El nombre de Wolfenstein siempre ha sido respetable, por ser el padre de los shooters. Pero ahora lo será también por tener un título a la altura.
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En este mundo de los videojuegos, hay grandes nombres, respetados a lo largo de los años, ya sea por la calidad que atesoraban o la innovación que supusieron en su día. Es innegable que decir Wolfenstein, es casi un sinónimo de First Person Shooter. Sin entrar en discusiones demasiado gafapasters incluso para un servidor, amante fiel de este género; el título que comenzó id Software, es el primero de uno de los tipos de juegos más emblemáticos de la industria.
Pero ser el primero, nunca ha significado para la saga Wolfenstein ser el mejor. Ni siquiera ha estado normalmente en un TOP 5, donde «Half-lifes Dooms y Halos» se reparten el bacalao. Siempre han sido títulos notables, divertidos, y un ejemplo para muchos. Pero excepto por la personalidad que le confiere la trama siempre relacionada con los nazis y su vertiente cyberpunk de realidades alternativas, ni siquiera el propio B.J. Blazcowicz ha conseguido resurgir como el tremendo icono que es para la historia para pasar a llamarse «Terror Billy«, sobrenombre que le otorgan los alemanes debido al temor que infunde en sus filas.
Esta nueva generación trajo consigo una auténtica sorpresa en 2014, en mitad del auge de los F2P y los mundos abiertos, con Wolfenstein: The New Order, que sin comerlo ni beberlo se vio en medio de muchos listados a mejor juego del año, por su tremenda acción, su argumento y el nuevo enfoque con el que ponía cara tanto a los malos como a los buenos. El boca a boca se encargó de ponerlo donde debía y subir sus ventas hasta el punto de salir una de las mejores expansiones vistas en esta generación: The Old Blood, que definitivamente terminaba de darle el punto Tarantino a esta locura de mundo en el que la ultraderecha Nazi gana todas las guerras.
Y aquí tenemos la secuela, tres años después, con una continuación directa de la historia del primer juego, con un B.J. Blazcowicz gravemente herido después de su último enfrentamiento, pero con fuerzas suficientes como para acabar con cualquier cosa que se le ponga por delante. En esta ocasión, Machine Games está mucho más segura, plantada en la franquicia que le han regalado para llevarla a mayores cuotas. Y se nota, vaya que se nota.
La acción mas potente de 2017 - ¡Comparte!
Lo visto en The Old Blood, su absurdez, su humor, la violencia extrema o la crítica de las sociedades extremistas se mezclan con la acción más potente que podemos encontrar este año en un FPS. Nos montamos en el Martillo de EVA, para junto al Círculo de Kreisau liberar al mundo de los nazis. También tendremos viajes espaciales, conversaciones profundas e incluso a la criatura más adorable pero a la vez grotesca vista, Shoshana, un gato siamés con cuerpo de mono. Un puñado de locos montados en un submarino nuclear con el único objetivo de borrar a los nazis del territorio estadounidense.
Apartado Técnico
New Order ya era un espectáculo a 60 fps, pero el lastre que suponía las versiones de Xbox 360 y PS3 lo dejó un poco desfasado incluso para ser de principios de generación. Independientemente de lo bien que funcionara en movimiento, el juego lastraba la antiguedad del ID Tech 5, la anterior versión del motor gráfico inventado por id Software que se inició en 2011 con el sorprendente Rage. Aunque diese magníficos resultados, el gran salto que supuso el ID Tech 6 en su llegada el año pasado con DOOM, ha sido espectacular.
Con efectos nuevos más propios de esta generación: humo volumétrico, iluminación dinámica mejorada, reflejos, texturas de superficies y una calidad gráfica superior, es realmente la capacidad de mover todo el conjunto a 60 fps el que te deja boquiabierto. Porque, hay que admitirlo, gráficamente Wolfenstein 2 se parece mucho a DOOM, incluso hay algunas fases en las que si quitamos las armas de la pantalla, no sabrías adivinar a que juego estás jugando.
Pero esto es realmente bueno, porque si ya en el primero vimos como había un gran dinamismo a la hora de disparar a los enemigos y los daños que sufrían, aquí está muy ampliado y traer ese ambiente metálico y dantesco le viene como anillo al dedo en esta nueva estética. Incluso el submarino donde descansaremos la mayor parte del juego, el martillo de EVA, se beneficia mucho de esto.
Pero a costa de esta cuestión, que en movimiento es una maravilla, tendremos que pagar el precio correspondiente: la resolución en Xbox One, según Digital Foundry es solo de 810p. , incluso menos de los habituales 900p. , lo que provoca que la pantalla gane demasiada borrosidad en algunos momentos, debido al extremo uso del antialiasing, precisamente para evitar que los dientes de sierra aparezcan continuamente. Además, pronto notaremos que la resolución de las texturas no mejoran ni siquiera acercándonos a los distintos objetos y personajes, algo que se agrava en el momento en el que se nos ocurra pararnos a mirar. Por suerte, la cantidad de detalles, objetos, decoraciones y demás en los escenarios es abrumadora, y compensará en parte este defecto.
Las mejoras de Wolfenstein 2 no están solo a nivel gráfico. La banda sonora también se ha vuelto algo más oscura, dirigiéndose también a tonos más metálicos y guitarreros que casan perfectamente con la acción y nos mete de lleno en ella. Se siguen notando las influencias y la ayuda de id Software en este aspecto, aunque quizá el sonido de las armas haya perdido parte de su contundencia pasada.
El doblaje al español es de una calidad tremenda. Aunque ya sabemos que Terror Billy es un tipo de pocas palabras que expresa su sentido artístico a través de la muerte y la destrucción de los nazis, el resto de personajes ponen la puntilla a uno de los mejores doblajes del año. Hay algunas cinemáticas o conversaciones realmente memorables, que como sucede en algunas películas, quedarán en nuestras retinas para siempre. Y la ayuda que le hace el poder oírlos en perfecto castellano, intensifica el efecto mucho más.
Jugabilidad
Más o menos ya sabíamos como iba a mejorar esta nueva entrega con respecto a las anteriores, el gunplay no solo no ha perdido ni un ápice de su diversión, si no que ha ganado enteros con la posibilidad y la integración total de una de las habilidades más importantes de Blazko: las armas dobles. Si antes podíamos llevar un arma de la misma clase en cada mano para intensificar la potencia, ahora podremos mezclarlas a nuestro gusto, llevando por ejemplo la mortífera escopeta en una y la ametralladora en otra. La sensación de destrucción que proporciona es BRUTAL y realmente notamos a cada paso que damos y en cada combate, que el sobrenombre de «Terror Billy», está más que justificado. Permitidme la expresión, pero JODER, una escopeta con un cargador de 20 BALAS por defecto es una puta locura destructiva.
Sin embargo, esto no significa que seamos un soldado inmortal que aguante balas sin penalización ninguna. En Wolfenstein 2, se muere. Y mucho, si no eres lo suficientemente hábil como para saber manejarte por los escenarios. Por eso, habrá momentos para cada cosa, pero os podemos asegurar, que el sigilo es muy importante, y habrá sitios que podremos sortear prácticamente sin ser detectados e incluso evitar grandes enemigos muy complicados de derribar para salir indemnes de una situación en la que un enfrentamiento directo resultaría ilógico y suicida -a pesar de que podamos con ella-.
Para ello, tendremos un mapa de cada situación para saber movernos, muchos pasillos ocultos o caminos alternativos para llegar a un mismo punto y no solo vale con hacer muertes silenciosas (con silenciosa nos referimos a esas muertes en las que les cortamos una pierna y le rajamos el cuello, si), porque los guardias pueden descubrir el cuerpo y dar la ALARRRM!!. Porque se mantiene y se potencia una mecánica muy efectiva que ya descubrimos en los anteriores Wolfenstein, la de los comandantes, que pueden llamar a refuerzos continuamente hasta que sean eliminados. Si no te detectan, no pasa nada, pero si te detectan, en la parte superior veremos un indicador que nos dirá donde están. Aunque en esta ocasión el juego ha ganado bastante en verticalidad con respecto al anterior y deja de ser totalmente pasillero para traernos mapeados más complejos en los que movernos, por lo que no será tan fácil encontrarlos en ocasiones.
Creednos que nos gustaría desvelaros parte del argumento, que es más importante que nunca, para contaros más detalladamente las mejoras y evolución del personaje en la trama, pero digamos que a partir de la mitad del juego podemos contar con 3 nuevas habilidades, de las que solo podremos elegir una, y que hasta que no encontremos las otras dos en distintas misiones secundarias -podremos llegar al final del juego con las tres-, determinará como nos infiltraremos en muchas misiones. Son la Coraza Ariete, el Arnés Constrictor y los Zancos de Combate. Es una pena que no se puedan usar desde un principio, pero os aseguramos que cuando jugabilidad y argumento mejoran conforme avanza el juego, da una sensación de obra compactada, estructurada y bien trabajada que te dejará jodido pensando en porque no hay más juegos así.
La coraza nos permitirá romper algunas paredes, cajas o derribar a enemigos, el arnés, escabullirnos por agujeros normalmente impracticables, y los zancos de combate movernos por las partes altas del escenario y ganar superioridad aérea en los combates.
El humor negro y soez, con los nazis, sabe mejor - ¡Comparte!
A pesar de lo que el juego nos haga creer, no hemos observado que importe tanto las típicas mejoras de armas -que requieren que recojamos unos kits- o las mejoras activas, que básicamente ampliarán nuestra habilidades automáticamente conforme a nuestras acciones. Por ejemplo, el juego nos indicará continuamente un nivel de disparos en la cabeza que aumentará nuestra precisión, o un nivel de derribos cuerpo a cuerpo que aumentará nuestra salud al recoger botiquines. Y estas mejoras activas también se aplicarán a la Coraza o los Zancos, pero solamente haciendo unas determinadas misiones secundarias que nos ayudarán a ganarlas.
Duración
La estructura de Wolfenstein 2 no es ninguna novedad, de hecho, la saga Call of Duty ya la lleva practicando varias entregas. Contaremos con una base principal, en este caso, el submarino Martillo de EVA, que es totalmente visitable y que esconde múltiples secretos, misiones secundarias o divertidas conversaciones con NPCs. Es un auténtico placer pasearte entre cada nueva fase y descubrir nuevas cosas por hacer. Hasta tendremos un campo de tiro donde mejorar nuestras habilidades, algo que parece haberse vuelto algo común también.
Estas misiones secundarias las podremos ver en el menú del juego conforme las vayamos desvelando, porque hay algunas tan simples como darle de comer al cerdo o matar a una rata, otras más complejas como sacar a un miembro de la tripulación que se ha atrincherado en una zona del submarino. Igualmente no dejan de ser divertidas, ligeras y nada pesadas de hacer, resultando en algo opcional, pero que por el tono divertido y ameno, es realmente interesante.
En cada misión, cuando matemos a un general alemán, obtendremos de ellos unas tarjetas llamadas códigos Enigma, que podremos canjear en el terminal Enigma, y desvelar la posición de importantes comandantes situados en zonas que ya hemos visitado, para luego viajar hacia ellas desde el panel de mando, un mapa de EE.UU. que nos enseña las distintas zonas disponibles.
Un auténtico arsenal de coleccionables, que incluye artes del juego, estampitas de la época, dibujos o recortes de periódico que amplían la historia, pueblan cada rincón de los escenarios del juego, así que tendréis que estar realmente atentos para no dejaros nada atrás. No os queremos dejar sin el importante de la duración de nuestra partida: en 12 horas hemos completado la campaña principal, aunque nos hemos dejado algunas secundarias que consumen mucho tiempo, sin terminar. Seguramente una experiencia completa rondaría las 20 horas.
Conclusión
Las sensaciones que despliega este Wolfenstein 2: The New Colossus son magníficas desde el principio hasta el final. Es un juego que se coloca directamente en uno de los mejores FPS de los últimos años y por supuesto, firme candidato a GOTY en su categoría este 2017. Nos cuesta mucho pensar en otro título que supere un título tan compacto a nivel de narrativa, diversión y gráficos.
A pesar de pequeños detalles relacionados directamente con esta versión de Xbox One, el carrusel de emociones que proporciona solo con su trama es espectacular. Con momentos flipantes, absurdos, espectaculares y otros que nos dejarán con la boca abierta y patidifusos, no sólo trata de un excelente shooter, si no de una aproximación divertida e irreverente al auténtico miedo que pueden provocar los pensamientos extremistas. Ese miedo con el que muchos vivimos cada día y que realmente llegamos a personificar en Grace, Catherine, Billy, Anya, Super Spesh o cualquier de los tremendos personajes que pueblan el juego. No en vano, se usaron más de 100 actores reales para su creación.
Además, en esta ocasión no hay que temer no haberse pasado el primero, ya que al principio tendremos un completo vídeo que nos contará con todo lujo de detalles -para tratarse de un resumen-, lo que sucedió en The New Order.
Wolfenstein se queda - ¡Comparte!
La evolución de B.J. Blazcowicz hacia Terror Billy y la caída y ascenso del héroe para convertirse en un icono real del género, denota en encomiable trabajo de Machine Games al respecto. Al fin, tiene un juego memorable que hace justicia al legendario nombre que tratamos: Wolfenstein.
*Nota: Agradecemos a Bethesda el código del juego y material para esta review.