Una nueva Faith recorre los tejados en un entorno más amplio y mejorado, con una historia más elaborada. Y nos ha gustado bastante.
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Tuvieron que pasar ocho años luego de que el título original de esta saga saliera a la venta. Corría el año 2008, cuando desde DICE, en Electronic Arts, se lanzaba un novedosos concepto de videojuego en primera persona. Hablamos de Mirror’s Edge, un título enfocado casi al 100% al parkour y al uso del propio cuerpo y agilidad del personaje para completar misiones y progresar en el juego. Algo diferente a lo que se estaba acostumbrado en el mundo gamer, pues no sólo el uso de las armas era ínfimo, sino que el estilo y diseño de arte era muy minimalista, con tonalidades en blanco y rojo muy predominantes. La premisa era simple; hacer parkour por los tejados de una enorme ciudad, combatir a enemigos peleando cuerpo a cuerpo, y realizar acrobacias para llegar de un lugar a otro de la manera más rápida y eficiente posible.
Ese título recibió buenas críticas, pero nunca llegó a destacar demasiado o a sobresalir del resto, porque no era la gran producción del año, se notaba que no había demasiada aspiración; teniendo muchas carencias. Era un buen juego, pero no pasaba de ser simplemente algo pasajero y entretenido a ratos, que no enganchaba a los jugadores. Después de muchos años, se anuncia de forma difusa que algo nuevo llegaría, algo que en principio llamábamos Mirror’s Edge 2. Luego de otro tiempo más, supimos que se trataría de una reboot del original, nombrada Catalyst. Muchos fans estábamos sorprendidos por el anuncio, pues el juego original no fue ningún éxito que diera indicios de una posible segunda parte, como por ejemplo, lo puede ser algo como Red Dead Redemption, por mencionar alguno.
Así pues, conforme pasaban los meses nos íbamos enterando más sobre Catalyst; que sería un mundo abierto, que tendría una mejor historia, que reescribiría la historia de la protagonista Faith, etcétera. Tras un par de retrasos, finalmente, el día 7 de junio de 2016, casi ocho años después de la salida del título original, llega Mirror’s Edge Catalyst, aquel que, se pretendía, mejorara en todo a Mirror’s Edge. Se mantuvieron muchos aspectos anteriores, a la vez que se agregaron novedades, cosa que es de agradecerse, pues, como discurso introductorio, quiero mencionar que esta reboot se siente como tal, una reboot hecha y derecha, conservando perfectamente lo que le confirió identidad al juego original, pero al mismo tiempo, mejorándolo y ampliándolo. Así, Catalyst es un título que innova bastante, pero que deja muy satisfechos y contentos a quienes probamos la versión original, sin abandonar sus raíces.
Apartado técnico
Una de los principales fuertes del juego, han sido siempre el aspecto visual y sonoro. Desde los tráilers, avances y anuncios, se dejaba en claro que uno de los mayores objetivos de la gente de DICE, era hacer que el jugador disfrutara de observar la ciudad de Glass, con sus paisajes y edificios, mientras la música de fondo relajaba, o animaba a correr más rápido por los tejados. Y sin lugar a dudas lo consiguieron.
[quote_right]Sus 60FPS nos permiten recorrer los techos y balcones de la ciudad con completa sensación de soltura y libertad[/quote_right]La resolución del juego es de 720p, razón por la cual mucha gente comenzó a criticarlo. Sin embargo, tanto al jugar como en las escenas cinemáticas, esa “baja” resolución no se nota en lo más mínimo. Todo luce grandioso, desde los edificios cercanos a donde se encuentra el personaje, hasta los paisajes que se extienden a lo lejos en el horizonte urbano de la ciudad de Glass. Los interiores, con ese diseño minimalista que caracteriza a la franquicia, le imprimen al juego un realismo surreal que no dejará indiferente a nadie. Se abandonó un poco la monocromía dominante en el Mirror’s Edge original, para dar paso a una variedad de colores mayor, que conserva el estilo, pero innova creando combinaciones nuevas, que a la vista realmente hacen creer que nos encontramos en una ciudad del futuro.
Los rostros de los personajes in-game son quizá la parte donde más flaquea Catalyst, pues rompen con ese realismo sostenido por todas partes, siendo la definición de las caras de muchos NPC’s poco convincentes e, incluso, casi caricaturescos. Pero los tejados de los edificios tampoco están repletos de gente, así que este defecto se notará solamente cuando te acerques a una misión secundaria con personas extrañas y de mala actitud que te piden cosas.
Sus 60FPS nos permiten recorrer los techos y balcones de la ciudad con completa sensación de soltura y libertad. Así, gráficamente el juego nos deja muy satisfechos, con paisajes hermosos, interiores con combinaciones cromáticas notables y una cantidad de cuadros por segundo suficiente y muy estable para jugar sin ningún problema.
Dentro de todo el tiempo que me tomó terminar Catalyst, me encontré sólo con un par de defectos técnicos. El primero de ellos, es que al caer de una altura exagerada, pero llegando a ese “colchón” gigante que evita que muramos, debes ser demasiado preciso a caer justo en el centro. Es decir, muchas veces caí dentro de la “zona segura”, pero para que te salves de la caída, debes arrojarte justo en el lugar que el juego considera como el correcto. Y eso es fastidioso, porque a veces la velocidad y frenetismo del título se rompen por este problema, pues hay que “apuntar al centro”.
El segundo fue un bug, donde después de dar una patada, uno de los guardias quedó atascado entre una pared y un escritorio. Cosa que no sucede a menudo, y de hecho en ese momento me ayudó ya que estaba punto de morir, y el guardia quedó inmovilizado e indefenso. Murió poco después. Pobre hombre-bug.
Así, en Catalyst no encontrarás problemas o errores demasiado graves, y de hecho, hallarás muy pocos. Todos los movimientos y acrobacias los realizarás de manera sencilla y continua, sin contratiempos.
Jugabilidad
Otro punto fuerte. Todo el juego está basado en el parkour, en moverte por el entorno, usándolo para ser más eficiente y veloz. Al ser un título en primera persona, la sensación de ser tú mismo el que corre por los tejados es real por momentos. Tanto en el parkour real como en el ficticio del juego, no existe una acción tan simple como “saltar”, así que el botón que utilizarás para ello (RB por defecto) te servirá para muchas cosas. Pero en ningún momento este detalle afecta la jugabilidad, porque una acción no interfiere con la otra. Así, para correr por las paredes, saltar un obstáculo bajo, escalar hacia arriba, etcétera, necesitarás presionar RB, pero jamás harás por accidente algo que no quieras hacer.
Con los 60FPS el realismo de los movimientos no sólo se ve real, sino que se sienten como tal. Pese a que algunas de las acrobacias de Faith parecerían imposibles de realizar en la vida real, en ciertos puntos del juego te sientes realmente haciéndolas.
Con el árbol de habilidades introducido en esta entrega, tú puedes decidir qué nuevas cosas Faith será capaz de hacer, hecho que no sólo ayuda a que la sensación de progresión de personaje sea realista, sino que cambia la manera en que te desplazas por el mundo. Dependiendo de qué acrobacias nuevas desbloquees, podrás realizar las misiones de manera diferente, llegando a lugares y usando rutas que sin ese desbloqueo no hubieran sido posibles. Saltos de pared dobles, giro rápido, extensión de deslizamiento, etcétera, te permitirán completar las carreras o misiones de forma cambiante. Asimismo, las mejoras obligatorias que a lo largo de la historia recibimos, también crean nuevas posibilidades. Así, la Faith de la primera misión dista mucho de lo que termina siendo al finalizar el juego.
Otra cosa importante es el combate. Luego de que en el Mirror’s Edge original tuviéramos muy poca cosa que hacer a la hora de enfrentarnos a los enemigos, en esta ocasión tenemos un montón de opciones de ataque; golpes simples con X, patadas potentes con Y, además del importante uso del entorno para derrotar rivales. Y hay que saber cómo movernos alrededor de los enemigos, pues también vale mucho esquivar y colocarse en el sitio adecuado para aprovechar las debilidades de cada tipo de contrincante. De esta forma, los combates son mucho más complejos, difíciles y desafiantes. Hay que saber variar en los ataques y conocer las combinaciones que existen, cosa que convierte las peleas en algo divertido y dinámico, sobre todo cuando hay una cantidad de rivales grande, y debemos atacar a unos y defendernos de otros.
Finalmente, mencionar que Catalyst realmente enseña a pensar como “runner”, que es el nombre de la gente que, como Faith, se dedica a correr por los tejados. Y lo digo porque aunque existe la “visión de runner”, que es una especie de guía que nos dice por dónde ir, siempre existe la posibilidad de elegir tú mismo tu propio camino. Y eso crea una sensación de profundidad enorme, pues analizar el camino y decidir cómo podríamos llegar a nuestro objetivo más rápida y eficiente, nos hace sentir como todo un traceur (practicante del parkour).
Duración
Partamos de un eje principal; demoré unas ocho horas en terminar toda la historia principal. Eso es uno de los puntos en los que más flaquea el juego, porque la historia no es demasiado extensa. Ahora bien, te aseguro que el tiempo que pasarás corriendo con Faith por la ciudad será muchísimo. Ya que los tejados y edificios que se van desbloqueando conforme avanzamos en la historia, y EXIGEN ser explorados. También, los coleccionables ocultos por toda la ciudad suelen darte la necesidad de buscar siempre “el siguiente”. De esta forma, es complicado no distraerse con el inmenso mundo abierto que se expande mientras más progresas en la campaña. Y es que, apenas terminas una misión, ya puedes volver a pasear libremente por los tejados.
Correr y hacer parkour es divertido, entretenido y dinámico, hay mucho contenido secundario, como carreras, misiones de entrega, misiones encubiertas, etcétera. Y completarlas es un gran desafío, que te exigirá aprender a moverte rápido y crear una ruta veloz, y hacer todo con precisión milimétrica para evitar fallar. También, juntar todos los coleccionables es una labor titánica, que te da como recompensa un logro, pero que implicará varias horas de búsqueda. Y habiendo tantos distritos y zonas, necesitaremos bastante tiempo.
Así que el componente mundo abierto expande demasiado la cantidad de tiempo que invertiremos en Catalyst. Al menos unas veinticinco horas aparte de la campaña podrás divertirte en las azoteas de Glass. Claro, esa cantidad es subjetiva, ya que puede no gustarte demasiado y estar sólo unas diez horas, o por el contrario, si eres un entusiasta del parkour, podrían ser muchas más. En sí mismo, el juego ofrece una cantidad de contenido aceptable, que te hará estar pegado a él por un buen rato.
Conclusiones
Mirror’s Edge Catalyst es el ejemplo de cómo debe hacerse un reboot. Es casi todo lo que se esperaba de la “segunda versión” del título original, pues innova y mejora, pero en ningún momento se olvida de sus raíces, de aquello que hizo especial a la primera entrega. En DICE, lograron mantener la esencia, pero al mismo tiempo cambiar.
Desafortunadamente, algo que me dejó insatisfecho fue el desenlace de la historia. Muy como en el juego original, no hubo un buen final. Y es que el inicio y el desarrollo fueron excelentes, con muchos personajes y muy variados, interesante, sucesos inesperados, subtramas y demás cosas grandiosas. Pero al final, el desenlace me pareció muy simple, dejó muchas situaciones al aire, sin resolver del todo el conflicto principal, o resolviéndolo muy por encima. Por un momento, no pensé que estuviera realmente ya en la parte final, porque ni siquiera la misión última me pareció tan complicada, y no existió un jefe final, ni nada similar. La verdad es que eso me decepcionó bastante, porque no sentí que luego de todo lo que Faith tuvo que pasar, hubiera una resolución lo suficientemente satisfactoria.
Mirror’s Edge Catalyst es un muy buen juego, divertido, entretenido y dinámico. Lamentablemente el precio de lanzamiento ―por lo menos en México― es demasiado elevado, factor que le resta puntos.
*Gracias a Electronics Arts por habernos proporcionado el material para la review.