Por fin podemos traeros un completo análisis de uno de los juegos más esperados por los amantes del universo Final Fantasy.
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Hoy por fin me pongo a escribir las líneas que darán forma al análisis de uno de los juegos que más esperaba en 2016. Han sido diez largos años de desarrollo a las espaldas de este Final Fantasy XV y lo cierto es que le tenía unas ganas locas. Tanto es así que hemos esperado a darle las horas necesarias sin prisas, para poder realizar el texto más real y cercano para todos aquellos fans que están, como yo lo estaba, deseando jugarlo.
Hajime Tabata y Tetsuya Nomura es el tándem que ha estado dando vida a esta criatura que se ha ido gestando desde hace varios años. Estaba llamado a ser Final Fantasy Versus XIII, una interacción diferente en la franquicia y por ello no estaba dentro de los planes de ser una entrega numerada. Sin embargo todo eso cambió y Square Enix decidió hacer de este Versus XIII la entrega número quince de la colección.
La historia nos sitúa en un mundo donde dos grandes facciones se enfrentan en guerra, Lucis y Niflheim. El poder de los cristales reinaba en este mundo hasta que la avaricia y demás pecados del ser humano fueron destruyendo la mayoría de ellos a causa de la guerra. Solo el reino de Lucis resiste con su cristal intacto, pero todo eso va a cambiar tras el feroz ataque de Niflheim que acaba derrotando y asesinando al rey Regis. Mientras esto acontece, Noctis, el hijo del rey, debe ir en busca de su prometida Lunafreya Nox Fleuret del reino de Tenebrae para potenciar y mejorar las relaciones diplomáticas y políticas.
El principal problema del juego es que la trama no se desarrolla de manera fluida de cara al jugador. Para empezar, Noctis es un personaje que difícilmente va a trascender en la mente colectiva de los fans de Final Fantasy. Es un personaje retraído, mimado y con muy poco carisma. Resulta altamente difícil conectar con Noctis de alguna manera. Todo esto luce mejor con un ejemplo, si preguntáramos a cualquier jugador habitual de juegos del género el nombre del protagonista de Final Fantasy XII posiblemente pocos recuerden su nombre, no pasa lo mismo con Cloud de Final Fantasy VII. Pues bien, Noctis sería algo así como el protagonista de Final Fantasy XII. No es nada nuevo, creo que es algo relacionado con Nomura y su diseño de personajes, no consigue hacerme conectar con la mayoría de ellos.
Aunque no viaja solo en este periplo, le acompañan Gladiolus, Prompto e Ignis. Estos tres inseparables compañeros de batalla carecen de una trama propia elaborada y conoceremos poco o nada relevante sobre ellos, salvando algún que otro matiz. Están ahí para ayudarte, o molestarte en las largas travesías que tendrás que hacer entre misión y misión, pero eso ya es otro tema. Al igual que con Noctis, ninguna de estas tres personalidades transmiten lo suficiente y dejan la historia de este Final Fantasy XV mucho más hueca todavía. No pasa lo mismo con nuestro enemigo natural, Ardyn Izunia, uno de los enemigos que más me ha gustado en este universo. Así que, querido lector, si me admites un consejo, dale una oportunidad al juego hasta el final pues solo por Ardyn, merece la pena leerse los libros de Cosmogony repartidos por todo el mapeado.
La trama de Final Fantasy XV se muestra mal cimentada, hace aguas y no invita a conectar. - ¡Comparte!
En líneas generales y sin ahondar mucho en el diseño de personajes – que creo que en este campo es de los peores que he jugado dentro del universo Final Fantasy – el problema real con respecto a la trama es que no estaba concebida para encajarse dentro de un juego sandbox. El ritmo se corta constantemente y el recurrir a los clásicos clichés del género no le sienta nada bien a este juego.
Apartado Técnico
Final Fantasy XV usa el prometedor Luminous Engine de Square Enix. Se esperaban grandes resultados de este engine gráfico pero quizá no es algo que se haya materializado en este juego. Y es que si bien no es un título que luzca mal, la sensación de borrosidad te acompañará durante toda la aventura. Un detalle que se aprecia a simple vista es que las caras de todos los PNJ o del mismo Noctis o sus compañeros, dejan de tener nitidez y se crea una especie de granulado que casi las deforma. En parte esto es a causa de la resolución del juego.
Tampoco brilla por tener unas buenas texturas, en general suelen ser de baja calidad incluso los elementos más visibles como los trajes de los PNJ o el mismo Regalia, el vehículo principal del juego. Luminous Engine no se desenvuelve bien, al menos en Xbox One donde veremos como algunas texturas tardan bastante en cargar, muy al estilo de Unreal Engine 3. Las sombras también se ejecutan en un perfil bajo, con bordes dentados más que visibles y con un retardo notable a la hora de ser representadas, especialmente en las generadas por la iluminación global durante el día.
Con todo, el arte del juego es bastante bueno, lo que hace que estos detalles no sean algo que tengamos muy en cuenta. Lo único que puede llegar a entorpecer la experiencia del juego son los tiempos de carga, que pese a ser un sandbox los hay, y a veces más largos de lo que nos gustaría.
Así que en líneas generales no estamos ante un juego resultón, un sandbox lejos de la calidad de Watch Dogs 2 o The Witcher 3. Insisto, no tiene mal apartado gráfico, pero tampoco tiene nada que le haga brillar o destacar.
Pese a no verse mal, Final Fantasy XV no destacada nada en cuanto su apartado técnico. - ¡Comparte!
El rendimiento de este Final Fantasy XV es bastante bueno, pocas veces nos hemos encontrado con un tirón o caída de frames y además la banda sonora que acompaña al juego es una auténtica delicia, de las mejores que he escuchado en toda la franquicia. En lo que respecta al apartado sonoro, el juego cumple con sobresaliente.
Jugabilidad
Esta nueva entrega nos propone algo diferente. Para empezar el cambio más notable es la condición de sandbox que olvida esa guía a la que nos tenían sometidos otros títulos en el universo Final Fantasy. Y es aquí donde quizá comienza la falta de cohesión entre lo que es el juego y su trama, como decía se rompe por completo y no es capaz de mantener un ritmo aceptable. Tanto es así que para intentar crear conexiones entre Noctis y sus compañeros, el juego recurre a las travesías en el Regalia, tramos interminables de conducción donde Gladiolus, Ignis y Prompto nos cuentan infinidad de cosas irrelevantes. Lo peor es que estos viajes suelen ser casi obligatorios para poder transportarte, bien sea aguantando el «chaparrón» de nuestros compañeros de vehículo, o pagando 10 guiles para un viaje rápido (aceptad mi consejo y pagad).
Y es que este nuevo Final Fantasy XV hace patente el anhelo de Square Enix por intentar acercarse a desarrollos occidentales sin perder aquello que hace grande a sus franquicias. Pero claro, el problema llega cuando ese intento de querer ser un juego occidental con mecánicas orientales consigue hastiar al jugador con misiones secundarias vacías, tediosas y en ocasiones completamente absurdas e innecesarias. Además algunas son inexplicablemente complejas para el nivel que requieren o simplemente están separadas por un basto territorio. Esta lejanía a la que nos someterá el juego para acceder a ciertas misiones se explica porque es la única manera de motivar al jugador a utilizar el viaje a través de chocobos, una de las actividades más divertidas del juego, por cierto.
Manejar chocobos y personalizarlos es una actividad muy divertida - ¡Comparte!
El sistema de combate también se ha visto modificado en beneficio de ser más directo y generoso en la acción. De esta manera Final Fantasy XV ha tenido que prescindir de algunos elementos que hacían grande la franquicia. Y diré que los dos elementos más perjudicados de esta nueva manera de combatir han sido el sistema de magias y las invocaciones. Las magias en Final Fantasy XV son muy complejas de controlar, hay que crearlas en base a yacimientos y se usan como un arma más pero de manera finita, además lanzarlas te dañará a ti y a tus aliados por lo que puedes imaginar lo que ocurre al lanzarlas en espacios pequeños o donde hay más de 3 enemigos. Crear magia es complejo y se hace pesado, por lo que prácticamente el juego te obliga a curarte a base de elixires o pociones en su totalidad. En general es poco atractivo utilizar magia en este juego.
Como decía, las invocaciones son también algo que no ha quedado bien implementado. Para empezar solo hay 6 en todo el juego y no podemos elegir cuando invocar. Los Sidéreos están bloqueados por zonas, por ejemplo Lamú, el dios del rayo, solo aparecerá en zonas nubladas o cerradas. Pero además de ello, solo aparecen bajo ciertas condiciones en combate, por ejemplo Titan solo estará disponible tras un largo tiempo en estado de agonía de tus aliados, han de estar los tres en este estado y nada garantiza que acabe saliendo la posibilidad de implorar su fulgor.
La mayor novedad llega en cuanto al combate físico de Noctis y sus amigos. Podemos atacar sin parar pero para hacer más daño podemos hacer uso de los dones de Lucis que nos permiten transportarnos rápido a zonas seguras o realizar acometidas desde la distancia. Los dones de Lucis agotan nuestra barra de PM por lo que tendremos que buscar dentro del área de combate zonas para recargarla o esperar. Confieso que al principio le tenía muy poca fe a este sistema pero ha acabado gustándome. No obstante la manera de esquivar ataques me ha gustado menos pues mientras te atacan has de pulsar el botón de bloqueo y no funciona como nos gustaría. Pero en líneas generales el sistema de combate de Final Fantasy XV es adictivo, todo ello pese a que la cámara no se comporta bien durante la lucha.
Además tus aliados se comportarán como un personaje más en la batalla y atacarán con todo lo que tengan a cada enemigo. Es más, son ellos los que pueden curarte si estás caído. Es por ello que te recomiendo armarte de pociones y elixires ya que la IA aliada es nula, reza para que en algún momento vengan a sanarte. El mejor uso a darles son las órdenes de grupo que te permiten realizar ataques conjuntos, aunque este sistema a veces también falla, por ejemplo Gladiolus puede estar dando espadazos al aire o contra un arbusto cuando le pides ayuda.
En cuanto a las posibilidades extra, la propuesta de Square Enix no defrauda. Tenemos una enorme cantidad de misiones repartidas en 3 bloques:
- Principales: Marcadas en color rojo para avanzar en la trama principal.
- Misiones secundarias: Estas están marcadas en color azul y son variadas. Desde comprar un item, hasta echar una foto con Prompto.
- Batidas de caza: Es de las pocas maneras de conseguir guiles en el juego. Están marcadas en color amarillo y consiste en cazar monstruos eliminándolos en sus zonas. Estas misiones están además reguladas por niveles de cazador, que lo subirás cuantas más completes.
También tenemos actividades como pescar, buscar recetas de cocina para Ignis, echar fotos con Prompto y mejorar el nivel de supervivencia de Gladiolus. De estas hay a montones y es la mejor manera de subir de nivel pues en su afán de asemejarse a los RPG occidentales, en Final Fantasy XV el «farmeo» es una pérdida de tiempo, apenas ganas experiencia para subir nivel y has de hacerlo completando misiones. Ganas más experiencia echando 4 fotos con Prompto que eliminando a 4 Ferogantes con 6 niveles mayor al tuyo.
Otra de las cosas que más me ha gustado del juego son los ciclos día y noche. El mundo de este Final Fantasy cambia por completo cuando cae la noche ya que todo se infecta de «Cadentes» que es una versión oscura de los enemigos que hay durante el día. Es tan importante viajar de día que lo recomendable es acampar en los campamentos, hoteles o caravanas repartidos por el mapa. De hecho es la única manera de poder usar la experiencia ganada para subir de nivel. Si has hecho 5 misiones, no podrás subir de nivel hasta que acampes o descanses.
Por lo demás, sigue la línea de otros ARPG japoneses, un buen arsenal de armas para coleccionar y algún que otro traje para vestir. Todo ello con un buen árbol de habilidades. Por último, confieso que he echado tiempo en el divertido minijuego de pinball Justice Monster.
Duración
Unas 40 horas de juego es lo que he tardado yo en completar este juego. Eso si, haciendo misiones secundarias y parándome a buscar cosas, leer los libros repartidos por el juego y subir el nivel de algún que otro hobby de mis aliados. Final Fantasy XV es un juego largo, muy largo.
Y es que tendrás mazmorras para completar, las ya clásicas misiones de recadero y las batidas de cazador donde además tendremos que preocuparnos de subir nivel para completarlas. Todo ello junto a minijuegos muy divertidos como Justice Monster.
Así que estamos ante un juego largo, lo suficiente como para robarte muchas horas ya que además de todo lo mencionado, tenemos el clásico end-game que nos permite completar tareas tras acabar el juego. No sabría decir cuanto dura si vas solo a hacer la trama principal, algo poco recomendable por cierto. No obstante si quieres acabar con los 15 capítulos sin apenas pararte a nada, puedes hacerlo.
Conclusión
Final Fantasy XV quiere ser muchas cosas juntas y no consigue brillar en ninguna de ellas. No es un RPG occidental, y ha abandonado los elementos más marcados para ser un buen ARPG japonés. Es un quiero y no puedo de todo y nada en donde la nostalgia del jugador más clásico será una de las mayores armas en su contra.
Los primeros compases del juego ponen de manifiesto que es un producto mal armado, con una trama simple y vacía que no es capaz de conectar con el jugador y que se ve interrumpida constantemente por unos personajes poco atractivos. No serán pocas las veces que Prompto molestará en mitad de una misión importante para echarte la foto de turno. Los diez años de desarrollo y el cambio de dirección han hecho mella en un producto que claramente hereda planteamientos y limitaciones de la pasada generación.
Final Fantasy XV es un quiero y no puedo que no brilla en nada. Pero es divertido y adictivo - ¡Comparte!
Con todo, Final Fantasy XV es un juego divertido, muy divertido. Ha conseguido atraparme durante muchas horas y tengo pensado completarlo al máximo ahora tras acabarlo. El sistema de combate no es el que más me enamora, pero si que es cierto que se le coge cariño y acaba gustando. Además tiene una de las bandas sonoras más emotivas y ricas que he podido escuchar en un juego de este estilo, incluso puedes adquirir por unos pocos guiles las bandas sonoras de otros Final Fantasy para escucharlas en el Regalia.
Si te gustan los juegos del género, es obligatorio jugar a este juego. Pese a sus luces y sombras como decía, cumple con el fin final de cualquier propuesta y los valores de producción están ahí.