¿Echáis de menos los juegos con un aspecto clásico y un buen sentido del humor? Pues entonces este análisis os gustará, ya que Headlander puede que sea lo que estabais buscando.
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Nadie puede negar que de un tiempo a esta parte, los videojuegos se han vuelto bastante genéricos. Bien es cierto que hay más variedad de géneros, mejores creaciones y más desarrolladores independientes que nunca, sin embargo, a día de hoy muy pocas cosas nos sorprenden, y es que muy pocas veces se presentan títulos con una personalidad propia.
Casi todos los juegos de acción AAA tienen unas mecánicas y una estética definidas, y las modas y la falta de recursos hacen que los desarrolladores indies también caigan en esa rutina, y es que es más fácil y barato copiar algo, que atreverse a lanzar algo nuevo.
Quizás por eso nos resulta tan atractivo encontrarnos con juegos tan extraños como Headlander, un título que mezcla un sentido del humor muy característico, una estética retrofuturista muy particular, y las mecánicas de un juego de puzzles y disparos en 2D con toques de Metroidvania.
Pero, ¿De qué va Headlander? Pues es un juego con una historia un tanto curiosa. Nada más comenzar podremos escoger entre tres cabezas diferentes, una cabeza que representa a nuestro protagonista, el cual se despierta sin recordar quién es, ni de dónde viene, y cuya sorpresa es la de verse sin cuerpo. Entonces ¿Qué es nuestro protagonista? Pues básicamente es una cabeza con una escafandra que le permite volar, propulsarse y amarrarse a cuerpos robóticos.
La premisa argumental es bastante simple, ¿Qué ha pasado? ¿Por qué hay solo robots a nuestro alrededor? ¿Qué hacemos en una estación espacial?, esas son las preguntas iniciales pero según vamos desvelándolas el argumento se va desarrollando aún más e incluye conspiraciones robóticas, rebeliones autómatas y alguna que otra sorpresa que no podemos desvelaros, pero lo que sí os adelantamos, es que toda la historia gira entorno a que los humanos han perdido sus cuerpos reales y han transferido sus mentes a unos robots con estética ochentera, unos personajes que no pueden pensar demasiado debido a una piedra que tienen implantada en sus cuerpos, y que les hace ver que su vida, la cual consta de largas jornadas de trabajo, es lo mejor que pueden tener, o al menos, eso es lo que Matusalén, malo malísimo de este título quiere que piensen los ciudadanos.
No vamos a destriparos más la trama principal de Headlander, y vamos a pasar con el análisis de este título para que así conozcáis mejor las cosas buenas y las malas que os vais a encontrar.
Apartado Técnico
Un muy buen punto de partida de Headlander, es que recrea con mucho acierto la estética propia de la ciencia ficción de los años 80, y es que durante todo el juego tendremos la sensación de estar dentro de una película de época. Estéticamente este título no necesita demasiado, por lo que Double Fine Productions consigue lo que quiere por muy poco, que es ofrecer un excelente apartado visual en todos los aspectos, algo que muchos juegos no cumplen tan bien.
Como ya hemos comentado, este título recuerda al cine de ciencia ficción de los 80, y es que cuenta con una mezcla retro con tintes futuristas que le da un encanto especial. El diseño de los niveles modelados en 3D tienen unos acabados muy buenos y con un gran lujo de detalles, como por ejemplo plantas de diferentes clases. Cabe destacar, que a pesar de que existen diferentes zonas en el mapa con sus respectivas características, estas tienen un aspecto muy similar, tanto, que en la gran mayoría de las ocasiones da la sensación de que no cambiamos de escenario, por lo que tendremos que ser muy observadores en este aspecto para notar las diferencias.
Los efectos de luces y partículas se nota que han sido muy cuidados, y es que hacen que los escenarios cobren vida, pero lamentablemente, en algunas ocasiones son tantos los rayos láser que circulan por los escenarios, que estos efectos pueden llegar incluso a molestar.
Los personajes y enemigos robóticos merecen una mención especial, y es que tienen un buen nivel de detalle y gozan de originalidad, ya que en el caso de los robots, nos encontraremos con diferentes modelos, algunos con forma de persona, araña o perro entre otros, todos ellos con sus respectivas personalidades.
Algo que nos ha gustado muchísimo, es la banda sonora, la cual corre a cargo de David Gregory Earl, y que consta de melodías que conjugan perfectamente con la estética ochentera del juego, algo que se ha logrado precisamente porque han utilizado aparatos de la época, como por ejemplo sintetizadores analógicos.
El punto negativo en el apartado técnico se lo lleva el idioma, y es que cuando comenzamos el juego está completamente en inglés, ya que no tiene subtítulos. Este detalle tendremos que activarlo nosotros mismos desde el menú de ajustes ya que por defecto vienen desactivados. Yo por ejemplo no me percaté de ello hasta que llevaba ya un par de horas de juego y me dió por investigar en los menús. Una vez que activamos los subtítulos, cabe destacar que estos están en perfecto castellano, algo que cuando leemos algunas de las bromas que se hacen, lamentamos profundamente.
Jugabilidad
Este es quizás uno de los mejores apartados de este título, y es que Headlander nos propone unas mecánicas de metroidvania que combina perfectamente los puzzles, plataformas y enfrentamientos, siendo estos últimos también una especie de rompecabezas en algunas ocasiones.
Se podría decir que a día de hoy estamos ya acostumbrados a que para abrir una puerta debemos encontrar antes la llave necesaria, la cual no suele estar en un lugar demasiado fácil de localizar. En Headlander ocurre algo parecido, sin embargo, en lugar de estar buscando llaves o tarjetas de acceso, tendremos que encontrar cuerpos de colores, sí, de colores, y es que cada robot tendrá uno diferente, que puede ser blanco, amarillo, rojo, azul, morado o verde, y cada uno de ellos nos abrirá una determinada puerta, siendo el color morado el de mayor acceso, ya que con él, podremos abrir todas las puertas que nos encontremos. El conseguir estos cuerpos en la mayoría de las ocasiones no será demasiado difícil, y es que lo único que tendremos que hacer será quitarle la cabeza al robot pertinente, para luego amarrarnos a su cuerpo para poder manejarlo.
Poseer a estos robots no sólo nos dará acceso a diferentes áreas del mapa, sino que también nos proporcionarán un mayor o menor ataque, aunque tenemos que reconocer, que este aspecto no es el mejor en Headlander. El arma que portamos dependerá del robot que controlemos, y estas podrán realizar disparos dobles, triples o incluso cuádruples. En los combates tendremos que hacer uso de nuestra habilidad y del escenario, ya que los rayos láser rebotarán y llegarán a lugares que de otra manera seria imposible. Lo negativo del sistema de combate es que en la mayoría de los enfrentamientos solo influirá nuestra rapidez, ya que las pocas coberturas que hay en los escenarios, generalmente están ocupadas por los robots enemigos.
Además de lo mencionado, el sistema de combate también tiene un aspecto muy negativo para nuestro gusto, y es que una vez te haces con los controles y con el manejo de la escafandra y los robots, superarlos es coser y cantar, ya que según vas avanzando y desbloqueando nuevas habilidades, estos enfrentamientos pasan a un segundo plano, ya que son realmente fáciles de superar. Resumiendo un poco este aspecto, el combate que al principio se promete estratégico, acaba en los tramos finales como un disparar y avanzar gracias a los mejores poderes y armamento al que tendremos acceso.
Hemos mencionado las habilidades que podremos ir desbloqueando, y es que además de mejorar la vida y velocidad de nuestra escafandra, dispondremos de un árbol de habilidades que podremos ir mejorando cada vez que subamos de nivel. En honor a la verdad, estas habilidades son prescindibles en su gran mayoría, y de hecho, os recomendamos que no las mejoréis si queréis aumentar un poco la dificultad del juego.
Los puzzles son una parte fundamental de Headlander, sin embargo, distan mucho de lo que nos gustaría ver en un juego de este tipo. Durante nuestra aventura nos encontraremos puzzles de todo tipo, pero la gran mayoría de ellos acaban abusando de mecánicas como el reflejar los proyectiles en espejos para que reboten hasta un punto concreto. Cabe destacar, que para superar estos puzzles no tendremos que pensar en exceso, ya que cuando son más complicados de la cuenta, basta con que nos pongamos a disparar a lo loco para superarlos.
Duración
En este apartado tenemos que decir que Headlander no es que sea un juego especialmente largo, ya que se puede completar en unas 8 horas, que es el tiempo que nos ha llevado a nosotros, y no hablamos de terminar sólo la historia principal, sino también las misiones secundarias que nos van surgiendo por el camino, como por ejemplo llevar un perro robótico a su respectiva dueña, o llevar un robot con cuatro brazos a la resistencia.
Lo bueno aquí es que es un título muy rejugable, ya que si queremos completarlo al 100%, tendremos que darle una segunda vuelta para conseguir todos los secretos que nos hemos ido dejando por el camino, como por ejemplo los aumentos de vida o el aumento de la velocidad del casco.
Conclusión
Headlander es una aventura al estilo metroidvania ligera, amena y muy adictiva, que es capaz de sorprender por su planteamiento retrofuturista, sin dejar que nos separemos del mando. Puede que peque de falta de ambición, pero ese es el mayor fallo que se le puede achacar, junto al sistema de combate que no tiene demasiada chicha.
Por lo que nuestra conclusión, es que Headlander es un juego apto para todo aquel que quiera pasar un buen rato jugando, disfrutar del humor de Doble Fine, y sobre todo, vivir una aventura con toques ochenteros que no dejará indiferente a nadie. Además, su precio de 19.99 euros está muy acorde con lo que ofrece.
Pros | Contras |
* La originalidad del planteamiento. | * El sistema de combate y los puzzles se vuelven secundarios. |
* Su particular sentido del humor. | * Los escenarios son muy similares entre sí. |
* La ambientación ochentera. | * Dificultad muy baja. |
* La banda sonora. | * Muy pocos jefes finales. |
*Gracias a Double Fine Productions por habernos proporcionado el material para la review.