Con un parecido demasiado sospechoso a Limbo nos llega este Planet of the Eyes, tanto en su apartado visual como en su gameplay. Si te gustó aquel, vas disfrutarlo tanto o igual, pero no más. Le falta mayor exigencia en su dificultad y mayor duración para poder equipararse.
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Con un palmarés para nada desdeñable en su haber, en el que se le incluye como finalista en la categoría de mejor indie del Canadian Videogame Awards, juego ganador en la categoría Leftfield Collection de la EGX Rezzed y seleccionado como Indie Megabooth en la Pax East, Cococucumber, el estudio desarrollador, nos trae a su campeón, Planet of the Eyes, a nuestras Xbox One.
Para los que lo desconozcan, se trata de un plataformas puro y duro, en el que controlaremos a un simpático robot que acaba de reactivarse tras estrellarse su nave en un planeta desconocido y hostil. No hay rastro del resto de la tripulación, pero enseguida encontrará una cinta, de cassette, en la que otro de los supervivientes le pone en precedentes, aunque de un modo misterioso y críptico. A partir de ese momento, emprenderemos la búsqueda del superviviente con el fin de encontrar respuestas sobre nuestra misión en ese maquiavélico planeta e incluso sobre nuestra propia existencia.
De ese modo, mientras vamos recopilando el resto de las grabaciones, iremos intercalando desafiantes secciones plataformeras con algún que otro rompecabezas. Todo condimentado con una dinámica, un diseño y unas animaciones que nos recuerdan, y mucho, a otros grandes y/o conocidos juegos de plataformas como Hue o, en mayor medida, el premiado y alabado por crítica y público Limbo. Si quieres comprobar si este homenaje favorece o desmerece a Planet of the Eyes, síguenos en nuestro análisis y así podrás despejar todas tus dudas.
Apartado Técnico
A nivel de rendimiento no hay nada que objetar. El juego rinde a las mil maravillas, lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta que su apartado visual es vistoso, sí, pero a la vez simple, con lo que moverlo no representa ningún problema para las máquinas actuales. Los efectos de luz y de sombras son acertados pero discretos, y van en sintonía con los monocromáticos escenarios además de con los enemigos y los elementos, representados en pantalla con un perfilado sencillo y mediante texturas planas. Esto entra en conflicto con el aspecto que luce el protagonista, cuyas animaciones, dibujado y texturizado está muy por encima de lo que el resto del juego nos muestra en pantalla. Lo ideal habría sido que tanto el robot, con los escenarios, enemigos y elementos hubiesen ido en sintonía con el mismo trabajado aspecto del personaje principal. Quizás fruto de esto, los tiempos de carga están tan bien optimizados, hasta el punto de que no se dilatan mucho más allá de dos o tres segundos. ¡Bravo!
A nivel sonoro, las melodías sintetizadas refuerzan su perfil ochentero y acompañan a la acción de manera sosegada pero adecuada. Los efectos de sonido son sobrios también, no obstante van también en la misma dirección que el ritmo que marca el game play. En cuanto a las voces, están grabadas en inglés pero la opción de subtítulos en nuestro idioma viene marcada por defecto, con lo que no nos perderemos ni un solo detalle de las grabaciones de voz del superviviente que iremos encontrando, las cuales son de vital importancia para poder seguir la historia que cuenta Planet of the Eyes.
Jugabilidad
Nuestro protagonista solo puede saltar… bueno, también puede echarse un desparpajado bailoteo si pulsas el botón Y, aunque bien es cierto que esta acción no tiene ninguna afectación a nivel jugable. Como decíamos, en Planet of the Eyes solo podrás saltar de una plataforma a otra, de una tubería a un nuevo saliente o de una escalera a otra plataforma. Es por ello que resultará sencillo adaptarse para todo tipo de usuarios, ya que el sistema de control se reduce a moverse con la cruceta o el stick izquierdo y las acciones de saltar y nadar las ejecutaremos con el botón A.
Luego está la dificultad, la cual no es excesivamente elevada pero sí que incluye zonas en las que los saltos deben estar milimétricamente medidos. También encontrarás otras secciones en las que no queda my claro cómo debes proceder, lo cual conllevará un par de muertes mientras investigas o unos cuantos minutos perdidos de exploración en las estancias colindantes al punto ciego. Eso sí, cuando desentrañas el entuerto por ti mismo, un halo de satisfacción te embarga y te anima a seguir adelante con la aventura. Sobre el diseño de niveles, hay que destacar que está muy bien balanceado, con una dificultad ascendente y un ritmo medido a la perfección en el que apenas hay zonas de relleno, y predominan en su mayoría las áreas de saltos sobre los rompecabezas, los cuales son extremadamente sencillos y escasos.
Duración
Este apartado es la bola de demolición que desbarata el castillo de naipes que, con tan buen hacer, había construido el equipo de programación del juego. Planet of the Eyes no va a pasar al Olimpo de los juegos indies no solo por su descarado parecido a otras obras de reconocido prestigio y trascendencia, sino por su escasa duración. En nuestro caso lo hemos acabado en poco más de dos horas. Y eso teniendo en cuenta que nos lo hemos tomado con calma y en los lugares en los que nos hemos quedado atascados no hemos tirado de guías ni de ayudas externas, sino que hemos indagado, probado y experimentado aquí y allá con la mayor de las paciencias.
Ocho son los niveles que componen el juego en su totalidad y ningún modo ni ningún extra adicional se desbloquea tras finalizar la primera partida, lo cual es un auténtico handicap, ya que un modo contrarreloj habría sido un gran aliciente para los speed runners y una excelente excusa para darle un segundo tiento. En el momento de redactar el análisis no hemos podido tener acceso a los logros, por no haber sido revelados aún y no estar visibles ni siquiera desde el menú de la consola, pero si son los mismos que en su versión de Steam, lo lógico sería que tampoco venga acompañado del típico logro de pasar el juego entero sin morir, algo que habría incentivado a dar una segunda vuelta a los usuarios más valientes.
Conclusión
Planet of the Eyes es el típico juego que apunta buenas maneras pero que luego se deja arrastrar por el lastre de, en este caso concreto, una duración irrisoria. Su parecido con otros juegos de plataformas clásicos tampoco le otorga un carisma especial, aunque los fans del género sabrán perdonarlo. El diseño artístico y de niveles está bien trabajado, pero le falta un grado para conseguir un resultado final mejor balanceado. Lo más destacable de la función es el giro argumental que llega rozando el final de la aventura. Por lo inesperado que resulta y por su fuerte impacto en el jugador, que puede llegar a conmover hasta al más blindado de los corazones.
*Nota: Agradecemos a COCOCUCUMBER el código del juego y material para esta review.