El mercado ha cambiado, y también los más vendidos y valorados. Reflexionamos sobre los The Game Awards de anoche.
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Anoche, como todos los años, se celebraron los The Game Awards, unos premios que otorga la industria para reconocer el trabajo realizado de los desarrolladores y elegir los mejores juegos que han pasado por nuestras bibliotecas durante cada año. Si no sabéis cómo funcionan estos premios, os lo explicamos fácilmente. Durante determinado tiempo, a finales de año, una serie de compañías ligadas normalmente al periodismo especializado en videojuegos, nominan para cada categoría correspondiente, lo que serían los juegos más adecuados a tener cada premio. Básicamente, y en resumidas cuentas, compañías que nos informan durante todo el año sobre juegos, eligen lo que ellos creen como lo mejor de cada campo, y por lo tanto, también el mejor juego del año, el GOTY (Game of The Year).
En cualquier caso, cuando estos juegos son elegidos, es casi indiscutible que tienen un bagaje detrás que se verá explotado en al menos unas ventas crecientes. Si hablamos objetivamente, estos premios importan lo mínimo a la industria, y al fin y al cabo es una especie de homenaje o forma de conmemorarla de alguna manera simbólica.
Si bien, tenemos como la biblia en verso estimaciones a las que han llegado sólo un par de jugones para sentenciar y categorizar muchos juegos que han recorrido el año como “los mejores de su género”. ¿Cuánto nos influye esto a nosotros como consumidores de productos multimedia? Solo hay que dar una vista atrás a los premios del pasado año. El juego más esperado de 2016, con nominaciones para juegos que a día de hoy aún no han salido, y lo que viene siendo mejor, un ganador claro esa noche: No Man’s Sky.
¿Realmente estos premios sirven para algo? Los nominados, al fin y al cabo, son aquellos juegos que vemos sí o sí todos los días en los medios especializados más famosos –que casualmente son los afiliados como “jurado” para valorarlos-. Por lo tanto, siempre veremos los títulos que se han estado hablando en ellos. ¿Significa eso que los juegos más mediáticos son los que van a ser elegidos? Sí y no, juzgad ustedes mismos.
Nadie puede negar, que en todos los ámbitos, The Witcher 3: Wild Hunt es el mejor juego de la generación, y el pasado año ganó el GOTY con unos más que coherentes contrincantes. ¿Pero qué ha pasado este año? Analicemos los últimos años de los nominados y los de este año:
| 2014 | 2015 | 2016 |
| Bayonetta 2 | Super Mario Maker | Battlefield 1 |
| Dark Souls II | Bloodborne | Doom |
| Hearthstone: Heroes of Warcraft | Fallout 4 | Inside |
| La Tierra-Media: Sombras de Mordor | Metal Gear Solid V: The Phantom Pain | Overwatch (GOTY) |
| Dragon Age: Inquisition (GOTY) | The Witcher 3: Wild Hunt (GOTY) | Titanfall 2 |
| Uncharted 4: El desenlace del ladrón |
La conclusión es rápida, los juegos de disparos o shooters, nos están colmando las bibliotecas, no decimos nada descabellado. Solo hay que hacer la vista atrás al año pasado para darnos cuenta de la gran variabilidad de géneros que se evaluaban para poder ser el juego del año. Desde RPGs hasta shooters, pasando por un Mario un incombustible. Si ya nos remontamos a 2014, no hay color. RPG’s, con cargas narrativas y jugables dispares, aparte de un Hearthstone como el juego de cartas por excelencia actualmente. ¿Qué ha pasado este año? Con 6 nominados a juegos del año este 2016, solo 2 no son categorizados como juegos de disparos en primera persona, y algunos de ellos sin una carga narrativa –que no exigimos para que un juego sea bueno, no queremos decir eso, sino que es una aptitud a valorar-.
Juegazos todos, no cabe ninguna duda, ¿pero y esta apropiación del género ante la valoración del mejor juego del año? Tenedlo claro: “Porque son mediáticos”. Tampoco hay que irse muy lejos para saber que es el género de moda, y que la gran mayoría de juegos creados actualmente corresponden a este. ¿Veremos un cambio de género en los próximos años? No lo creo, lo comercial no resta que sea un buen juego. Al género rey parece que aún le quedan años.
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