La biblioteca de Game Pass duplica el objetivo inicial de la compañía, y con las nuevas adquisiciones de estudios ese número seguirá creciendo.
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En el escenario de la Paris Games Week a la que asistimos hace unas semanas Game Pass era el absoluto protagonista. Una máquina de vending con juegos del catálogo dentro coronaba el mismo, y los que eran seleccionados para subir debían elegir uno de ellos y decidir si cambiarlo por el contenido de una caja sorpresa. En el pasado Fanfest mexicano había un Game Pass lounge donde podian probarse juegos presentes en el servicio, y no hace falta recordar que fueron anunciados 16 juegos más. El lema original del servicio era que por un precio de diez euros tendríamos “más de cien juegos” pero la ambición de Microsoft ha hecho que actualmente se haya llegado a los 208, sin contar quince de los juegos anunciados el sábado.
Aunque cada mes salen títulos del catálogo, no es nada extraño que sean aún más los que entran, y cada vez más juegos de estreno. Game Pass es tan central en la estrategia de Microsoft, que la llegada de títulos a la consola cuyo lanzamiento no estaba previsto, como en el caso de The Good Life quedan enmascarados tras el servicio. El juego llegará, pero lo más importante es que lo hará directo a Game Pass. La enorme calidad y variedad del servicio hace dudar de su viabilidad, puesto que ofrece demasiado valor para el precio que viene. Nuevamente no sabemos si Microsoft saca más o menos beneficios de él, pero la compañía parece contenta con su desempeño, y no para de apostar por él.
Juegos de tres generaciones, de todos los tamaños, y para cualquier tipo de jugador pueden encontrarse en el servicio que cada vez parece más obligatorio para el fan de Xbox. Los de Redmond han hecho de la necesidad virtud, y en el peor de los momentos para la marca encontraron la identidad que muchos han echado en falta a Xbox. Obsidian, Compulsion, InXile, o Playground han sido seleccionados por el contenido único que pueden aportar no solo a la máquina, sino también a un servicio que pretende trascender las consolas muy pronto.