Survival horror puro en formato modesto es lo que ofrece The Coma: Recut. Viene a demostrar que no es necesario un apartado visual hiperrealista para poner en tensión al jugador, aunque le falta profundidad jugable y más variedad de enemigos y contenido.
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¿Quién no ha soñado alguna vez conque el colegio o el instituto apareciese alguna mañana derrumbado o quemado? Detestar asistir a clase es algo casi intrínseco en el ADN de un elevado porcentaje de estudiantes. Pero claro, si acontece una catástrofe en el edificio, uno siempre espera estar lo más lejos posible. Y todo esto nos lleva a conocer a Youngho, el protagonista de el juego que nos ocupa, The Coma: Recut. Ho es un joven coreano en edad de hincar codos que, como parece ser habitual en él, llega tarde al insti. Al llegar, encuentra una ambulancia en la puerta. Algo trágico ha pasado en clase, algo que parece augurar aciagos acontecimientos.
Pero la jornada transcurre con normalidad. Nos reencontramos con los compañeros y con la señorita Song, una profesora con un tipín por el que parece haber sido contratada para educar las hormonas de los estudiantes masculinos en lugar de a sus neuronas. Y, como el que no quiere la cosa, ocuparemos nuestro pupitre hasta que los párpados de Youngho acaben ganando la batalla hasta sumirlo en un profundo sueño. Pero despertará muy pronto, y lo hará inmerso en lo que apunta a ser una dimensión sombría, un duplicado siniestro del instituto en el que la sangre y los ruidos extraños imperan por los pasillos.
Después de dar nuestros primeros pasos, mochila y linterna en ristre, nos daremos de bruces con la profesora Song. Pero ¡oh, sorpresa! La que fuese la profesora más sexi del insti se ha convertido en el típico fantasma oriental de pelo negro y movimientos erráticos. El cuchillo que empuña ya se intuye que no es para cortar jamón de bellota, así que desde momento dará comienzo nuestra huida a la desesperada del centro educativo, y con vida a ser posible.
Apartado Técnico
La belleza no tiene que estar reñida con la tecnología, y en el caso de The Coma: Recut parece que se cumple la máxima. Ciertamente no es que sea un juego calificable como bonito, pero sabe crear una atmósfera adecuada con sus modestos recursos y el diseño de personajes y del entorno es notable. Las 2D chocan, y mucho, en el primer contacto con el título, pero enseguida te acostumbras e incluso, en nuestra opinión, consideramos que le viene como un guante.
En cuanto a su rendimiento, solo podemos denostar la recreación del sombreado. Cuando avanzas con la linterna encendida, y dependiendo de la sala en la que te encuentres, la oscuridad se genera a cuadros del tamaño de la cabeza del protagonista. Por lo demás no hemos encontrado ningún otro defecto, al igual que con el apartado sonoro, que raya a muy buen nivel. Dramáticamente acompaña a los acontecimientos en pantalla y contribuye a generar un grado de inmersión excelente. Lo que sí nos ha decepcionado es que el juego no haya llegado traducido a nuestro idioma. Los textos en pantalla son frecuentes y habría sido un puntazo que lo hubiesen localizado. Los que no tengan buen nivel de inglés no van a poder disfrutarlo con plenitud por culpa de esto.
Jugabilidad
The Coma: Recut es un juego lineal en cuanto a aprendizaje. Desde el minuto uno ya estarás hecho a los controles y estarás listo para disfrutarlo hasta el final, aunque sí que es cierto que a medio recorrido el juego empieza a caer en la repetición. Todo se resume en explorar y esconderte cuando aparece la señorita Song, la única enemiga que asomará por los oscuros pasillos del instituto. Se trata de un personaje invencible contra el que no puedes luchar. Si acaso puedes distraerla activando alarmas o abriendo grifos, pero nada más. Cuando aparece, la mejor opción es esconderse y esperar a que se vaya.
En ocasiones sus «visitas» se suceden en intervalos de tiempo muy cortos, lo que llega a desesperar en determinados momentos. Si te quita el último corazón de vida estás muerto y tocará comenzar desde el último punto de guardado, los cuales, por cierto, son bastante numerosos y están bien repartidos por el escenario. Solo tienes que acercarte a una de las pizarras de las diferentes aulas y en ellas quedará guardado tu progreso.
Para recuperar salud podrás comprar snacks de las máquinas expendedoras. También se pueden adquirir bebidas energéticas o botellas de agua, que ayudan a que la barra de energía de nuestro protagonista no se agote con tanta rapidez o directamente no lo haga mientras tengas el efecto del brebaje. Y esto es fundamental, porque para escapar de la señorita Song tendrás que correr como alma que lleva el diablo, con la consecuente reducción de energía. Al llegar la barra a cero, Youngho detendrá la marcha para recuperar fuerzas y ese será el momento en el que Song se nos echará encima para acuchillarnos sin piedad.
La verdad es que esta mecánica mantiene en vilo al jugador no solo por el hecho de que te persigue un fantasma o ente del que no te puedes defender, sino porque sabes que tienes que encontrar un escondrijo cuanto antes y no siempre lo tienes a mano, además de que los nervios te pueden llevar a desorientarte. Todo gracias a la ambientación sombría, a los efectos de sonido y a la música, que es capaz de poner de los nervios al más pintado. Ahora bien, lo que hemos echado mucho en falta han sido los rompecabezas, que brillan por su ausencia, además de la inclusión de un plantel de enemigos y mayores opciones para lidiar con Mis Song.
Duración
Si no eres diestro con el inglés el juego te puede durar días, ya que en muchos momentos en el mapa no tendrás indicaciones visuales sobre a dónde ir y las pistas te serán dadas en ese idioma. Esto te puede llevar a dar vueltas de un sitio para otro hasta que finalmente des con la clave. Los demás usuarios no deberían tener problemas a la hora de completarlo. En nuestro caso lo hemos superado en algo más de tres horas, tomándonoslo con calma y explorando todo lo que hemos podido.
Lástima que al acabarlo no queden demasiados alicientes para rejugarlo, más allá de elegir las líneas de conversaciones inversas. Los coleccionables, en forma de notas repartidas por las aulas y los pasillos, no son demasiado tentadores y tampoco tienen ningún logro asociado, así que es probable que los completistas no encuentren aliciente para una segunda vuelta, pero sí que puede que te hayas dejado algunas misiones secundarias por hacer con logro asociado, así que si te dejaste algo puede que te animes.
Conclusión
Survival horror puro en formato modesto es lo que ofrece The Coma: Recut. Viene a demostrar que no es necesario un apartado visual hiperrealista para poner en tensión al jugador, aunque le falta profundidad jugable y más variedad de enemigos y contenido. Eso no quita que sea un buen juego, pero lo debilita en comparación con otras propuestas de un género en el que el usuario asiduo, y cuyas obras más representativas, se han caracterizado precisamente por eso.
Que no venga traducido también es un severo handicap para los que no dominen el inglés, ya que es necesario entenderlo con fluidez para no sentirse perdido y entender las conversaciones y el propio argumento. Si esto no es un impedimento y te gustan los juegos de terror, The Coma: Recut es un jugoso caramelo para paladear en una tarde lluviosa de estas que comienza a traernos el otoño.
*Nota: Agradecemos a Digerati Distribution el código del juego y material para esta review.