haciendo protagonista de su juego a un adorable y escurridizo gato negro llamado Bast. Así de fácil y así de simple. Dejando la jocosidad de lado, estamos ante un videojuego de plataformas que cumple ampliamente con su propósito de ofrecer un reto para nuestros reflejos más primarios.
Una prueba de habilidad que desafía nuestros nervios de hierro con un más que destacable apartado artístico que se eleva sobre sus modestas pretensiones. A Walk in the Dark encandilará a aquellos que gusten los retos de corta duración, lo suficientemente difíciles como para que diviertas jugando sin que te tires de los pelos por su endiablada dificultad. Nos lanzamos a la carrera con Bast.
A Walk in the Dark bien podría ser un cuento infantil salido de la mente de Lewis Carroll, un “Alicia en el País de las Maravillas” con un tono más oscuro donde nos turnamos el protagonismo entre la pequeña niña y su encantador gato. En su habitual paseo matutino por los bosques, algo que quizá sólo podían hacer los niños de antaño, Arielle y Bast son seducidos por una antigua criatura de maliciosas intenciones que se lleva a la niña a lo más profundo del bosque. Alternando la acción entre el gato y su dueña, empezaremos una carrera a contrarreloj para escapar de las garras de la oscuridad a través de 100 niveles que nos demostrarán que, para este gato, eso de las siete vidas es algo muy lejano. A caballo entre la endiablada jugabilidad de Ori and the Blind Forest y con retazos de la estética de Limbo, A Walk in the Dark es un título modesto, pero ante todo, solvente.
Apartado Técnico
Una de las principales bazas de A Walk in the Dark es la velocidad de sus niveles. Pensados especialmente para aquellos que amen los speedruns y calcular al milímetro cuándo pulsar cada botón de nuestro mando, se agradece que el juego vaya lo más fluído posible y no haya un solo tirón. Esto se debe a la brevedad de los niveles, que como hemos dicho, premian el frenetismo a la duración. Aún así, a medida que avancemos en las 100 pantallas que nos tiene preparadas el juego, veremos que estas se van ampliando ligeramente, por lo que deberemos recordar muy bien donde nos aguarda cada trampa y dónde y cómo debemos saltar.
Mucho se ha comparado el estilo artístico de A Walk in the Dark con el de Limbo, y si bien podríamos afirmar que tiene un “deje” en lo que se refiere a su oscuridad, en el juego de Playdead las texturas poseían una profundidad mucho mayor que aquí se ha substituido por un blanco y negro más plano acompañado en ocasiones de tonos asepiados. Comparten su entendimiento del desplazamiento lateral y quizá su pasión por los objetos puntiagudos, pero aquellos que hayan delirado con Limbo encontrarán muy pocas similitudes más.
Una de las cosas más destacables del juego a nivel técnico es que sus creadores se han cuidado de que sea uno de los títulos pertenecientes a Xbox Play Anywhere, así que con su compra podrás compartirlo tanto en la Windows Store como en tu catálogo de juegos de Xbox One.
Jugabilidad
Como ya hemos dicho, A Walk in the Dark consta de 100 niveles que se alternan entre diferentes escenarios, donde las leyes de la física aplican de distinta forma según la ocasión. Lo principal que debemos tener en cuenta es que es un juego que basa su encanto en la velocidad. No es baladí el cronometro que nos aparecerá en la parte superior derecha de la pantalla, que nos avisará del tiempo transcurrido. Cuando finalicemos un nivel, se nos aplicará nuestro mejor tiempo y se nos premiará si hemos superado el tiempo mínimo impuesto por los desarrolladores para ese nivel. También hay otra medalla, perteneciente a los halos de luz que encontraremos en las pantallas y deberemos conseguir. Al final, debes decidirte por si consigues los halos de luz o el mejor tiempo, pues en muchas ocasiones será imposible conseguir los dos a la vez.
Un plataformas modesto pero completo y.. ¡ey! lo protagoniza un gato - ¡Comparte!
Las pantallas basan su dificultad en nuestra sincronización a la hora de dar saltos y esquivar objetos punzantes que habrían hecho de este juego el favorito de los inquisidores españoles del siglo XV. Ruedas despedazadoras de carne gatuna, balas con pinchos que nos persiguen y una infinidad de espinosos caminos les esperan a Arielle y Bast en su camino a la salvación. Aún así, y esto es algo que le diferencia de Limbo, cuando morimos no lo hacemos de una forma sádica y violenta, si no que desaparecemos en una polvoreda negra. El reinicio del nivel cada vez que caemos es realmente rápido, lo que facilita este frenetismo y nuestras ganas de volver a intentarlo una y otra vez hasta dar con el salto perfecto.
Una de las ideas más interesantes de A Walk in the Dark es su uso de la gravedad en ciertos niveles. A la hora de saltar, nuestro personaje en vez de seguir las leyes de la física newtoniana, se elevará hasta los cielos para darse la vuelta y empezar a caminar por el techo. Esto lo utilizaremos cuando haya obstáculos insalvables en el suelo y debamos encontrar otras sendas. Habrá niveles en los que tengamos el control motor de nuestro personaje, y podamos decidir si vamos adelante o hacia atrás, pero en otros, Bast se dedicará a correr automáticamente y nosotros tan solo deberemos dedicarnos a saltar. Esto no lo hace más fácil, si no mucho más intrincado, pues los obstáculos se suceden a una velocidad de vértigo y deberemos calcular mejor que nunca cuando pulsar el dichoso botón.
Duración
100 niveles de duración que se pueden jugar una y otra vez para mejorar nuestros tiempos. Si consultamos How Long To Beat la media de los usuarios nos indica que la historia principal se ajusta a las tres horas de duración, algo acertado si lo comparamos con la media de esta analizadora, a quién quizá le ha costado un poco más porque es algo negada con eso de la coordinación motora. Aún así, para aquellos que gusten de los retos cortos a los que volver para mejorar tiempos cuando no dispongan mucho tiempo de ocio, es un videojuego ideal.
Además, para aquellos que se hayan quedado cortos con los retos del juego principal, hay una modalidad en la pantalla de menú llamada Challenges, que lleva la dificultad del juego al extremo con pequeñas pantallas solo aptas para cardíacos a los que Super MeatBoy les parezca un tranquilo paseo por el campo.
Conclusión
Muchas veces ponemos en consideración el precio de un videojuego en contraposición a su duración o sus valores de producción. Esto es algo que en la gran mayoría de ocasiones, personalmente, no me gusta hacer, pero en otras parece crucial para acabar de decidir al comprador. A Walk in the Dark, como ya hemos señalado, es un título modesto, y los desarrolladores han querido serlo también, poniéndolo disponible a un precio de 7 euros en la Store, y más teniendo en cuenta de que es Xbox Play Anywhere.
Flying Turtle nos lo pone fácil: A Walk in the Dark es barato y Play Anywhere - ¡Comparte!
Creemos que en relación calidad-duración/precio es un título muy asequible para aquellos que busquen este tipo de desafíos y gusten del género de plataformas. Avisar también para aquellos que tengan problemas con el inglés de que los textos no están traducidos, esto será un inconveniente si queremos seguir la historia del juego, pero no afecta de ninguna manera a la jugabilidad.
*Gracias a Flying Turtle por habernos proporcionado el material para la review.