Beholder es una curiosa variante artística que mezcla conceptos de This War Of Mine e incluso de Papers. Please. Un interesantísimo indie que merece la pena probar.
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¿Alguna vez habéis pensado en cómo sería vuestra vida si la vivierais en un estado totalitario que se rige con unas leyes tan estrictas en las que cosas como la libertad de expresión, el derecho a la intimidad o la presunción de inocencia fuesen imposibles? Espero que no, pero seguramente podréis haceos una idea gracias a los libros de historia, al cine, a la televisión, y en este caso, a los videojuegos. Lo más interesante del título que hoy analizamos es que en esta experiencia no sólo sufriremos las consecuencias de estas abusivas normas, si no que seremos los encargados de llevarlas a cabo… o no.
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En Beholder: Complete Collection, interpretamos a Carl, el portero de un bloque de edificios que es contratado para sustituir a un antiguo regente, que, por motivos que de momento desconocemos, es destituido por las fuerzas de la ley. Después de mudarnos con nuestra familia al sótano del bloque, trabajaremos de forma encubierta para un régimen totalitario. Nuestra “misión” es velar por los intereses de los ciudadanos y con esa excusa, podremos perpetrar todo tipo de trucos de espionaje. Nuestro día a día será observar por la mirilla, colocar cámaras en las casas de los vecinos e incluso hurgar entre sus pertenencias para garantizar la seguridad y la paz en nombre de la madre patria.
Tendremos que vigilar muy de cerca a nuestros compañeros de escalera, realizar informes diarios sobre sus actividades y delatar a aquellos que no acaten la ley o que el régimen considere traidores. Pero la característica más atractiva del juego es que nos plantea muchas dudas existenciales. ¿Serías capaz de dejar viuda a tu vecina delatando a su marido?, ¿seguirías al pie de la letra las estrictas leyes dictadas por el Estado incluso si eso significara poner en duda tu propia humanidad?, ¿qué es lo primero: tu familia o el país?, ¿de verdad el Estado sabe lo que es mejor para sus ciudadanos?
Apartado técnico
Lo primero que nos sorprende de este título, desde el punto de vista técnico, es el estilo artístico tan especial que tiene. Y es que define a la perfección la atmósfera del Comunismo de los años 80: decadente, gris, triste y bajo la amenaza constante de guerra en el horizonte. En la paleta de colores predominan los negros y grises, creando un ambiente oscuro, sombrío e incoloro nos provoca el sentimiento de estar encerrado en un mundo sin libertad ni esperanza. La estética del juego representa, intencionadamente, a todos los personajes sólo como una silueta negra, con algunos pequeños detalles en blanco que nos permiten diferenciar a cada vecino. Este rasgo se muestra como una metáfora de lo que los seres humanos son para el régimen: una masa informe y oscura de la que sospechar de manera continua.
Sé que las comparaciones son odiosas, pero en este caso también inevitables. Y es que estéticamente nos recuerda muchísimo a Limbo, This War Of Mine incluso Fallout Shelter. No creo que esto sea necesariamente algo negativo, pero es importante destacar que, desde el punto de vista de la originalidad, no sorprende nada.
Respecto al sonido hay que decir que la música cumple bien su cometido: nos aporta los tonos graves, lentos y depresivos necesarios para conseguir la sensación inmersiva que busca la composición. Sin embargo, el aspecto negativo es que tanto las melodías como los efectos se antojan algo escasos y acaban siendo muy repetitivos durante las largas sesiones de juego.
… la historia del juego se reduce a contarnos lo dura y triste que resultaba la existencia durante un régimen comunista.
La narrativa nos propone pequeñas historias sobre nuestros vecinos: el alcohólico que tiene problemas de insomnio, el ex-soldado que disfruta matando, el popular médico, la profesora de música solterona… esos datos nos ayudan a conocerlos, pero poco más. No hay sofisticaciones en los trasfondos de los personajes ni en el desarrollo de los acontecimientos. Aunque a lo largo de la partida nos llevaremos alguna sorpresa y viviremos algún pequeño giro inesperado, básicamente la historia del juego se reduce a contarnos lo dura y triste que resultaba la existencia durante un régimen comunista.
Dada su naturaleza, técnicamente no se le puede exigir más, puesto que no es un juego que requiera un gran despliegue: su punto fuerte es la filosofía y no los gráficos. Por último, quiero resaltar su localización completa al español, tanto los textos en pantalla como la voz del narrador, (Aunque en realidad se trata de un Español-Neutro que resulta bastante extraño, pero no nos estropea para nada la experiencia) y la particularidad de que carece por completo de tiempos de carga: Al comenzar nuestra partida, tendremos una pantalla de carga más larga de lo habitual, pero será la única vez que el juego se interrumpa para esa acción.
Jugabilidad
Sin duda, este es el apartado en el que más destaca Beholder: Complete Collection. Y es que todas las decisiones que tomemos tendrán consecuencias para nosotros totalmente impredecibles; por eso, el camino que tome nuestra experiencia hará que cada partida sea diferente. Empezaremos por conocer mejor a todos los inquilinos, poniéndoles cara y descubriendo poco a poco su personalidad, carácter e incluso orientación política o nivel de simpatía con el régimen. Nuestra rutina será escribir informes y registrar la información que descubramos durante estas conversaciones de escalera. También aprovecharemos la ausencia de los inquilinos para allanar sus casas en busca de pruebas contra ellos. Esas serán nuestras principales herramientas durante el juego para ejecutar cualquier decisión que tomemos.
Una parte importante de su jugabilidad es reconocer las características físicas de cada inquilino para poder identificar el tránsito de personajes en el edificio y evitar ser sorprendidos mientras cotilleamos sus pertenencias. Incluso debemos controlar sus costumbres y horarios ya que, si por ejemplo bajan a la lavandería o a comer, no dispondremos del mismo tiempo para llevar a cabo lo que tengamos que hacer, que si se marchan a trabajar. La instalación de cámaras también tomará protagonismo en nuestros métodos porque gracias a ellas podremos ver lo que hacen los espiados mientras están en casa. Esto es algo clave, ya que bajo la seguridad que les proporciona la intimidad de su casa, podremos descubrir sus secretos mejor guardados.
Tendremos a nuestra disposición las clásicas misiones principales y secundarias limitadas por tiempo, y como suele ser habitual, están diseñadas para no poder completarlas todas. Así que sí, tendremos que hacer cosas que no nos gusten y priorizar a la hora de tomar decisiones difíciles. Mientras desempeñamos el trabajo para el gobierno, nuestra mujer e hijos tendrán unas necesidades que cubrir, siempre que las veamos como una prioridad frente a las imposiciones por parte del ministerio.
Podemos ser justos y no denunciar a alguien que cumple con la ley a pesar de que eso conlleve problemas para nosotros.
Algo muy interesante es que el juego nos permite manipular los documentos que redactamos e incluso incriminar a algún residente “molesto” con pruebas falsas. ¿No conseguimos la prueba definitiva para quitarnos de encima al vecino del segundo y se nos acaba el tiempo? Pues sólo tenemos que entrar en su casa y dejar propaganda contra el régimen en su mesilla. Después, le denunciamos y la policía se ocupará del resto. Pero tenemos más opciones. Podemos ser justos y no denunciar a alguien que cumple con la ley a pesar de que eso conlleve problemas para nosotros. Eso ya depende del jugador y su moralidad.
El concepto de diseño es muy sólido, tiene mecánicas que divierten y funcionan muy bien, pero acaban siendo repetitivas bastante pronto: llega un inquilino; hay que interrogarle; esperamos a que se marche de casa; registramos sus pertenencias; cámara aquí y allá; hacemos un perfil y esperamos a pillarlo con las ‘manos en la masa’ cometiendo alguna irregularidad. Una vez llegados a ese punto, podemos chantajearle, denunciarle o hablar con él para conseguir alguna misión secundaria.
Duración
Beholder: Complete Collection no es un juego especialmente largo, a pesar de que esta “Complete Edition” incluya el contenido descargable. Y es que el DLC llamado “Sueño Feliz” funciona como una especie de prólogo en el que conoceremos a “Hector”, el antiguo portero que sufre una “Jubilación Forzada” (No cuento más para no hacer spoiler). Este contenido añade muy poco al juego, no ofrece nada especialmente diferente aparte de nuevos inquilinos a los que espiar. Además, se nos impone terminar primero la historia principal para jugar este prólogo y no nos permite hacerlo de forma cronológica, algo que desde mi punto de vista, no tiene mucho sentido.
Es muy complicado definir cuánto tiempo nos tendrá entretenido este título, y es que depende de lo completistas que seamos o si por nuestra forma de jugar vamos directamente al grano. En definitiva: podremos completar las últimas misiones en 6/8 horas apróximadamente, más otras 2 horas del DLC. Otro gran atractivo en este apartado son sus múltiples finales (Entre todas las combinaciones posibles hasta 20 diferentes) y sobre todo su gran rejugabilidad: cada decisión que tomemos nos abrirá unas posibilidades que nunca hubiésemos tenido a nuestro alcance si hubiésemos elegido otro camino. Esto hace cada partida diferente y le aporta una rejugabilidad altísima.
Conclusiones
En definitiva, podríamos catalogar Beholder: Complete Collection dentro de los simuladores de gestión o aventura “Point and click” y con toda seguridad será uno de los mejores que encontraremos para Xbox en este género. Un excelente título con una gran filosofía que incide mucho en la moralidad del jugador, ya que pondrá a prueba nuestra capacidad de tomar decisiones y, lo que es más importante, de asumir sus consecuencias. Y no nos resultará tarea fácil, ya que a lo largo de todo el juego, te plantearás muchas cosas: si ser una buena o mala persona, si cumplir con tu deber o tener compasión, ser fiel al régimen o traicionarlo en nombre de la humanidad, o si poner en riesgo otras vidas para salvar la tuya.
*Gracias a Curve Digital por proporcionarnos el material para la review