Analizamos Nevermind, un juego que te lleva a lo más profundo del subconsciente de personas traumatizadas que ocultan un aterrador misterio en su interior.
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Conviene advertir a aquellos que busquen en Nevermind un juego de jump scares que no es eso lo que encontrarán en sus entrañas. A lo que han jugado los chicos de Flying Mollusk es a acojonar a través del mal rollo, una forma mucho más persuasiva y duradera de provocar pavor en nuestras posaderas. Con un argumento curioso y unas mecánicas que venden bien sobre papel pero no aplican tan bien en funcionamiento, Nevermind se postula como un título que no pasa del interesante pero tampoco deja mal sabor de boca. A él.
Nevermind parte de una interesante premisa y argumento. En un futuro cercano, la Realidad Virtual está tan desarrollada que la Psicología ha conseguido aplicarla con fines médicos para poder curar traumas. Los doctores se meten, literalmente, en la psique de los pacientes y navegan en su interior para desbloquear los eventos traumáticos de su vida que su cerebro ha decidido eliminar.
Esto es un mecanismo de defensa real que posee nuestro cuerpo, que para evitar que nos volvamos locos por el choque de una experiencia fuerte, se bloquea y borra, casi del todo, cualquier recuerdo que pueda ser asociado a ello. Pero claro, esta represión no viene sin costes, y es que los traumas de la mayoría de estos pacientes encuentran la forma de salir de un modo u otro. Gráfica y banalmente hablando, como aquel capítulo de Los Simpson en el que Homer entierra toda la basura de Springfield en una mina e, irremediablemente, acaba saltando todo por los aires. Pues los pacientes de Nevermind tienen algo así, pero en su cabeza.
En Nevermind, juegan a acojonarte con el mal rollo que da - ¡Comparte!
Tú, como doctor titulado y altamente cualificado, debes embarcarte en la retorcida y malsana mente de estos pacientes, que serán desde soldados que no han superado los horrores de la guerra a niñas que no aceptan el suicido de su padre. Como podéis ver, uno de los puntos a favor es que trata el miedo desde una perspectiva muy real, alejada de espíritus, elementos sobre naturales o virus apocalípticos. Porque todos sabemos que no hay nada más terrorífico que la mente humana.
Apartado Gráfico
Nevermind es uno de esos juegos que, si fuera una persona, sería aquel que aparece en una fiesta con el traje de su padre. Esto se traduce a gráficos de generación pasada, añeja. Algo tendrá que ver que hayan tardado tantísimos años en levantar el Kickstarter y pasar de un Early Access en PC a una versión acabada. Mantendremos el argumento de siempre: es un indie, es comprensible, los recursos son limitados. Y vuelvo a argumentar lo de siempre también, hay formas muy económicas e ingeniosas de dar vida a tu idea sin pasar por el típico modelado 3D y sus correspondientes pseudo-texturas. Además de este escaso brillo en cuanto a ingenio se refiere, el juego acusa de unas caídas de frames bastante molestas que dejan en buen lugar a las de Firewatch, y eso es decir mucho.
Pero no todo serán malas palabras. El equipo de Flying Mollusk ha sabido utilizar bien el componente surrealista que pueden ofrecer los videojuegos, planteando escenarios imposibles en cualquier otro medio que evidencian que han estado empapándose de cuadros de Salvador Dalí, aunque no hayan sabido replicarlos. Un punto extra por el esfuerzo. Además, en la presentación de cada paciente, contaremos con cartelas animadas narradas con voz en off que nos situarán en contexto, y están compuestas siguiendo esta línea distorsionada y aberrante.
Jugabilidad
Y aquí se viene lo interesante, el claim con el que anuncias que tu videojuego es diferente y no otro rip-off de P.T. Si tenemos nuestra cámara Kinect a mano, podremos conectarla para que capture nuestras reacciones a los diferentes eventos del juego. Dependiendo nuestros latidos de corazón, una de las funciones que tiene Kinect, la dificultad del juego irá variando, haciéndose más difícil si estás sucumbiendo al terror y más fácil si consigues calmarte. Esto es un atributo de doble filo, porque si eres una persona que tiende a no alterarse, el juego se irá haciendo más fácil y por ende, más aburrido.
Si ya estás estresado de por sí, puede que ese ajuste de dificultad a la alta provoque que quieras dejar el juego. Para los afortunados peceros con Realidad Virtual, les gustará saber que el juego también está disponible con HTC Vive y Oculus Rift, pero sinceramente, dado el nivel de gráficos y el mal ajuste de frames, la experiencia puede ser una abominación desastrosa que se cargue la experiencia de la Realidad Virtual.
Nevermind es un videojuego que apoya sus mecánicas en los puzzles y el consabido walk-simulator. Qué decir, los puzzles serán un ligero paseíto para aquellos acostumbrados al género y para los poco entrenados solo habrá dos o tres retos en los que verdaderamente la frente se les humedezca un poco. Al empezar con cada caso, nos situaremos en un área donde encontramos un mural donde se irán colocando unas fotografías, los recuerdos del paciente que nos permiten desbloquear el trauma y que son un total de 10.
Nevermind es un juego curioso e inquietante…¡hasta usa Kinect! - ¡Comparte!
Tendremos que ir desbloqueando zonas del escenario para poder recolectar más fotografías y así poder ordenarlas. Por lo general, suelen ser espacios bastante estrechos y carrileros donde difícilmente nos perderemos, aunque nos encontraremos algún que otro laberinto nada difícil de resolver. Hay un par de ajustes a nivel de interfaz sobre los que me gustaría hacer mención: el menú de pausa y el puntero. El primero está muy bien integrado en el juego, como si fuera el propio menú de pausa del investigador para poder salir del subconsciente del paciente una vez las cosas se pongan feas. El segundo es una horrorosa decisión de diseño que evidencia el mal gusto en general que se respira en todo el juego.
Duración
Nevermind cuenta con cinco casos, uno de ellos un tutorial inspirado en el cuento de Hansel y Gretel, así como diferentes extras que nos permiten explorar por nuestra cuenta diversos escenarios del juego. Cada caso tiene una duración estimada de unos cuarenta minutos, menos si eres rápido y diestro con los puzzles, por lo que podéis deducir que no es un juego excesivamente largo.
Algunos logros incluyen pasarse los casos dos veces, algo que solo harán los más hardcore, pues no tienen ningún sentido rejugar los traumas una vez resueltos, al menos a nivel de impacto emocional.
Conclusión
Un experimento que llega con demasiado poco y demasiado tarde. Algunas de sus características técnicas atraerán a los más curiosos, pero es inevitable pensar en que esta es una idea muy desaprovechada con algunos highlights que la salvan de la quema total y absoluta, como los picos de mal rollo conseguidos en algunos de los casos. Cuando juegas a un videojuego, lo dejas y no ha dejado poso alguno en tu interior, es que algo falla. Nevermind se adentra en la mente de sus pacientes, pero se ha olvidado de algo mucho más importante, de su alma.
Aún así, es muy loable que se hayan apoyado en historias reales que podrían darse en nuestro mundo, más allá de caer en los tropos típicos del género que exploran elementos más paranormales. Además, se agradece que haya videojuegos que aún se acuerden de que Kinect es una herramienta con un potencial tremendo tristemente desaprovechado, y aunque Nevermind no sea el mejor ejemplo de su uso, no deja de ser un extra curioso por el que se agradece el esfuerzo. También es destacable su localización, con unos subtítulos en castellano muy bien cuidados que aparecen en todos los textos en pantalla además de los diálogos.
*Gracias a Flying Mollusk por habernos proporcionado el material para la review.