Bridge Constructor Portal pondrá a prueba nuestra capacidad para resolver problemas constructivos cada vez más desafiantes. Demuestra tu valía y tu dominio de las leyes de la física y quizás puedas ganarte el derecho a luz artificial y café caliente.
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Quizá al jugador de consola no le resulte tan familiar, pero Bridge Constructor podría considerarse un género por sí solo en el mundo de los juegos para móviles. Los títulos de esas características gozaron de una gran popularidad con cientos de clones y versiones diferentes en los Stores digitales. Gracias a su formato sencillo y accesible, se convierte en el entretenimiento perfecto para disfrutarlo desde la comodidad y la rapidez que nos proporcionan nuestros smartphones. En este tipo de juegos, tal y como se puede deducir por su nombre, el objetivo será construir estructuras o puentes con unos medios ilimitados y que sean lo suficientemente estables como para que un tren de carga los atraviese con éxito desde el punto de salida hasta la meta.
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La simplicidad de su concepto es su gran virtud, pero también su defecto, después de largas partidas dedicándole unas cuantas horas, cualquiera con experiencia en este tipo de juegos sabe que tiende a ser repetitivo, aburrido y a abusar de su jugabilidad. Y ahí es donde entra en escena Portal: una saga prestigiosa, multigalardonada y muy querida por los aficionados, que aporta una estética reconocible y añade unos conceptos al juego que funcionan de maravilla. Antes de comenzar a jugar, hay quien puede desconfiar: ¿una estrategia “Fanservice” con el único objetivo de captar compradores aprovechando la popularidad de una licencia ya conocida y muy querida? No te dejes engañar: Bridge Constructor Portal es un juegazo que suma mucho a una fórmula que ya por sí sola resulta muy buena.
Apartado Técnico
Teniendo presente que se trata de una conversión de una plataforma móvil, y dada su naturaleza, podríamos esperar que este título no despuntara especialmente en sentido. Y nuestras expectativas se cumplen. Pero lo que sí podemos afirmar con rotundidad es que lo que hace, lo hace muy bien. El entorno de juego tiene una sensación de profundidad “Pseudo 3D” muy leve que visualmente le sienta muy bien. Los colores, la maravillosa fluidez de sus animaciones y sus efectos visuales superan lo correcto hasta alcanzar con creces el notable.
Donde más destaca Bridge Constructor: Portal técnicamente es sin duda en el apartado sonoro, directamente heredado desde la saga que lleva su nombre. Los característicos sonidos de las auto-torretas, los efectos al atravesar un portal e incluso la voz de la mismísima Inteligencia artificial psicópata GlaDOS son exactamente los mismos que los de la saga original.
Mención especial merece esta narradora con voz metálica, que nos da unas indicaciones que la mayoría de las veces no aportan instrucción ninguna. Son puro sarcasmo que nos harán reír en más de una ocasión. Respecto a las melodías, hay que decir que son escasas, pero muy graciosas y divertidas. Mientras que estamos construyendo nuestro puente lo único que podemos escuchar es un tenue hilo musical, muy leve, que sólo sube su volumen cuando el vehículo de carga comienza a rodar y, aparentemente, nuestro trabajo ya está hecho. El título muestra así un gran respeto por el jugador, ayudándole a concentrarse en los momentos de mayor tensión en los que está devanándose los sesos para edificar estructuras, maximizando de esta manera sus capacidades.
El punto débil de Bridge Constructor: Portal es sin duda el control, problema heredado, obviamente, de sus orígenes en smarthphone y PCs. Resulta excesivamente engorroso colocar y eliminar decenas de veces la misma viga, buscando el punto de anclaje exacto para que nuestra estructura tenga un soporte fiable. Es una operación muy difícil de conseguir con el mando de la consola.
Y es que el juego no sólo nos exigirá tener la habilidad para visualizar lo que debemos hacer para superar cada nivel, sino que además tendremos que ser precisos, muy precisos, extremadamente precisos. Unos milímetros de desviación en una plataforma o unos grados de menos en un ángulo nos separarán del éxito o del desplome catastrófico de nuestra estructura. Eso puede resultar desesperante por sí solo pero además un control tosco y torpe sólo agrava el problema. La herramienta que se nos facilita para intentar solventar el asunto es una cuadrícula similar a la de un cuaderno que actuará como fondo de todas las pantallas. Para hacer un uso óptimo de ella, deberemos utilizar el zoom.
Jugabilidad
Nuestro objetivo es aparentemente sencillo: tendremos un punto de salida donde aparecen unos vehículos de pruebas que tendremos que llevar hasta la meta. Para ello, tendremos que usar el ingenio a la hora de construir puentes o estructuras que sirvan de camino seguro para que estos coches alcancen su propósito. La mayor dificultad reside en asegurar la integridad de estas pasarelas, ya que el propio peso y el tránsito de los vehículos pondrán a prueba nuestro armazón, provocando su colapso si no hemos fijado con precisión y minuciosidad cada viga y cada cable. La física y el dominio de ésta por parte del jugador son la clave para exprimir al máximo lo que nos ofrece este juego: los recursos que tenemos para construir estructuras son ilimitados, pero los puntos de apoyo no y precisamente estos son la base estructural donde recae todo el peso.
El juego mejora cuando se van añadiendo variables a la jugabilidad. Los portales, los cubos de compañía, los pulsadores o las esferas de energía van apareciendo según vamos superando niveles y se combinarán de infinitas maneras. Llegados a este punto, para alcanzar la meta no bastará con trazar simples puentes: cuando aparecen estos elementos, necesitaremos cumplir ciertos requisitos extra para que nuestra misión llegue a buen puerto. Este cubo de compañía debe caer de tal manera para que pulse la apertura de la trampilla para lograr atravesar el portal amarillo en vez del rojo para alcanzar la meta.
Superaremos una pantalla cuando tan solo uno de nuestros vehículos de prueba llegue al final sano y salvo. Aunque no es necesario,tendremos la opcion de mandar todo un convoy (habitualmente formado por 10 coches) y si conseguimos que nuestro puente aguante, estos se van acumulando para desbloquear logros. Por cierto, los nombres de cada reto, aunque ingeniosos, nada tienen que ver con lo que nos vamos a encontrar.
Un punto positivo es que para facilitar la comprensión de la dinámica de leyes físicas que rigen todo el juego disponemos de un apartado llamado «Manual De Buenas Prácticas», en el que se explican las formas básicas de construcción. Es muy útil para saber cómo lograr que tus plataformas cuenten con la mayor estabilidad posible. Sí, la estructura triangular es la que mejores resultados da.
Duración
El juego consta de 6 niveles, con 10 pruebas cada uno, con un total de 60 desafíos que tendremos que superar (contando con que los diez primeros son el tutorial). La curva de dificultad es severa, ya que a partir de la cámara de pruebas número 13/15 las cosas se ponen serias y entre la 20/25 el juego ya no se anda con chiquitas: todo se vuelve muy complicado. Otro de los aspectos en cuanto a su dificultad es lo caótica que resulta su progresión, y es que la sofisticación de sus niveles no es correlativa. Esto significa que la prueba número 21 puede ser más difícil que la 54, algo que para mí no tiene mucho sentido. En resumen, avanzar a lo largo del juego puede ser una experiencia irregular.
La gran complejidad a la hora de afrontar cada nivel reside en que la forma de resolver el puzle NUNCA es evidente. Es decir, averiguar la manera en la que superar una pantalla puede llevarnos bastante tiempo, ya que encontraremos pulsadores que no debemos presionar, puntos de apoyo inecesarios o más portales de los que necesitamos. Por este motivo, completar un nivel no solo dependerá de nuestra pericia constructiva, si no de la destreza de cada uno deduciendo este tipo de retos.
Por otro lado, también entrará en juego nuestra paciencia; no es enrevesado perder los nervios con un determinado obstáculo de los muchos que nos plantea el título. Por ello, quiero advertirte de que es posible que acabes desesperado entre ángulos, rebotes, cables… Resulta todo un reto terminar Bridge Constructor: Portal. Es un juego, que, tras su aparente sencillez, esconde un complicado desafío para la inteligencia. Yo he tardado casi 10 horas en completar todas las pruebas, así que no sería descabellado invertir 12/15 horas en acabarlo.
Conclusión
Bridge Constructor: Portal es un juego magnífico en todos los sentidos, que gustará tanto a los fans de la saga Portal como a aquellos que busquen un buen rompecabezas desafiante. Quizá se le pueda achacar su poca originalidad debido a su origen o el hecho de que su dificultad pueda llegar desesperar al jugador. En conjunto, se trata de un juego duro, pero muy divertido y satisfactorio, con todo lo que caracteriza a un título de la saga Portal. ¡Éxito asegurado!
*Gracias a HeadUpGames por habernos proporcionado el material para la review.