Por fin ponemos nuestras manos sobre la nueva criatura de Remedy Entertainment, Quantum Break.
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Una vez más nos encontramos ante uno de los juegos que van a decidir mucho la trayectoria en cuanto al catálogo y éxito de Xbox One y Windows 10. Las miradas llevan posadas mucho tiempo sobre la que podría ser la obra magna de Remedy Entertainment. Por suerte, nosotros hemos podido echar el guante a uno de los juegos más esperados de 2016 y no podíamos esperar para contaros que es lo que hay detrás de esta propuesta.
En primer lugar aclarar que no estamos ante un título convencional, conseguir un texto que describa sin errores lo que Remedy y Microsoft nos han preparado no ha sido tarea simple, además había que hacerlo sin desvelar spoilers y creemos haberlo conseguido. Así que vamos a tratar de describirlo con la mayor fidelidad posible ¿nos acompañas?
En Quantum Break, encarnamos Jack Joyce, hermano del prestigioso y estrambótico Doctor William Joyce, descubridor de las partículas de Chronon y pionero en las teorías sobre viajes en el tiempo. Jack es invitado por su mejor amigo Paul Serene, una especie de filántropo con mucho dinero que se ha basado en el trabajo de William para realizar un proyecto que prometería revolucionar el mundo, los viajes temporales.
Es justo tras su primer encuentro en muchos años cuando todo se tuerce al activarse una rotura en el tiempo que detonarán Paul y Jack mientras realizan pruebas con el proyecto Promenade, inspirado en la teoría de Meyer-Joyce. Tendremos que adentrarnos más y más en la trama para descubrir los interrogantes cada vez más sombríos del juego, y conocer que es lo que planea la corporación Monarch Solutions. Sin duda, el sello de Sam Lake en el storytelling se huele a kilómetros. Si te gustó cómo el estudio dio vida a Alan Wake, te va a encantar este Quantum Break.
Pero como decíamos, Quantum Break no es un juego convencional, se apoya fuertemente en la narrativa y cuenta quizá con más cinemáticas que otros juegos del propio estudio, no son molestas ni interfieren mucho en el desarrollo, pero están ahí y resultan muy necesarias.
Además, como ya sabíamos, tendremos una serie que acompaña al juego y que saltará justo tras acabar alguno de los cinco actos de Quantum Break. Se trata de 4 episodios de 20 minutos de duración aproximada que se visualizan sin mayor problema. Podemos evitarlos y continuar jugando aunque no es recomendable si queremos disfrutar de una experiencia completa. Cada episodio de la serie cuenta lo sucedido en otras partes de la trama y que está aconteciendo en el mismo marco de tiempo mientras manejábamos a Jack Joyce.
El nivel de producción de la mini-serie de Quantum Break se asemeja a los grandes lanzamientos de Netflix. Un atrezzo a la altura, escenografía y estructura más que correctas con una representación que va a dejar a mucha gente sorprendida. Además cuenta con un reparto de lujo como Aidan Guillen, Shawn Ashmore, Marshal Allman, Dominic Monaghan, Brooke Nevin o Lance Reddick entre otros talentos de la escena actual. Con este cóctel en la mezcladora ¿que puede salir mal?
Sin embargo no es oro todo lo que reluce ya que la manera de hacernos llegar la serie quizá pueda resultar limitante para algunos usuarios. Si optamos por verla en streaming, tenemos que ser justos e indicar que en nuestro caso, con 100 megas simétricos de conexión, hemos sufrido cortes o parones mientras se almacenaba en buffer, nada especialmente grave pero imaginamos que con conexiones menores puede suponer un problema. Sabemos que el juego utiliza varias calidades de visionado en función de la conexión del jugador, pero aún asumiendo que estábamos ante la versión 4K de la serie, consideramos que nuestra conexión era más que suficiente como para no tener que haber percibido estas paradas.
La segunda opción que brindan Remedy y Microsoft es la de descargar a tu disco duro la serie a máxima calidad, si optas por ello, tienes que ser consciente de que deberás guardar más de 75 gigas en tu dispositivo de almacenamiento. Es un espacio considerable si pretendemos dejar el juego una temporada instalado. No obstante y como decía, es un mal menor ya que la serie no es indispensable aunque si recomendable si quieres ver como han influido tus decisiones o enterarte de lo que ocurría mientras…mejor dejamos esta parte para que la descubras por ti mismo.
Apartado técnico
¡Vamos allá! Se han escrito ya ríos de tinta sobre el apartado técnico de Quantum Break, al menos para su versión en Xbox One. Nosotros vamos a intentar contaros lo que se ve a simple vista, y aquellas partes que no son perceptibles para cualquier persona. Así que antes de entrar en el manido argumento de la resolución, trataremos de explicar todo lo que a priori parece mover el juego. Aunque eso si, adelantamos que se ve muy bien, es un juego que luce genial.
En Quantum Break, contamos con varios tipos de iluminación, esto es lo que más llama la atención y salta a la vista. En todo momento se utiliza iluminación dinámica y volumétrica. Algo que pocos juegos en consola se han atrevido a implementar y que ha repercutido en una pérdida considerable de recursos. Le pasó a Metro 2033 Last Light o el mismísimo The Order, en ambos casos los píxeles representados en pantalla tuvieron que pasar a un segundo plano aunque solo en en caso del juego de Remedy hablamos de iluminación volumétrica real por Voxel, inspirada en el rendering de luz de Disney. De hecho este tipo de iluminación dota al juego de esa sensación de realismo indiscutible en entornos oscuros. Cuando estamos ante una escena con poca luz y esta actúa, da la sensación de que estamos viendo una CG, algo que se podía ver ya en los primeros vídeos del juego.
Sin embargo el usar esta técnica hace que el juego presente dos elementos clave que impactarán de manera negativa en esa primera sensación visual. El primero de todos, y hablando exclusivamente de Quantum Break, es cuando se aplica a zonas muy iluminadas haciendo que junto a una paleta de colores algo saturada, se cree ese sensación de exceso en la luz no permitiendo ver correctamente algunas animaciones faciales o haciendo que canten mucho algunas texturas a baja calidad, porque las hay y más de lo que nos gustaría.
La segunda es esa sensación de borrosidad con la que se nos muestra el juego por primera vez, de hecho y a diferencia de lo que se cree, no es a causa de la resolución del juego exclusivamente. En este caso la luz dinámica afecta creando como una especie de efecto blur junto a un filtro granulado expandido por todo el juego. Es por ello que hay que ir concienciados cuando vayáis a jugar de que la sensación de “emborronamiento” está por todo el juego. No es necesariamente malo, se consigue un efecto visual similar a algunas series de televisión.
Sin embargo donde más brilla Quantum Break es en el uso de efectos de post-procesado y deformidad en las mallas geométricas. Cuando estamos jugando en zonas donde se activa una brecha temporal o utilizamos nuestros poderes, veremos como algunas partes del escenario van mutando entre si. Y no hablamos de cambiar una textura por otra o aplicar filtros sobre un objeto, hablamos de que se van intercambiando varias mallas geométricas de manera simultánea sobre algunos elementos, suelos o enemigos. Esto consigue ese efecto de mutación que habíais podido ver en vídeos. Es aquí donde el juego de Remedy no tiene rival, el conjunto visual de esto no tiene nada a lo que compararse en la actualidad y todo ello con un gran acabado en muchos aspectos.
A todo esto hay que sumarle un antialiasing que roza la perfección, nada de bordes dentados cuando jugamos salvo en algunas sombras que por desgracia si las veremos a baja calidad. Además al juego le acompañan algunas animaciones, especialmente en los enemigos, que nos han parecido exquisitas.
No todo es bonito claro está, el juego sufre por el momento y mientras redacto este análisis un LoD visible. Es esa sensación de que algunos elementos cambian en el escenario por la tardanza de carga de texturas o el objeto en si. Cuando apuntas a veces hacia un barril, verás que este cambia como por arte de magia. También nos hemos encontrado con un tearing patente en toda la partida y que a veces era molesto, el día 25 se lanzó un parche para mejorarlo, pero en la actualidad aunque ya no es tan patente, podemos verlo a veces.
Tampoco podemos hablar muy bien de la Inteligencia Artificial enemiga. Si bien es cierto que cumple bien e intenta sacarte de donde estés escondido, no hemos encontrado que vaya más allá, algo justa quizá. Cumple sin más, pero nos hubiera gustado algo más competente y que suponga un reto. Siempre hemos sido muy exigentes con este aspecto, más aún que con el apartado visual ya que defendemos que potenciar la IA debería ser uno de los pasos lógicos esta generación.
Mención especial al sonido de Quantum Break, la tecnología Umbra hace gala de un uso excelente y se hace muy recomendable jugarlo con equipos de sonido avanzados. No hay banda sonora por así decirlo mientras juegas; lo que vas a a encontrar en su lugar son distintos samples musicales que van mutando en función de tu estado o el estado del propio tiempo. Cada vez que se abre una brecha temporal, el sonido cambia, lo mismo para cuando usamos nuestros poderes..etc.
Los efectos de disparos y demás también son muy buenos, con reverberaciones adecuadas y colocación en el estéreo apropiado consigue esa sensación de realismo que a otros juegos les falla. El sonido de este juego es de lo mejor que hemos probado sin duda.
Jugabilidad
Y llegamos al punto clave, el elemento que hará que ames u odies Quantum Break a todas luces. Aunque posiblemente ya lo sepas, nosotros lo repetimos, este juego es un third person shooter en el que la acción premia sobre cualquier otro elemento. Hablamos de tiros, tiros y más tiros.
Y es que, manejar a Jack Joyce implica saber usar un arma y aprovechar las coberturas que nos da el entorno. Aunque eso si, hazlo de manera inteligente ya que no podrás elegir donde cubrirte, será el propio personaje quien elija si agacharse o parapetarse detrás de una columna, basta con acercarnos al lugar. Y no lo hace mal, nada mal de hecho; nosotros no hemos detectado ningún fallo. Además hay coberturas que se rompen y te van a dejar al descubierto, casi todas salvo las paredes o muros.
Nuestro personaje, será capaz de manejar distintos tipos de armas, desde fusiles hasta escopetas. No hay un elenco elevado de armamento, pero con el que hay vamos a ir más que sobrados. Podemos saltar y subirnos a determinadas zonas aunque la verticalidad no es un elemento clave ni que esté muy potenciado en este juego. Podríamos decir que no difiere mucho de otros juegos “made in Remedy” en ese apartado.
Luego están los poderes de Jack, ahí ya hablamos de una nueva dimensión. Desde parar el tiempo hasta generar un escudo temporal que absorberá las balas de nuestros enemigos pasando por una aceleración ultra-rápida capaz de derribar a nuestros enemigos. Los poderes del tiempo harán que todo sea mucho más divertido, te sentirás como una especie de Dios a los mandos. Todo ello sin olvidar lo suaves que van los controles en el juego.
Aunque eso si, tu superioridad durará poco tiempo ya que en Quantum Break hay enemigos que son capaces de manejarse también por las brechas temporales y que te pondrán en apuros. Pueden usar sus mochilas para clonar parte de tus poderes como la aceleración ultra-rápida o incluso hacer que no puedas utilizar los poderes en un radio de acción determinado. Como hemos dicho al principio, no son todo lo competentes que podríamos esperar, pero cumplen su función y nos ponen las cosas difíciles, especialmente cuando hablamos de un grupo considerable.
Aún con todo, en Quantum Break no todo son tiroteos. También hay tiempo para sortear obstáculos o algunas partes muy tímidas de saltos entre diferentes superficies. Para todo ello vamos a tener que utilizar nuestros poderes, de manera que habrá objetos que que se van a restablecer si los hacemos retroceder en el tiempo y algunas partes del escenario podrán acabar con nuestra vida si no actuamos con rapidez, bien sea desplegando un escudo temporal o haciendo carga rápida.
Como ya sabíamos, el juego nos dejará hacer algunas acciones de elección y esto modificará tanto la serie como parte del juego. No hay cambios muy drásticos, de hecho en algunos de estos cambios hay que fijarse mucho para descubrirlos, nosotros hemos visto varias combinaciones que arrojan luz al juego incluso tras la tercera partida.
Por lo demás, nada que no hayamos visto en otros juegos del género, aquí los protagonistas son los tiros y nuestros súper poderes, los cuales por cierto podremos mejorarlos si recogemos partículas de Chronon repartidas por todo el juego, invitando mucho a investigar especialmente en dificultades elevadas. Nada de modos a parte, ni multijugador, algo que ya se sabía.
Duración
Este juego tiene una alta dosis de rejugabilidad, quizá no tanto como para tres o cuatro partidas, pero mínimo si quieres conocer casi todo lo que ofrece es recomendable las dos vueltas de rigor. Tenemos a nuestra disposición muchos coleccionables a modo de emails, radios, vídeos televisivos…etc. Todo ello cuenta y nos narra parte de la historia haciendo que se conviertan en prácticamente imprescindibles si queremos entender a algunos personajes.
Además sabemos que que hay múltiples combinaciones entre la serie y el juego que deberemos ver si queremos disfrutar de la experiencia completa por lo que la duración se alargará notablemente. Todo ello sumado a varias dificultades de juego para aquellos jugadores más exigentes.
Ahora bien, si nos acogemos a nuestra experiencia en la primera partida, tenemos que comentar que Quantum Break, desechando el tiempo de la serie, nos ha durado cerca de las 10 horas. Nos hemos parado a buscar algunos elementos del juego como partículas de Chronon, diarios..etc. No hablamos de una partida rápida ni de una primera partida pausada buscando todo lo posible, algo intermedio en dificultad normal.
Conclusión
Estamos ante un punto de inflexión en el catálogo de Xbox One. Quantum Break es una experiencia única que brilla en muchos apartados. Desde la narrativa, hasta su exquisito gunplay suave y dinámico que nos pone en la piel de un Jack Joyce que aprende del entorno. Impactante en el plano técnico y demuestra que es posible sacar partido al hardware de la consola aún usando técnicas muy glotonas en recursos.
Hablamos de un juego con una historia casi redonda, digna de una serie televisiva de verdad y que podría dar mucho juego. Ahora y tras ver la mini-serie que complementa el juego es cuando nos franquicias muy completas con altos valores de producción.
He de reconocer que al principio me mostré reacio al cambio de actores, pero es ahora, tras haberlo jugado a fondo cuando me he dado cuenta del valor interpretativo que aportan los actores reales al juego en su conjunto.
No todo es perfecto eso si, algunos defectos gráficos, la decisión de saturar la iluminación y ese filtro granulado que da ese toque desenfocado no es algo por lo que un servidor hubiera apostado. Respetamos la decisión de Remedy en ese sentido, pero algunas texturas y bugs comunes no pueden pasarse por alto en un juego que está llamado a estar entre los pesos pesados del catálogo.
Todos esos pequeños fallos, junto con lo limitante que puede ser ver o adquirir la serie y el no-doblaje al castellano, alejan del ansiado 9 a este juego, eso y que hay partes del juego que inexplicablemente no cuentan con subtítulos, como las radios. No obstante insistimos, Quantum Break es un juego que nadie se puede perder. Vaya por delante que Remedy vuelve a brillar con luz propia ofreciendo un gran juego que te hará estar pegado a la pantalla hasta el final.
Si has comprado el juego, te damos la enhorabuena porque vas a disfrutar mucho, prepárate para lo que tienes entre las manos. Si no lo has hecho aún, te recomendamos hacerlo lo antes posible, no te puedes perder este juego.
*Gracias a Xbox España por habernos proporcionado el material para la review.
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Apartado Técnico90/100
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Jugabilidad85/100
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Duración65/100
Lo bueno
- Acción a raudales.
- Gameplay excelente. El uso de poderes es genial.
- Bastante rejugable.
- Apartado técnico impresionante.
Lo malo
- Se echa en falta el doblaje al castellano.
- Algunos bugs gráficos.
- Demasiado corto.