Las aventuras gráficas españolas al fin brillan también en Xbox One. Daedalic nos trae Caos en Deponia con un control adaptado perfectamente al mando.
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Si le proponemos a un jugador de hoy día que se acerque a un título pausado, que carece de esa acción frénetica actual, y dónde vamos a invertir nuestro tiempo en una jugabilidad basada en leer u oir conversaciones, ó que nuestra única intervención será la de «clickear» en zonas marcadas de los escenarios y personajes, con la intención de resolver puzzles y así avanzar en la aventura, nos puede llegar a mirar con recelo…
Los más veteranos del lugar igual este tipo de afirmaciones no le resultan desconocidas del todo. Alguno habrá que sepa hasta de qué tipo de género estamos hablando. Para los más»jóvenes», nos referimos a las aventuras gráficas, o juegos de «point & click».
En la actualidad la gente de Telltale Games, y su serie de juegos, se ha encargado de que este género no termine de marcharse. Un género que vivió su época de oro en los 90, con ilustres e inolvidables juegos cómo el inmortal «Monkey Island» de LucasArts.
No hacían falta kilométricos escenarios, ni 200 NpC´s, ni centenares de horas de juego…A una selecta selección de escenarios estáticos, dibujados a mano con una profusión de detalles altísima para la época, se le sumaba un reparto de personajes variado y no muy extenso, pero de un interés y simpatía arrolladora.
Este tipo de mimbres es lo que os proponemos con el análisis del juego que nos espera, unas líneas de texto más adelante. El regreso del irreverente y majadero pero siempre brillante Rufus, que en un bolsillo de su abrigo, nos trae la segunda parte de sus aventuras, en un género tan clásico cómo disfrutable por todos los que se encuentren en ese momento frente la pantalla.
Bienvenidos a Deponia, otra vez - ¡Comparte!
«Caos en Deponia» supone la segunda parte de la trilogía creada por el estudio alemán Daedalic Entertainment y que consta de «Fuga de Deponia», «Caos en Deponia» y su desenlace «Goodbye Deponia».
El juego se lanzó en 2012, y continuaba las aventuras de Rufus y su afán de pirarse con su chica, Goal, del enorme vertedero de basura que es Deponia, hacia la utópica ciudad en las nubes del Elíseo, lugar del cual proviene la moza y del que cayó en la primera entrega. De hecho es en ese momento dónde empieza la aventura, con nuestro héroe evitando a su manera que la chica (tres en una) de sus sueños se marche con Cletus, su prometido.
A partir de ahí es un volver a empezar, cómo bien nos canta en una balada, cual trovador, el gondolero al comienzo de nuestra aventura. Con una letra que ya nos pone en antecedentes del estilo general que va a tener la historia, si somos unos «recién caídos» en el particular mundillo que nos presentan sus creadores.
No es necesario haber jugado la primera parte. Un video nos resume perfectamente lo que pasó. Bueno, más o menos, ya que lo narra Rufus y su particular y distorsionado concepto de la realidad.
Cómo decimos no precisa jugar «Fuga de Deponia», pero desde luego los que lo hiciseis no sólo vais a disfrutar de muchos detalles, cómo la parte del tutorial, si no que también se os desarrollarán un poquito más algunos personajes y entendereis ciertas frases y referencias que se hacen en esta secuela.
Apartado Técnico
No espereis ver un imponente acabado gráfico. Nada de motores potentes moviendo entornos realistas. Aquí, tal y cómo es tradicional en el género, nos encontramos con escenarios y personajes 2D dibujados a mano. Es si, soberbios. Los escenarios tienen una paleta de colores agradable y variada. El que en esta ocasión visitemos zonas más aburguesadas de Deponia, en su primer Acto, nos va a reportar unos diseños muy atractivos, que mezclan desde vertederos, casas ostentosas, concurridos mercados, antros oscuros y hasta Bases secretas del Crimen Desorganizado (sí, lo que leéis).
Las animaciones, puramente funcionales y justitas, están correctamente resueltas. Un apartado que, sinceramente, para este tipo de juegos, no se le precisa más.
Si tocamos el apartado sonoro, es de recibo empezar aplaudiendo el trabajo que en su momento realizó FX Interactive, con la correctísima adaptación al castellano tanto de los textos cómo las voces. Si afinamos el oido podemos percatarnos de que no participaron muchos actores de doblaje, aunque todos ellos hacen un trabajo sensacional, brillando particularmente la voz escogida para Rufus, la de Sheldon Cooper de Big Bang Theory en España. No es la voz del primer juego, y un simpático guiño a este tema lo cuelan en el juego, con bastante salero.
Jugabilidad
Leer. Click. Moverse. Click. Puzzle. Click. Avanzar…
Más claro no os lo vamos a decir, y es que, cómo nos referiamos al principio, es un «Point & Click». Nos propone un estilo más sesudo, calmado pero para nada aburrido. En absoluto.
El control está perfectamente adaptado al mando, ya que cómo sabreis, este género es de tirar de ratón. Así, la jugabilidad del título se basa en las conversaciones con otros personajes, lo que no sólo nos reporta información necesaria para avanzar y resolver puzzles, también momentazos imborrables por su excelente guión, así como la exploración y observación de los escenarios, buscando pistas o ítems (coleccionables a modo de puzzle de Goal) y en un constante «ensallo-error» con los items de nuestro inventario.
El juego consta de tres Actos o Capítulos, siendo el primero el más extenso, el segundo el más variado por el constante viaje entre localizaciones que nos propone y el tercero que sirve de desenlace, con una variedad de situaciones e interacción increiblemente cortas, para todo lo que se ha resuelto previamente.
Los puzzles pasan de lo evidente a lo surrealista de una forma brutal. Y es que aplicar la fría lógica manejando a Rufus, veremos que no es lo más aconsejable. Si quisieramos romper un transformador no hay nada más «lógico» que coger un plátano, meterlo en una máquina para ponerlo recto y pasarlo a introducir en el tubo de escape de dicho transformador. O también desactivar uno de los ajustes del menú de Opciones del propio juego, para resolver uno de ellos. Cómo podéis leer, todo muy «lógico», muy Rufus. Una entrañable locura.
Para muchos de ellos, y a lo largo de la aventura, necesitaremos la participación de Goal y sus tres personalidades claramente diferenciadas; la chica dura, la refinada y la inocente. ¿Cómo podemos hacerlo? Fácil. Cambiando entre ellas con un mando a distancia. Brillante, hilarante y divertido a más no poder.
Duración
Cómo en cualquier juego, dependerá tanto de la habilidad del jugador cómo de que tal se nos dé el género. La media la podríamos fijar en torno a las 10 horas, alguna más si estamos atentos a coleccionar las piezas del puzzle de Goal, nos quedamos atascados en algún puzzle, perdemos el hilo de qué hacer a continuación o hacia dónde ir (olvidaos de un libro de Quests, mapa o brújula) o si decidimos completar los minijuegos que tiene repartidos a lo largo de los capitulos. Son necesarios para avanzar, pero francamente muy mal expuestos, ya que no se explican de ninguna manera, así que el hecho de que podamos saltarlos sin consecuencias que afecten al arco argumental no sólo es de agradecer, también se hace altamente recomendable.
Conclusión
Control fácil y confortable en su paso del ratón de PC al mando de videoconsola. No se hace especialmente pesado el navegar por los menús y manejar e interactuar con el entorno y personajes.
Una aventura fresca, divertida y que destila un sentido del humor colosal, gracias a un guión que nos trae unas líneas de diálogo y situaciones totalmente rocambolescas.
Desde luego no se puede recomendar para todo el mundo, pues pertenece a un género muy particular, pero no quisieramos por ello de que lo dejarais pasar. Pues las horas que os va a mantener delante, los personajes y la aventura que vais a disfrutar bien merecen la pena. ¡¿Qué «deponios»?! ¡Queremos más!
*Nota: Agradecemos a Daedalic Entertainment el código del juego y material para esta review.